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“El último enemigo que ha de ser vencido es la muerte” Citó Harry calmadamente.
“Pensaba que era con quien-tu-sabes con quien deber´ıamos pelearnos.” Replicó Hermione, y Harry se dio por vencido con ella.
Incluso el misterio de la cierva plateada, que los otros dos insist´ıan en discutir, le parec´ıa a Harry menos importante ahora, apenas un entretenimiento secundario. La única otra cosa que le importaba era que su cicatriz empezaba a picarle otra vez, aunque se esforzaba en escondérselo a los otros dos. Buscaba la soledad cada vez que pod´ıa, pero se decepcionaba de lo que ve´ıa. Las visiones que él y Voldemort compart´ıan hab´ıan dismi-nuido en calidad, se hab´ıan vuelto borrosas, como si entraran y salieran de foco. Harry apenas pod´ıa ver los rasgos indistinguibles de un objeto que parec´ıa ser una clavera y algo que parec´ıa una monta˜na, más de sombras que sólida. Acostumbrado a imágenes n´ıtidas como la realidad, Harry estaba desconcertado con el cambio. Le preocupaba que el enlace entre él y Voldemort estuviera da˜nado, un enlace al que ten´ıa tanto miedo e, independientemente de lo que le dijera a Hermione, tanto aprecio. De algún modo Harry conectó estas ideas poco consistentes y vagas con la destrucción de su varita, como si la CAPÍTULO 22. LAS RELIQUIAS DE LA MUERTE
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defectuosa varita de espino fuera la causante de no poder ver en la mente de Voldemort tan bien como antes.
Mientras pasaban las semanas, Harry no pudo dejar de notar, a pesar incluso de su nueva obsesión, que Ron parec´ıa estar más involucrado. Quizás porque estaba decidido a compensar el haberles dejado, quizás porque la desgana de Harry impulsó sus cualidades de liderazgo aletargadas, Ron era ahora más alentador y les animaba a los otros dos a la acción.
“Han desaparecido Tres Horcruxes” les dec´ıa. “¡Necesitamos un plan de acción, vamos!
¿Dónde no hemos mirado? Repasémoslo otra vez. El orfanato...”
El Callejón Diagon, Hogwarts, la casa de Riddle, Borgin y Burkes, Albania... Ron y Hermione repasaron otra vez cada lugar en el que sab´ıan que Tom Riddle hab´ıa vivido o trabajado, visitado o asesinado alguna vez, mientras Harry sólo participaba para evitar que Hermione le siguiera hostigando. Habr´ıa sido feliz sentándose a solas en silencio, tratando de leer el cerebro de Voldemort mientras buscaba la Antigua Varita, pero Ron insist´ıa en viajar a lugares improbables solamente, Harry era consciente, para mantenerles en movimiento.
“Tú no lo sabes” era el estribillo constante de Ron. “Upper Flagley es un pueblo de magos, podr´ıa haber vivido all´ı. Vayamos y echemos un vistazo.”
Estas incursiones frecuentes a territorio mágico los expusieron algunas veces a la vista de los Merodeadores.
“Algunos de ellos se creen tan malos como mort´ıfagos” dijo Ron. “La mayor´ıa de los que me cogieron eran un poco patéticos, pero Bill cree que algunos de ellos son muy peligrosos. Lo dijeron en Potterwatch...”
“¿En dónde?” preguntó Harry.
“En Potterwatch, ¿no te dije que se llamaba as´ı? El programa que intento captar con la radio, el único que dice la verdad sobre lo que esta ocurriendo! Casi todos los programas siguen la l´ınea de quién-tu-sabes, todos salvo Potterwatch, quiero que lo escuches, pero es dif´ıcil de sintonizar...” Ron empleó tarde tras tarde en usar su varita para tocar varios ritmos encima de la radio mientras el dial giraba. Ocasionalmente captaban retazos de consejos sobre cómo tratar dragonpox, y una vez algunas estrofas de Ún caldero lleno del amor caliente y fuerte’. Mientras se escuchaba, Ron segu´ıa intentando golpear la contrase˜na correcta, farfullando retah´ılas de palabras aleatorias bajo su aliento.
“Normalmente son algo relacionado con la Orden” les dijo. “Bill ten´ıa un verdadero don para adivinarlas. Hay que poner una al final.”
Pero hasta marzo, Ron no tuvo suerte. Harry estaba sentado en la entrada de la tienda, haciendo guardia, mirando fijamente un racimo de jacintos de uva que hab´ıa encontrado un camino para salir a través del fr´ıo suelo, cuando Ron gritó con excitación desde el interior de la tienda.
“Lo he conseguido, ¡lo he conseguido! ¡La palabra clave era Álbus’ ! Ven aqu´ı, Harry.”
Despertado por primera vez en muchos d´ıas de su meditación en las Reliquias de la Muerte, Harry volvió rápidamente dentro de la tienda para encontrar a Ron y Hermione arrodillados en el suelo al lado de la peque˜na radio. Hermione, que hab´ıa estado sacando brillo a la espada de Gryffindor sólo por hacer algo, estaba sentada boquiabierta, mirando fijamente el diminuto altavoz, del que sal´ıa una voz más que familiar.
“... se piden disculpas por nuestra ausencia temporal de las ondas aéreas, debido a CAPÍTULO 22. LAS RELIQUIAS DE LA MUERTE
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varias visitas a domicilio en nuestra zona de esos encantadores mort´ıfagos.”
“Pero ése es Lee Jordan!” dijo Hermione.
“¡Lo sé!” dijo Ron sonriendo radiantemente. “Mola, ¿no?”
“... hemos conseguido otra ubicación segura”, dec´ıa Lee, “y estoy encantado de co-municaros que dos de nuestros colaboradores regulares se han reunido conmigo aqu´ı esta noche. Hola, chicos!”
“Hola.”
“Hola, River.”
“River es Lee,” explicó Ron. “Todos tienen nombres en clave, pero se puede saber generalmente...”
“Shh!” dijo Hermione.
“Pero antes de que oigamos a Royal y Romulus”, siguió Lee, “Dedicaremos un momento para informar sobre unas muertes que las noticias de la Wizarding Wireless Network y El Profeta no han considerado lo suficientemente importantes como para mencionarlas.
Informamos con gran pesar a nuestros oyentes de los homicidios de Ted Tonks y Dirk Cresswell.”
Harry sintió un dolor, bajando por el estómago. Él, Ron, y Hermione se miraron horrorizados.
“También murió un duende conocido como Gornuk. Se cree que Dean Thomas, nacido de Muggles, as´ı como un segundo duende, que estar´ıan viajando con Tonks, Cresswell y Gornuk, podr´ıan haber escapado. Si Dean está escuchando, o si alguien tiene cualquier noticia de su paradero, sus padres y hermanas están desesperados por saber algo.”
“Mientras tanto, en Gaddley, una familia Muggle de cinco miembros ha sido encontrada muerta en su casa. Las autoridades Muggles atribuyen sus muertes a una fuga de gas, pero los miembros de la Orden del Fénix me informan que lo hicieron con una maldición mortal... Mas evidencias, si fueran necesarias, del hecho de que la caza de Muggles se está convirtiendo en poco más que un deporte recreativo bajo el nuevo régimen.”
“Finalmente, lamentamos informar a nuestros oyentes que los restos de Bathilda Bagshot han sido descubiertos en el valle de Godric. Las pruebas indican que murió hace varios meses. La Orden del Fénix nos informa que su cuerpo indicaba inconfundibles se˜nales de lesiones infligidas por Magos oscuros.”
“Oyentes, me gustar´ıa invitaros a que os unais en un minuto de silencio en memoria de Ted Tonks, Dirk Cresswell, Bathilda Bagshot, Gornuk, y los desconocidos, pero no menos lamentados, Muggles asesinados por los Mort´ıfagos.”
El silencio cayó, y Harry, Ron, y Hermione no hablaron. La mitad de Harry deseaba seguir escuchando, mientras la otra mitad de él estaba asustada de lo que poder venir después. Era la primera vez que se hab´ıa sentido completamente conectado con el mundo exterior desde hac´ıa mucho tiempo.
“Gracias”, dijo la voz de Lee. “Y ahora podemos regresar con nuestro colaborador habitual Royal, para una actualización de cómo está afectando al mundo Muggle el nuevo orden.”
“Gracias, River”, dijo una inconfundible voz, honda, mesurado, alentadora.
“Kingsley!” explotó Ron.
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“¡Lo sabemos!” dijo Hermione, haciéndolo callar.
“Los Muggles siguen ignorantes del origen de su sufrimiento mientras continúan teniendo gran número de v´ıctimas”, dijo Kingsley. “Sin embargo, seguimos escuchando historias realmente inspiradoras de magos y brujas que arriesgan su propia integridad para proteger a Muggle amigos y vecinos, a menudo sin el conocimiento de los Muggles. Me gustar´ıa apelar a todos nuestros oyentes a imitar su ejemplo, quizás creando un encanto protector sobre cualquier casa de Muggles que halla en tu calle. Podr´ıan salvarse muchas vidas simplemente con esta medida.”
“¿Y qué dir´ıas, Royal, a los oyentes que responden que en esta época peligrosa, debe seguirse él... los Magos primero...?” Preguntó Lee.
“Dir´ıa que hay un paso breve de ’los Magos Primeroá ’los Sangre Pura primero’, y luego a Mort´ıfago,” respondió Kingsley. “Todos somos humanos, ¿no? Cada vida humana es digna de lo mismo, y digna de salvarse.”
“Excelentemente expuesto, Royal, y tienes mi voto para Ministro de Magia si alguna vez nos desacemos de este desorden”, dijo Lee. “Y ahora, oigamos a Romulus en nuestro popular sección Ámigos de Potter’.” “Gracias, River”, dijo otra voz muy familiar. Ron empezó a hablar, pero Hermione se anticipó a él en un susurro.
“¡Sabemos que es Lupin!”
“Romulus, ¿sostienes que, como haces cada vez que apareces en nuestro programa, ese Harry Potter todav´ıa está vivo?”
“Lo hago” dijo Lupin firmemente. “En mi opinión, no hay absolutamente ninguna duda de que los mort´ıfagos habr´ıan anunciado su muerte tan extensamente como hubieran podido, si ésta hubiera ocurrido, porque dar´ıa un golpe mortal en la moral de aquellos que resisten el nuevo régimen. Él ni˜no que vivió’sigue siendo un s´ımbolo de todo aquello por lo que estamos peleando: el triunfo del bien, el poder de la inocencia, la necesidad de resistir.”