123282.fb2 Harry Potter and The Deathly Hallows - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 103

Harry Potter and The Deathly Hallows - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 103

“No ha sido un mal bot´ın para una noche” estaba diciendo Greyback, cuando un par de botas con tachuelas pasaron cerca de Harry, y oyeron más golpes desde el interior de la tienda. “Un sangre sucia, un duende fugitivo y estos haciendo novillos. ¿Ya comprobaste sus nombres en las listas, Scabior?” rugió.

“S´ı, no hay ningún Vernon Dudley aqu´ı, Greyback.”

“Interesante” dijo Greyback. “Eso es interesante.”

Se puso de cuclillas junto a Harry, que vio, a través del hueco infinitesimal que quedaba entre sus hinchadas pesta˜nas, una cara cubierta de pelo gris enmara˜nado y bigotes, con dientes marrones puntiagudos y llagas en las comisuras de la boca. Greyback ol´ıa de la misma forma que en la torre donde Dumbledore hab´ıa muerto: a suciedad, sudor y sangre.

“¿As´ı que no te buscan, eh, Vernon? ¿O estás en esa lista con un nombre diferente?

¿En qué casa estabas en Hogwarts?”

“Slytherin” dijo Harry automáticamente.

“Es gracioso como piensan todos que queremos o´ır eso” dijo Scabior con malicia desde las sombras. “Pero ninguno nos puede decir dónde está la sala común.”

“Está en las mazmorras” dijo Harry con claridad. “Se entra por la pared. Está llena de cráneos y demás, y bajo el lago, por lo que las luces son verdes.”

Hubo una breve pausa.

“Bueno, parece que realmente hemos pillado un peque˜no Slytherin” dijo Scabior. “Bien por ti, Vernon, porque no hay demasiados sangre sucia Slytherins. ¿Quién es tu padre?”

“Trabaja en el Ministerio” mintió Harry. Sab´ıa que toda la historia se podr´ıa derrumbar con la más m´ınima investigación, pero por otro lado, sólo ten´ıa tiempo hasta que su cara volviese a su apariencia normal, porque para entonces el juego se habr´ıa acabado.

“Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes.”

“Sabes que, Greyback” dijo Scabior. “Creo que hay un Dudley all´ı.”

Harry apenas pod´ıa respirar: ¿podr´ıa la suerte, la pura suerte, sacarlos indemnes de esta?

“Bien, bien” dijo Greyback. Harry pudo o´ır una peque˜na nota de turbación en esa voz cruel, y supo que Greyback se estaba preguntando si de hecho acababa de atacar y atar al hijo de un oficial del Ministerio. El corazón de Harry estaba golpeando contra sus costillas; no se habr´ıa sorprendido de saber que Greyback pod´ıa verlo. “Si estás diciendo la verdad, feo, no tienes nada que temer de un viaje al Ministerio. Espero que tu padre nos recompense por recogerte.”

CAPÍTULO 23. LA MANSI ÓN DE LOS MALFOY

257

“Pero” dijo Harry, con la boca seca’, “si nos dejase...”

“¡Eh!” se escuchó un grito del interior de la tienda. “¡Mira esto, Greyback!”

Una figura oscura se movió de prisa hacia ellos, y Harry vio un destello de plata bajo la luz de las varitas. Hab´ıan encontrado la espada de Gryffindor.

“Muuy bonita” dijo Greyback con admiración, cogiéndola de su compa˜nero. “Oh, muy bonita, s´ı. Parece fabricada por duendes. ¿De dónde sacaste algo como esto?”

“Es de mi padre” mintió Harry, esperando contra toda esperaza que estuviese lo suficientemente oscuro como para que Greyback no viese el nombre grabado bajo la em-pu˜nadura. “La cogimos prestada para cortar le˜na...”

“¡Espera un minuto, Greyback! ¡Mira esto, en el Profeta!”

Cuando Scabior lo dijo, la cicatriz de Harry, que estaba tensa en su dilatada frente, le ardió salvajemente. Con más claridad de la que pod´ıa ver a su alrededor, vio un alt´ısimo edificio, una fortaleza sombr´ıa, negro azabache y prohibida. De repente los pensamientos de Voldemort se hab´ıan vuelto de nuevo afilados; se estaba deslizando hasta el gigante edificio con un sentimiento de calmada y eufórica intención...

Tan cerca... tan cerca...

Con un enorme esfuerzo Harry cerró su mente a los pensamientos de Voldemort, llevéndose de vuelta a donde estaba sentado, atado a Ron, Hermione, Dean, y Griphook en la oscuridad, escuchando a Greyback y Scabior.

“Hermione Granger” estaba diciendo Scabior. “La sangre sucia de la que se tiene constancia que viaja con Harry Potter.”

La cicatriz de Harry ardió en el silencio, pero él hizo un esfuerzo supremo para mantenerse presente, para no deslizarse en la mente de Voldemort. Oyó el crujido de las botas de Greyback cuando se puso de cuclillas, enfrente de Hermione.

“¿Sabes qué, ni˜nata? Esta imagen se parece mucho a ti.”

“¡No es as´ı! ¡No soy yo!”

El aterrorizado chillido de Hermione fue tan bueno como una confesión.

“... se tiene constancia de que viaja con Harry Potter” repitió Greyback tranquilamente.

Una quietud se hab´ıa instalado sobre la escena. La cicatriz de Harry estaba completamente dolorida, pero luchó con todas sus fuerzas contra la atracción de los pensamientos de Voldemort. Nunca hab´ıa sido tan importante permanecer en su propia mente.

“Bueno, esto cambia las cosas, ¿no?” susurró Greyback. Nadie habló. Harry sintió a la banda de Saqueadores mirando, paralizados, y notó el brazo de Hermione temblar contra el suyo. Greyback se levantó y dio un par de pasos hacia donde estaba sentado Harry, agachándose de nuevo para mirar de cerca a sus deformadas facciones.

“¿Qué es eso que tienes en la frente, Vernon?” preguntó suavemente, su aliento nau-seabundo en la nariz de Harry cuando presionó un asqueroso dedo contra la tensa cicatriz.

“¡No lo toques!” gritó Harry; no pudo evitarlo. Pensó que podr´ıa estar enfermo por el dolor que le causaba.

“Cre´ı que llevabas gafas, Potter” susurró Greyback.

“¡Encontré gafas!” gritó uno de los Saqueadores que merodeaba de fondo. “Hab´ıa gafas CAPÍTULO 23. LA MANSI ÓN DE LOS MALFOY

258

en la tienda, Greyback, espera...”

Y segundos después las gafas de Harry hab´ıan sido colocadas de vuelta en su cara. Los Saqueadores ahora se estaban acercando, tratando de verlo.

“¡Es él!” raspó Greyback. “¡Hemos cogido a Potter!”

Todos dieron algunos pasos hacia atrás, aturdidos por lo que hab´ıan hecho. Harry, todav´ıa luchando por mantenerse en su propia cabeza dolorida, no pod´ıa pensar en nada que decir. Visiones fragmentadas estaban traspasando la superficie de su mente...

...se estaba deslizando alrededor de los altos muros de la fortaleza negra...

No, era Harry, atado y sin varita, en grave peligro...

...mirando hacia arriba, hacia la ventana más alta, la torre más alta...

Era Harry, y estaban discutiendo su destino en voces bajas...

...hora de volar...

“...¿al Ministerio?”