123282.fb2 Harry Potter and The Deathly Hallows - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 107

Harry Potter and The Deathly Hallows - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 107

solo un momento...”

Hermione gritó de nuevo arriba, y pudieron oir a Bellatrix gritando también, pero sus palabras resultaron inaudibles, porque Ron gritaba de nuevo.

“¡HERMIONE! ¡HERMIONE!”

“¿Se˜nor Ollivander?” pudo Harry oir que dec´ıa Luna. “¿Se˜nor Ollivander, tiene la púa?

Si se mueve solo un poco... creo que estaba junto a la palangana de agua.”

Estuvo de vuelta en segundos.

“Tenéis que estaros quietos” dijo.

Harry pod´ıa sentirla trabajando con las fibras resistentes de la cuerda para soltar los nudos. Desde arriba oyeron la voz de Bellatrix.

“¡Voy a preguntártelo de nuevo! ¿De donde ha salido esta espada? ¿De donde?”

“La encontramos... la encontramos... ¡POR FAVOR!” gritó Hermione de nuevo. Ron luchó con más fuerza que nunca, y la púa oxidada resbaló sobre la mu˜neca de Harry.”

“¡Ron, por favor estate quieto!” susurró Luna. “No puedo ver lo que estoy haciendo...”

“¡En mi bolsillo!” dijo Ron. “¡En mi bolsillo, hay un Desiluminador, y está lleno de luz!”

Unos pocos segundos después, se oyó un click y las esferas luminiscentes que el Desiluminador hab´ıa succionado de las lámparas de la tienda de campa˜na volaron hasta el techo.

Incapaz de unir sus fuerzas, simplemente colgaron all´ı como diminutos soles, ba˜nando la habitación de luz. Harry vio a Luna, toda ojos en su cara blanca, y la inmóvil figura de Ollivander, el fabricante de varitas, acurrucada en el suelo en la esquina. Girando el cuello, captó un vistazo de sus compa˜neros prisioneros: Dean y Griphook el duende, que parec´ıa a penas consciente, mantenido en pie por las cuerdas que le ataban a los humanos.

“Oh, as´ı es mucho más fácil, gracias, Ron” dijo Luna, y empezó de nuevo a trabajar en sus ataduras “¡Hola, Dean!”

Desde arriba llegó la voz de Bellatrix.

“Estás mintiendo, asquerosa sangresucia, y lo sé! ¡Has estado dentro de mi cámara de Gringotts! ¡Dime la verdad!”

CAPÍTULO 23. LA MANSI ÓN DE LOS MALFOY

265

Otro terrible grito...

“¡HERMIONE!”

“¿Que más cogisteis? ¿Qué más tomásteis? ¡Dime la verdad o, lo juro, te atravesaré con este cuchillo!”

“¡Ya!”

Harry sintió las cuerdas caer y se giró, frotándose las mu˜necas, para ver a Ron corriendo por la celda, levantando la mirada hacia el bajo techo, buscando una trampilla. La cara de Dean estaba magullada y sanguinolenta, dijo ’Graciasá Luna y se quedó all´ı de pie, temblando, pero Griphook se derrumbó en el suelo de la celda, con aspecto de estar atontado y desorientado, hab´ıa muchos verdugones en su cara atezada.

Ron estaba ahora intentando Desaparecer sin varita.

“No hay forma de salir, Ron” dijo Luna, observando sus infructuosos esfuerzos. “El techo es completamente a prueba de fugas. Yo lo intenté, al principio; el Se˜nor Ollivander ha estado aqu´ı mucho tiempo, él también lo intentó.”

Hermione estaba gritando de nuevo. El sonido atravesó a Harry como un dolor f´ısico.

Apenas consciente del feroz dolor de su cicatriz, también él empezó a correr por la celda, tanteando las paredes aunque sab´ıa, en el fondo de su corazón que era inútil.

“¿Qué más os llevasteis, qué mas? ¡RESPONDEME! ¡CRUCIO! ”

Los gritos de Hermione resonaban entre las paredes de arriba, Ron estaba medio sollozando mientras aporreaba las paredes con los pu˜nos, y Harry con absoluta desesperación aferró la bolsita de Hagrid que llevaba al cuello y tanteó dentro de ella. Sacó la Snitch de Dumbledore y la sacudió esperando que ocurriera algo, aunque sin saber qué... no ocurrió nada... ondeó las mitades rotas de la varita de fénix, pero estaba sin vida... el fragmento de espejo cayó centelleando sobre el suelo, y vio un rayo de azul chispeante...

el ojo de Dumbledore estaba mirándole desde el espejo.

“¡Ayúdanos!” chilló hacia él loco de desesperación “Estamos en una celda en Malfoy Manor, ayúdanos!”

El ojo parpadeó y desapareció.

Harry no estaba seguro de si realmente hab´ıa estado all´ı. Inclinó el trozo de espejo a un lado y al otro, y no voy nada reflejado en él excepto las paredes y el techo de su prisión, y arriba Hermione estaba gritando más que nunca, y junto a él Ron estaba bramando,

“¡HERMIONE! ¡HERMIONE!”

“¿Cómo entrasteis en mi cámara?” oyeron gritar a Bellatrix. “¿Ese sucio duendecillo os ayudó a entrar?”

“¡Le conocimos esta noche!” sollozó Hermione. “Nunca hemos estado dentro de tu cámara... ¡No es la auténtica espada! ¡Es una copia, solo una copia!”

“¿Una copia?” chilló Bellatrix. “¡Oh, una historia probable!”

“¡Pero podemos averiguarlo fácilmente!” llegó la voz de Lucius. “¡Draco, vuelve a traer al duente, él puede decirnos si la espada es auténtica o no!”

Harry se apresuró a atravesar la celda hasta donde Griphook estaba acurrucado en el suelo.

“Griphook” susurró en la oreja puntiaguda del duente, “debes decirles que la espada CAPÍTULO 23. LA MANSI ÓN DE LOS MALFOY

266

es falsa, no deben saber que es la auténtica, Griphook, por favor...”

Pod´ıa oir a alguien bajando a la carrera los escalones hasta la celda. Al momento siguiente, la voz temblorosa de Draco habló tras la puerta.

“Quedáos atrás. Alineados contra la pared de arás. ¡No intentéis nada, u os mataré!”

Hicieron lo que les dec´ıa. Cuando el cerrojo se descorrió, Ron accionó el Desiluminador y las luces volvieron a su bolsillo, restaurando la oscuridad de la celda. La puerta se abrió de golpe. Malfoy marchó hasta dentro, con la varita sujeta ante él, pálido y decidido.

Agarró al duende con el brazo y retrocedió, arrastrando a Griphook con él.

La puerta se cerró y al mismo momento un ruidoso crack resonó dentro de la celda.

Ron accionó el Desiluminador. Tres bolas de luz flotaron de vuelta al aire desde su bolsillo, revelando a Dobby el elfo doméstico, que simplemente hab´ıa Aparecido entre ellos.

“¡DOB...!”