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“No... no... En realidad debo volver,” dijo Lupin al final, declinando otra copa de vino.
Se levantó y se echó de nuevo la capa de viaje alrededor “Adios, adios...trataré de traer unas fotos en unos d´ıas... estarán todos tan felices de saber que os he visto...”
Se sujetó la capa y se despidió, abrazando a las mujeres y apretando las manos de los hombres, luego, todav´ıa con una radiante sonrisa, regresó a la salvaje noche.
“¡Padrino, Harry!” dijo Bill mientras caminaban a la cocina juntos, ayudando a limpiar la mesa. “¡Un verdadero honor! Felicidades!”
CAPÍTULO 25. LA CABA ˜
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Mientras Harry pon´ıa abajo las copas vac´ıas que estaba trayendo, Bill cerró la puerta detrás de él, acallando las voces aún audibles de los demás, quienes continuaban con la celebración incluso con la ausencia de Lupin.
“Quer´ıa tener una conversación privada, Harry. No ha sido fácil tener una oportunidad con la casa llena de gente.” dijo Bill indeciso “Harry, estas planeando algo con Griphook.”
Era una declaración, no una pregunta, y Harry no se molestó en negarlo. Simplemente miró a Bill, esperando.
“Conozco a los duendes,” dijo Bill. “He trabajado para Gringotts desde que deje Hogwarts. Hasta el punto en que magos y duendes pueden ser amigos, tengo amigos duendes... o, al menos, duendes que conozco bien y me agradan.” Dijo, otra vez indeciso
“Harry, que quieres de Griphook, y que le prometiste en recompensa.”
“No puedo decirtelo” dijo Harry “Lo siento, Bill.”
La puerta de la cocina se abrió detrás de ellos; Fleur estaba tratando de traer más copas vac´ıas.
“Espera” le dijo Bill “Solo un momento.”
Ella se volvió y cerró la puerta otra vez.
“Entonces tengo que decirte esto” continúo Bill “Si has cerrado cualquier clase de negocio con Griphook, y particularmente si ese negocio envuelve un tesoro, debes ser excepcionalmente cuidadoso. Las nociones de los duendes de propiedad, pagos, y reembolso no son las mismas que las humanas.”
Harry sintió un ligero retorcimiento de disconformidad, como si una peque˜na serpiente se hubiese agitado dentro de él.
“A qué te refieres?” le preguntó.
“Estamos hablando de una manera diferente de ser” dijo Bill. “Los negocios entre magos y duendes han estado llenos de problemas durante siglos.. pero sabrás todo eso por la Historia de la Magia. Ha habido faltas de ambos lados, nunca alegar´ıa que los magos han sido inocentes. Sin embargo, hay una creencia entre algunos duendes, y los de Gringotts son quizas más propensos, de que los magos no son fiables en asuntos de oro y tesoros, que no tienen respeto a las posesiones de los duendes.”
“Yo respeto...” Harry comenzó, pero Bill sacudió su cabeza.
“Tu no entiendes, Harry, nadie puede entenderlo a menos que hayan vivido con duendes. Para un duende, el leg´ıtimo y verdadero due˜no de cualquier objeto es el creador, no el comprador. Todos los objetos hechos por duendes son, a sus ojos, leg´ıtimamente suyos.”
“Pero fue comprado...”
“...entonces ellos lo consideraran alquilado por el que pago. Ellos tienen, sin embargo, serias dificultades en aceptar la idea de objetos hechos por duendes que pasan de mago en mago. Viste la cara de Griphook cuando la tiara pasó bajo sus ojos. Lo desaprueba. Creo que piensa, como los mas violentos de su tipo, que deber´ıan ser devueltas a los duendes una vez que el comprador original muere. Ellos consideran nuestro hábito de quedarnos con objetos hechos por duendes, pasando de mago a mago sin un mayor pago, poco más que un robo.
Harry tuvo la sensasión de que algo no oportuno acababa de pasar; se preguntó si Bill adivinaba mas de lo que él le estaba diciendo.
“Todo lo que estoy diciendo,” dijo Bill, poniendo su mano en la puerta que volv´ıa a CAPÍTULO 25. LA CABA ˜
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la sala de estar “es que hay que ser muy cuidadoso en lo que le prometes a los duendes, Harry. Ser´ıa menos peligroso entrar ala fuerza en Gringotts que renegar de una promesa a un duende.”
“Esta bien” dijo Harry mientras Bill abr´ıa la puerta “Gracias. Lo tendré en cuenta.”
Mientras él continuaba all´ı, Bill volvió con los demás. Un irónico pensamiento vino a él, sin duda del vino que hab´ıa bebido. Parec´ıa ya en proceso de convertirse en un padrino tan imprudente para Teddy Lupin como Sirius Black lo hab´ıa sido para él.
Cap´ıtulo 26
Gringotts
Sus planes estaban hechos, los preparativos completos; en el dormitorio mas peque˜no un solo cabello negro, largo y grueso (tomado del jersey que Hermione hab´ıa estado usando en Malfoy Manor) estaba enrollado dentro de un peque˜na ampolleta de cristal sobre la repisa de la chimenea.
“Y estarás usando su propia varita,” dijo Harry, se˜nalando hacia la varita de nogal,
“as´ı que considero que resultaras muy convincente.”
Mientras la levantaba, Hermione parec´ıa asustada como si la varita pudiera picarla o morderla.
“Odio esta cosa,” dijo en voz baja. “Realmente la odio. Se siente tan mal, no funciona bien para m´ı... Es como un poco de ella.”
Harry no pod´ıa evitar recordar como Hermione hab´ıa desechado su aversión por la varita de endrino, cuando esta no funciono tan bien como la suya, insistiendo en que se estaba imaginando cosas, diciéndole que simplemente practicara. Opto por no repetirle su propio consejo, de todas formas, la v´ıspera de su intento de asalto a Gringotts parec´ıa el peor momento para contrariarla.
“Sin embargo, tal vez te ayude a meterte en su personalidad” dijo Ron. “Piensa en todas las cosas que esa varita ha hecho.”
“¡Pues ese es mi punto!” dijo Hermione. “Esta es la varita que torturo a la madre y al padre de Neville, y ¿quién sabe a cuanta gente más? ¡Esta es la varita que mató a Sirius!”
Harry no hab´ıa pensado en eso; miro hacia la varita y fue invadido por un impulso brutal de romperla, de partirla por la mitad con la espada de Griffindor, que estaba apoyada contra la pared detrás de el.
“Extra˜no mi varita,” dijo Hermione miserablemente. “Desear´ıa que el Sr. Ollivander me hubiera hecho otra varita a mi también.”
Esa ma˜nana el Sr. Ollivander le hab´ıa enviado una nueva varita a Luna. En ese momento ella estaba afuera en el jard´ın trasero, probando sus capacidades bajo el sol del atardecer. Dean, que hab´ıa perdido su varita con los Snatchers, estaba mirándola un tanto melancólico.
Harry bajo la mirada hacia la varita de espino que alguna vez hab´ıa pertenecido a Draco Malfoy. Se hab´ıa sentido sorprendido, pero satisfecho al descubrir que le funcionaba por lo menos tan bien como lo hab´ıa hecho la de Hermione. Recordando lo que les hab´ıa dicho Ollivander de los funcionamientos secretos de las varitas, Harry creyó que sabia cual era el problema de Hermione. Al no haberla tomado personalmente de Bellatrix, no hab´ıa 296
CAPÍTULO 26. GRINGOTTS
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podido ganarse la lealtad de la varita.
La puerta de la habitación se abrió y Griphook entro. Por instinto, Harry se estiró para asir la empu˜nadura de la espada y la jalo cerca de él, pero lamento la acción inmediatamente. Podr´ıa asegurar que el gnomo lo hab´ıa notado. Intentando distraer la atención sobre el bochornoso momento, dijo, “Estábamos revisando los detalles de último minuto, Griphook. Le hemos dicho a Bill y Fleur que nos vamos ma˜nana y que no se levanten para vernos partir.”