123282.fb2 Harry Potter and The Deathly Hallows - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 124

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CAPÍTULO 26. GRINGOTTS

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“Bien pensado” dijo Harry. “Gu´ıanos, Griphook.”

“¿Cómo vamos a salir de aqu´ı?” pregunto Ron mientras se apresuraban dentro de la oscuridad detrás de gnomo, Bogrod que jadeaba como un perro viejo.

“Preocupémonos por eso cuando tengamos que hacerlo” dijo Harry. Estaba tratando de escuchar. Pensó que pod´ıa escuchar algo cerca moviéndose alrededor. “¿Griphook, estamos lejos?”

“No muy lejos, Harry Potter, no muy lejos...”

Y entonces dieron la vuelta a una esquina y vieron la cosa para la cual Harry se hab´ıa preparado, pero que hizo que todos se detuvieran.

Un gigantesco dragón estaba atado a la tierra frente a ellos, bloqueando el acceso a cuatro o cinco de las bóvedas mas profundas del lugar. Las escamas de la bestia se hab´ıa vuelto pálidas y quebradizas durante su largo encarcelamiento bajo tierra, sus ojos eran rosa lechoso, ambas piernas traseras ten´ıa pesadas esposas de donde sal´ıan cadenas que estaban soldadas a enormes clavijas enterradas profundamente en el suelo rocoso. Sus enormes alas en pico, estaban plegadas cerca de su cuerpo, de haberlas extendido habr´ıan llenado la cámara, y cuando volvió su horrible cabeza hacia ellos, rugió con un sonido que hizo temblar la roca, abrió su boca y escupió un chorro de fuego que los hizo regresar corriendo hacia el pasillo.

“Es parcialmente ciego,” jadeo Griphook, “es incluso más salvaje por eso. No obstante, tenemos lo medios para controlarlo. Ha aprendido que esperar cuando los Clankers suenan.

Dénmelos.”

Ron le pasó el bolso a Griphook y el gnomo saco cierto número de peque˜nas herramientas de metal que cuando se sacudieron hicieron un largo sonido de repique como el de diminutos martillos contra un yunque. Griphook se los paso a Bogrod que los acepto mansamente.

“Saben que hay que hacer,” le dijo Griphook a Harry, Ron y Hermione. “Esperará dolor cuando escuche el sonido. Se retirara y Bogrod debe poner su palma contra la puerta de la bóveda.”

Dieron la vuelta a la esquina de nuevo, sacudiendo los Clankers, y el sonido hizo eco por las paredes rocosas, tan fuertemente magnificado, que el interior del cráneo de Harry pareció vibrar con la cámara. El dragón soltó otro ronco rugido, después se retiró. Harry pod´ıa verlo temblar, y mientras se acercaban mas, pudo ver las cicatrices hechas por salvajes tajos a través de su cara, y dedujo que hab´ıa aprendido a temer a las espadas calientes cuando escuchaba el sonido de los Clankers.

“¡Hazlo que presione la mano contra la puerta!” urgió Grinhook a Harry, que volvió su varita de nuevo hacia Bogrod. El viejo gnomo obedeció, presionando la palma contra la madera, y la puerta de la bóveda desapareció para revelar la abertura que daba a una cueva abarrotada del piso al techo con monedas de oro y copas, armaduras de plata, pieles de extra˜nas criaturas, algunas con largas espinas dorsales, otras con alas plegadas, pociones en frascos enjoyados, y una calavera que aun llevaba una corona.

“¡Busquen rápido!” dijo Harry cuando entraron todos corriendo en la bóveda.

Le hab´ıa descrito la copa de Hufflepuff a Ron y Hermione, pero si era el otro Horrocrux desconocido el que resid´ıa en la bóveda, no tenia idea de cómo seria. No obstante, apenas tuvieron tiempo de echar un vistazo alrededor, antes de que escucharan un ruido amortiguado detrás de ellos. La puerta reapareció, sellándolos dentro de la bóveda, y se sumieron en la oscuridad total.

CAPÍTULO 26. GRINGOTTS

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“¡No importa, Bogrod será capaz de liberarnos!” dijo Griphook cuando Ron dio un grito de sorpresa. “Iluminen con sus varitas, ¿pueden? ¡Y aprisa, tenemos poco tiempo!”

“¡Lumus! ”

Harry giro su varita iluminada alrededor de la bóveda. Su luz cayo sobre las gemas que brillaban, vio la falsificación de la espada de Gryffindor descansado en un estante alto entre un revoltijo de cadenas. Ron y Hermione hab´ıan iluminado sus varitas también, y estaban ahora revisando las pilas de objetos que los rodeaban.

“Harry, ¿Podr´ıa ser es?? ¡Ayyyy!”

Hermione gritó de dolor, y Harry volvió su varita hacia ella a tiempo para ver una copa enjoyada que ca´ıa de su mano. Pero al caer, se separo, convirtiéndose en una lluvia de copas, de modo que un segundo después, con un gran estruendo, el piso estaba cubierto de copas idénticas rodando en todas direcciones, siendo imposible distinguir la original de todas las demás.

“Me quemo,” gimió Hermione, chupándose los ampollados dedos.

“¡Le pusieron maldiciones Germino y Flagrante!” dijo Griphook. “¡Todo lo que toque arderá y se multiplicara, pero las copias no valen nada y si continúan tocando el tesoro eventualmente el peso del oro multiplicado nos aplastara hasta la muerte!”

“¡Vale, no toquen nada!” dijo Harry desesperadamente, pero mientras lo dec´ıa Ron pateo accidentalmente una de la copas ca´ıdas con el pie, y veinte copas mas explotaron en el lugar mientras Ron saltaba, parte de su zapato empezó a arder al tocar el metal caliente.

“¡Quédense quietos, no se muevan!” dijo Hermione, agarrando a Ron.

“¡Solo busquen alrededor!” dijo Harry. “Recuerden la copa es peque˜na y de oro, tiene un tejon grabado, dos manijas, aparte vean si pueden distinguir el s´ımbolo de Ravenclaw en cualquier parte, el águila...”

Dirigieron sus varitas hacia cada recoveco y grieta, dando vuelta cautelosamente por el lugar. Era imposible no chocar contra algo; Harry envió una gran cascada de Galeones falsos sobre la tierra donde se unieron con las copas, y ahora apenas hab´ıa sitio para poner los pies y el brillante oro ardió caliente, por lo que la bóveda se sent´ıa como un horno. La luz de la varita de Harry pasó por las armaduras y cascos hechos por gnomos puestos en estantes que llegaban hasta el techo; mas y mas alto levanto la luz, hasta que repentinamente encontró un objeto que hizo su corazón saltar y su mano temblar.

“¡Ah´ı esta, ah´ı arriba!”

Ron y Hermione apuntaron sus varitas hacia ah´ı también, por lo que la peque˜na copa dorada brilló bajo la luz de tres reflectores, la copa que hab´ıa pertenecido a Helga Hufflepuff y que hab´ıa pasado a posesión de Hepzibah Smith, de quien hab´ıa sido robada por Tom Riddle.

“¿Y como demonios vamos a llegar hasta allá arriba sin tocar nada?” pregunto Ron.

“¡Accio copa! ” grito Hermione, que hab´ıa olvidado evidentemente en su desesperación lo que Griphook hab´ıa dicho durante sus sesiones de planeación.

“¡No sirve, no sirve!” gru˜no el gnomo.

“¿Entonces que hacemos?” dijo Harry, deslumbrando al gnomo. “Si quieres la espada, Griphook, entonces tendrás que ayudarnos mas... ¡esperen! ¿Puedo tocar las cosas con la espada?” ¡Hermione, pásamela!”

CAPÍTULO 26. GRINGOTTS

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Hermione rebusco dentro de su ropa, saco el bolso de cuentas, rumiando por unos segundos, después saco la espada brillante. Harry la tomo por la empu˜nadura de rub´ıes y toco con la punta de la espada un jarrón de plata, y no se multiplico.

“¿Si puedo pasar la espada por una de las manijas... pero como voy a llegar hasta allá arriba?

La repisa en la que la copa reposaba estaba fuera del alcance de cualquiera de ellos, incluso de Ron, que era el mas alto. El calor del tesoro encantado se alzaba en olas, y a Harry le corr´ıa el sudor por la cara y espalda mientras luchaba por pensar en una formar de alcanzar la copa; y entonces escucho el rugido del dragón al otro lado de la puerta de la bóveda, y el sonido metálico haciéndose cada vez más fuerte.

Estaban realmente atrapados ahora. No hab´ıa otro camino mas que a través de la puerta, y una horda de gnomos parec´ıan estarse aproximando por el otro lado. Harry miro hacia Ron y Hermione y vio terror en sus rostros.

“Hermione,” dijo Harry, mientras el ruido crec´ıa más, “tengo que alcanzarla, tenemos que librarnos de ella.”

Ella alzo su varita, la apunto hacia Harry, y susurro, “Levicorpus.”

Alzado en el aire por su tobillo, Harry golpeó una armadura y las replicas explotaron como si fueran cuerpos calientes, llenando el espacio reducido. Con gritos de dolor, Ron, Hermione y los dos gnomos fueron lanzados a un lado hacia otros objetos, que también empezaron a duplicarse. Medio enterrados en una marea creciente de tesoros rojo candente, lucharon y gritaron mientras Harry alcanzaba la manija de la copa de Hufflepuff, enganchándola con la espada.

“¡Impervius!,” chillo Hermione en un intento de protegerse a si misma, a Ron y a los dos gnomos del metal ardiendo.

Entonces el peor grito hasta ahora hizo a Harry mirar hacia abajo. Ron y Hermione estaban enterrados hasta la cintura en el tesoro, luchado para evitar que Bogrod se hun-diera en la marea creciente, pero Griphook se hab´ıa hundido, y nada más que las puntas de unos largos dedos quedaban a la vista.

Harry alcanzo los dedos de Griphook y tiro. El ampollado gnomo emergió un poco, gritando.

“¡Liberatocorpus! ” grito Harry, y con un golpe el y Griphook aterrizaron en la superficie del aumentado tesoro y la espada se escapo de la mano de Harry.

“¡Cogedla!” grito Harry, luchando contra el dolor del metal ardiente contra su piel, mientras Griphook se trepaba sobre sus hombros de nuevo, resuelto a evitar la masa crecida de objetos rojo candente. “¿Dónde esta la espada? ¡Tiene la copa colgando!”

El estruendo al otro lado de la puerta estaba creciendo ensordecedor... era demasiado tarde.