123282.fb2 Harry Potter and The Deathly Hallows - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 126

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Harry sacó el Horrocrux del bolsillo de la chaqueta empapada que acababa de quitarse y se sentó en la hierba frente a ellos. Destellaba bajo el sol, y atrajo sus miradas mientras beb´ıan a tragos sus botellas de zumo.

“Al menos no podemos llevarla puesta en esta ocasión, lucir´ıa un poco rara colgando alrededor de nuestros cuellos,” dijo Ron, limpiándose la boca con el dorso de la mano.

Hermione miró hacia el otro lado del lago, al distante mont´ıculo donde el dragón segu´ıa bebiendo.

“¿Qué pasara con él, ya sabéis?” preguntó. “¿Estará bien?”

“Suenas como Hagrid,” dijo Ron, “es un dragón, Hermione, puede cuidar de s´ı mismo.

Es por nosotros por quien debemos preocuparnos...”

“¿Qué quieres decir?”

“Bueno no sé como explicártelo,” dijo Ron, “pero creo que tal vez hayan notado que irrumpimos en Gringotts.”

Los tres estallaron en carcajadas, y una vez empezaron, fue dif´ıcil parar. A Harry le dol´ıan las costillas, se sent´ıa débil por el hambre, pero se recostó sobre la hierba bajo el cielo rojizo y rió hasta tener la garganta en carne viva.

“¿Qué vamos a hacer, al respecto?” dijo Hermione finalmente, hipando y retomando la seriedad. “Él lo sabrá, ¿o no? Quien-vosotrros-ya-sabéis sabrá que sabemos lo de sus Horrocruxes.”

“¡Tal vez tendrán demasiado miedo como para dec´ırselo!” dijo Ron esperanzado, “tal vez lo encubran...”

El cielo, el olor del agua del lago, el sonido de la voz de Ron se extinguieron. Dolor atravesó la cabeza de Harry como el golpe de una espada. Estaba de pie en una habitación débilmente iluminada, y un semic´ırculo de magos estaba de cara a él, y en el suelo a sus pies estaba arrodillada una peque˜na y temblorosa figura.

“¿Qué acabas de decirme?” Su voz era fr´ıa y fuerte, pero furia y temor ard´ıan dentro de él. Lo único que hab´ıa temido... pero no pod´ıa ser cierto, no pod´ıa entender cómo...

El duende estaba temblando, incapaz de encontrar la mirada de los ojos rojos que estaban por encima de los suyos.

“¡Rep´ıtelo!” murmuró Voldemort. “¡Rep´ıtelo de nuevo!”

“¡M... mi Se˜nor,” tartamudeó el duende, sus ojos negros muy abiertos de terror, “m...

mi Se˜nor... t... tratamos de de... detenerlos. Im... impostores, mi Se˜nor irrumpieron...

irrumpieron dentro de la... dentro de la bóveda de los Lestrages...”

“¿Impostores? ¿Qué impostores? ¿Cre´ıa que Gringotts ten´ıa formas de descubrir a los impostores? ¿Quiénes eran?”

“Eran... eran... el ch... chico P... Potter y sus d... dos cómplices...”

“¿Y se llevaron?” dijo, su voz se elevó, un terrible temor le inundó, “¡Dime! ¿Qué se llevaron?”

“U... una p... peque˜na c... copa dorada m... mi Se˜nor...”

Gritó de furia, de negación, le sonó como si hubiera surgido de un extra˜no. Estaba enloquecido, frenético. No pod´ıa ser cierto, era imposible, nadie se hab´ıa enterado. ¿Cómo CAPÍTULO 27. EL LUGAR FINAL PARA OCULTASE

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era posible que el chico hubiera descubierto su secreto?

La Varita de Sauco cruzó rotundamente el aire y luz verde estalló por toda la habitación, el arrodillado duende cayó de lado muerto. Los magos que observaban se dispersaron detrás de el, aterrorizados. Bellatrix y Lucius Malfoy aventaron a otros en su carrera hacia la puerta, y una y otra vez su varita ca´ıa y aquellos que quedaron atrás fueron asesinados, todos ellos, por llevarle la noticia, por oir hablar de la copa dorada...

Solo, en medio de la muerte que hab´ıa dispensado a diestro y siniestro, pasaron ante sus ojos: sus tesoros, sus salvaguardas, sus anclas a la inmortalidad, el diario hab´ıa sido destruido y la copa robada. ¿Y si... y si el chico sab´ıa lo de los demás? ¿Podr´ıa saberlo, habr´ıa hecho ya algo al respecto, habr´ıa encontrado más de ellos? ¿Hab´ıa sido Dumbledore el origen de esto? Dumbledore, que siembre hab´ıa sospechado de él; Dumbledore, muerto a sus órdenes; Dumbledore, cuya varita era suya ahora, que se alzaba más allá de la ignominia de la muerte a través del chico, el chico...

Pero seguramente si el chico hubiera destruido cualquiera de sus Horrocruxes, él, Lord Voldemort, ¿lo hubiera sabido, lo hubiera sentido? Él, el mago más grandioso de todos, él, el más poderoso, él, el asesino de Dumbledore y de muchos otros de menor val´ıa, hombres sin nombre. ¿Cómo podr´ıa Lord Voldemort no haber sabido, que él, su ser, lo más importante y preciado, hab´ıa sido atacado, mutilado?

Cierto, no lo hab´ıa sentido cuando el diario hab´ıa sido destruido, pero hab´ıa cre´ıdo que eso se deb´ıa a que no ten´ıa un cuerpo con que sentir, al ser menos que un fantasma... No, seguramente el resto estaba a salvo... Los otros Horrocruxes ten´ıan que estar intactos...

Pero ten´ıa que saber, ten´ıa que estar seguro... Se paseó por la habitación, apartando de una patada el cadáver del duende al pasar, y las imágenes se desdibujaron y ardieron en su cerebro en ebullición: el lago, la casa y Hogwarts...

Una pizca de calma enfrió su furia ahora. ¿Cómo podr´ıa el chico averiguar que hab´ıa ocultado el anillo en la casa de los Gaunt? Nadie supo nunca que estuviera relacionado con los Gaunt, hab´ıa ocultado la conexión, los asesinatos nunca hab´ıan sido rastreados hasta él. El anillo, seguramente, estaba a salvo.

¿Y cómo podr´ıa el chico, o cualquiera, averiguar lo de la cueva o penetrar su protección?

La idea del medallón siendo robado era absurda...

En cuanto al colegio, solo él sab´ıa en donde hab´ıa guardado el Horrocrux de Hogwarts, porque solo él hab´ıa penetrado los secretos más profundos de ese lugar...

Y todav´ıa quedaba Nagini, quien ahora deb´ıa permanecer cerca, sin ser enviada a cumplir más órdenes, bajo su protección...

Pero para estar seguro, completamente seguro, deb´ıa regresar a cada uno de sus escondites, deb´ıa redoblar la protección alrededor de cada uno de sus Horrocruxes... Un trabajo, como la búsqueda de la Varita de Sauco, que deb´ıa realizar en solitario...

¿Cuál deb´ıa visitar primero, cual estaba en mayor peligro? Una vieja inquietud osciló dentro de él. Dumbledore hab´ıa conocido su segundo nombre... Dumbledore pudo haber hecho la conexión con los Gaunt... La casa abandonada era, tal vez, el menos seguro de sus escondites, era all´ı a donde deb´ıa ir primero...

El lago, seguramente imposible... pensar que existiera la más leve posibilidad de que Dumbledore hubiera conocido alguna de sus pasadas fechor´ıas, durante su época en el orfanato.

Y Hogwarts... pero sab´ıa que el Horrocrux estaba seguro. Ser´ıa imposible para Potter CAPÍTULO 27. EL LUGAR FINAL PARA OCULTASE

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entrar a Hogsmeade sin ser detectado, ni que decir al colegio. Sin embargo, ser´ıa prudente alertar a Snape del hecho de que el chico podr´ıa intentar volver a entrar al castillo...

Contar a Snape por qué el chico podr´ıa desear volver ser´ıa absurdo, por supuesto. Hab´ıa sido una grave equivocación confiar en Bellatrix y Malfoy. ¿No hab´ıan probado con su estupidez y descuido cuan imprudente era siempre confiar?

Visitar´ıa primero la casa de los Gaunt entonces, y llevar´ıa Nagini con él. No volver´ıa a separarse de la serpiente... avanzó a zancadas por la habitación, a través del vest´ıbulo, y afuera hacia el oscuro jard´ın donde estaba la fuente en funcionamiento. Convocó a la serpiente en lengua parsel y esta se deslizó hasta reunirse con él como una larga sombra...

Los ojos de Harry se abrieron mientras se empujaba a s´ı mismo de vuelta al presente.

Estaba acostado en el mont´ıculo del lago bajo el sol, y Ron y Hermione le miraban. A juzgar por sus miradas preocupadas, y por el punzar continuo de su cicatriz, su súbita excursión dentro de la mente de Voldemort no hab´ıa pasado inadvertida. Empezó a ponerse en pie penosamente, temblando, vagamente sorprendido de que siguiera estando mojado, y vio la copa que yac´ıa inocentemente tras él en la hierba, y el lago, azul profundo ba˜nado en dorado por los rayos del sol.

“Lo sabe.” Su propia voz sonaba extra˜na y débil después de los fuertes gritos de Voldemort. “Lo sabe y va a comprobar donde están los otros, y el ultimo,” ya estaba sobre sus pies, “está en Hogwarts. Lo sab´ıa. Lo sab´ıa.”

“¿Qué?”

Ron le miraba fijamente; Hermione se incorporó, con aspecto preocupado.

“¿Pero que viste? ¿Cómo lo sabes?”

“Lo vi enterándose de lo de la copa, yo... yo estaba en su cabeza, él esta,” Harry recordó los asesinatos, “seriamente enfadado, y asustado también, no puede entender como lo averiguamos, y ahora va a ir a comprobar que los demás están a salvo, el anillo primero. Cree que el que está en Hogwarts es el que está más seguro, porque Snape esta all´ı, porque será muy dif´ıcil entrar sin ser vistos. Creo que comprobara este el último, pero podr´ıa estar all´ı en cuestión de horas...”