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forma es seguro que aprendas“.
“Si?El problema es que, de verdad no podemos esperar a que alguien venga, luna.“
“No, ya ve a que te refieres” dijo luna seriamente. “bueno entonces, creo que la respuesta es que un c´ırculo no tiene principio.“
“Bien razonado” dijo la voz, y las puerta de abrió.
El salón común de Ravenclaw era circular, el más grande y ancho que cualquiera en el Harry hubiese estado antes. Ventanas graciosamente arqueadas adornaban los muros, sus paredes estaban cubiertas por mantas azul y bronce. De d´ıa, los Ravenclaws deber´ıan de disfrutar de una hermosa vista de las monta˜nas. El techo en cúpula estaba adornado con estrellas pintadas, al igual que la alfombra de color azul media noche. Hab´ıa mesas, sillas y libreros, y en un nicho opuesto a la puerta estaba la alta estatua hecha de mármol blanco.
Harry reconoció a Rowena Ravenclaw gracias al busto que hab´ıa visto en casa de Luna.
La estatua estaba a un lado de la puerta, sospecho Harry conduc´ıa hacia los dormitorios en el piso de arriba. El se dirigió directamente hacia la mujer de mármol, y parec´ıa que ella lo miraba de vuelta con una sonrisa inquisidora, hermosa y a la vez intimidante. Un frágil adorno, parecido a un anillo hab´ıa sido reproducido en mármol sobre su cabeza. No era tan distinta a la que Fleur hab´ıa usado el d´ıa de su boda. En ella hab´ıa peque˜nas letras escritas. Harry se quito un poco de la capa y se apoyo en el pedestal de la estatua para poder leerlas
“El ingenio inmensurable, es el tesoro humano más grande“
“Lo que te hace a ti una persona muy pobre” dijo una voz cacareante.
Harry volteo en todas direcciones, bajado del escalón y cayendo al suelo. La figura de hombros caidos perteneciente a Alecto Carrow, estaba parada enfrente de el, y aunque Harry hab´ıa levantado su varita, ella ya habia presionado con su rechoncho dedo medio la marca del cráneo y la serpiente que tenia tatuada en el antebrazo.
Cap´ıtulo 30
El Despido de Severus Snape
En el momento que sus dedos tocaron la Marca, la cicatriz de Harry ardia salvajemente, el cuarto estrellado se desvaneció, y el estaba parado en una roca debajo de un acantilado, y el mar arrastrandose alrededor de él y sentia triunfo en su corazon?Ellos tienen al muchacho.
Una gran explosion devolvio a Harry a donde estaba. Desorientado, el alzó su varita, pero la bruja en frente suyo ya estaba callendo hacia adelante; ella golpeó el piso tan fuertemente que el vidrio en las estanterias tintineó.
?Yo nuna he Aturdido a nadie excepto en nuestras clases de E.D.? d´ıjo Luna con un tono un poco interesado, ? Eso fue mas ruidoso de lo que pensé que iba a ser.
Y dicho y hecho, el techo hab´ıa empezado a temblar. Corriendo rapidamente, pasos resonantes empezaban a oirse mas fuertemente detras de la puerta que llevaba hacia los dormitorios. El hechizo de Luna hab´ıa despertado a los Ravenclaw que dorm´ıan arriba.
?¿Luna, donde estas? ¡Necesito meterme debajo de la capa!.
Los pies de luna aparecieron de la nada, el corrió hacia su lado y ella dejó que la capa callera sobre ellos mientras la puerta se abria y una multitud de Ravenclaws, todos en su ropa de dormir, inundaron la Sala Común. Hab´ıan gritos y llantos de asombro mientras veian a Alecto tirada ah´ı inconciente. Lentamente se agruparon al rededor de ella, una bestia salvaje que podria despertarse en cualquier momento y atacarlos. Luego, un peque˜no valiente de primer a˜no se apresuró hacia ella y le pinchó la espalda con su dedo gordo del pie.
?¡Creo que está muerta!? Gritó con alegr´ıa. ?Oh, mira,? Susurró Luna alegremente, mientras los de Ravenclaw se agrupaban alrededor de Alecto. ?¡Ellos estan complacidos!
?Si... grandioso...
Harry cerró sus ojos, y mientras su cicatriz palpitaba decidió hundirse otra vez en la mente de Voldemort... El se estaba moviendo atravez del tunel de la primera cueva...
El hab´ıa decidido asegurarse del medallón antes de venir...pero eso no le tomaria mucho tiempo...
Un golpe sonó en la puerta de la sala común y todos lo de Ravenclaw quedaron congelados. Desde el otro lado, Harry oyó la voz suave y musical del que era el águila tocadora de puertas. ?¿A dónde van los objetos desvanecidos?
?Yo no sé, ¿o si? ¡Callate!? gru˜nó una voz grosera que Harry sab´ıa era del hermano Carrow, Amycus, ?¿Alecto? ¿Alecto? ¿Estas ah´ı? ¿Lo tienes? ¡Abre la puerta!
Los de Ravenclaw estaban susurrando entre ellos, aterrorardos. Entonces, sin aviso, 335
CAPÍTULO 30. EL DESPIDO DE SEVERUS SNAPE
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empezaron una serie de fuertes estallidos, como si alguien estubiera disparando una pis-tola hacia la puerta. ?¡Alecto! Si él viene, y no tenemos a Potter?¿Quieres ir al mismo lugar de los Malfoys? ¡CONTESTAME!? Amycus gritó, agitando la puerta con toda su fuerza, pero igual no abrió. Todos los de Ravenclaw estaban alejandose,y unos de los más asustados empezaron a esconderse arriba de las escaleras a sus camas. Luego, justo cuando Harry se estaba preguntando si deberia abrir la puerta y Aturdir a Amycus antes de que los Mortifagos pudieran hacer algo mas, una segunda voz muy familiar sonó afuera, detras de la puerta. ?¿Puedo preguntar que esta haciendo, profesor Carrow? ?¡Tratando...
de pasar... por esta maldita...puerta! Gritó Amycus. ?¡Ve y trae a Flitwick! ¡Hazlo abrirla, ahora! ?¿Pero su hermana no esta ahi??Preguntó la profesora McGonagall. ?¿El profesor Flitwick no la dejó entrar temprano esta noche, acudiendo a su petición urgente? ¿Quizás ella pueda abrirle la puerta? Asi usted no tiene que despertar a la mitad del castillo. ?¡Ella no está respondiendo, vieja bruja! ¡Abrala usted! ¡(Garn)! ¡Azlo ahora! ?Ciertamente, si usted lo desea,? d´ıjo la profesora McGonagall, con una terrible frialdad. Un gentil golpe sonó en la puerta y la voz musical preguntó de nuevo. ?¿A dónde se van los objetos desvanecidos? ?Al no ser, es como decir, todo,?Respondió la profesroa McGonagall. ?Muy bien estrucurada la respuesta,?Respondió el aguila golpeadora de puertas y la puerta se abrió.
Los pocos de Ravenclaw que quedaban corrieron hacia las escaleras cuando Amycus se lanzó en el umbral, oleando su varita. Jorobado como su hermana, tena una carada palida y gorda y ojos peque˜nos, que calleron imediatamente en Alecto, extendida e inmovil en el piso. El dió un grito de furia y miedo. ?¿Qué han hecho esos peque˜nos perros??Gritó?Los voy a matar con el Cruciatus a todos hasta que me digan quien lo hizo... ¿Y que va a decir el Se˜nor Tenebroso??Chilló, parado al lado de su hermana y golpeandose en la frente con su pu˜no.? ¡No lo tenemos y ellos la mataron! ?Solo esta Aturdida,?Dijo la profesroa McGonagall impacientemente quien habia agachado a examinar Alecto,?Ella va a estar bien. ?¡No, ella no lo va a estar! Gritó Amycus.? ¡No despues de que el Se˜nor Tenebroso la tenga en su poder! Ella fue a traerlo. ¡Yo senti mi Marca quemarme, y el piensa que tenemos a Potter! ?¿Tienen a Potter?? Dijo la profesora McGonagall con dureza.? ¿Que quieres decir con ?tenemos a Potter?? ?¡El nos dijo que Potter podria tratar de entrar a la Torre de Ravenclaw, y que lo agarraramos si lo veiamos! ?¿Por qué iba Harry Potter a tratar de entrar a la Torre de Ravenclaw? ¡Potter pertenece a mi Casa! Detras de la incredulidad y la rabia, Harrry oyó una peque˜no rastro de orgullo en su voz, y una sensación de cari˜no por Minerva McGonagall lo envolvió. ?¡A nosotros nos dijeron que el podria venir aqu´ı!? d´ıjo Carrow?Yo no se por qué, ¿ó si? La Profesora McGonagall se paró y sus ojos peque˜nos atravezaron el lugar. Dós veces pasaron sobre el lugar donde Harry y Luna estaban. ?Podemos culpar a los ni˜nos,?d´ıjo Amycus, su cara de cerdo de repente muy astuta.?Si, eso es lo que vamos a hacer. Vamos a decir que a Alecto la emboscaron los ni˜nos, eso ni˜nos de allá arriba.?El miró hacia el techo estrellado hacia los dormitorios.
?y vamos a decir que elllos la forzaron a presionar su Marca, y por eso le dieron una falsa alarma... El puede castigarlos. Un par de ni˜nos mas o menos, ¿cual es la diferencia? ?La unica diferencia entre la verdad y mentiras, coraje y covardia,? d´ıjo la profesora McGonagall, quien se hab´ıa vuelto pálida,?Una diferencia, en resúmen, que usted y su hermana no pueden apreciar. Pero dejame hacer una cosa clara. Usted no va a pasar sus inepti-tudes a los estudiantes de Hogwarts. No lo permitiré. ?¿Perdón? Amycus se movió hacia adelante hasta que estaba ofensivamente cerca a la Profesora McGonagall, su cara sólo a cent´ımetros de ella. Ella se rehusó a retroceder, pero lo miraba con desprecio como si fuera algo asqueroso que encontró pegado al retrete. ?No es un questión de que usted lo permita, Minerva McGonagall. Su momento terminó. Somos nosotros los que estámos a cargo ahora, y usted me va a ayudar ó pagará por esto. Y le escupió en la cara. Harry se quitó la Capa, alzó su varita, y d´ıjo, ?No debiste hacer éso. Mientras Amicus revoloteaba, harry gritó, ?¡Crucio! El Mortifago fue alzdo del piso. Se retorcia por el aire como un CAPÍTULO 30. EL DESPIDO DE SEVERUS SNAPE
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hombre ahogado, azotando y aullando del dolor, y luego, con un crujido y un ruido de vidrios rotos, se estrelló con una estanter´ıa y calló, anesteciado, al piso. ?Ya veo lo que quer´ıa decir Bellatrix,?d´ıjo Harry, la sangre tronando en su cerebro, ?Tienes que desearlo de verdad. ?¡Potter! Susurrró la Profesora McGonagall, agarrandose el corazón.?Potter...
¡estás aqu´ı! ¿Que...? ¿Cómo...??Ella luchó por lucir tranquila.? ¡Potter, eso fue imprudente! ?El le escupió?d´ıjo Harry. ?Potter, yo... eso fué...muy cortés de tu parte... pero no te dás cuenta...? ?S´ı me doy cuenta? le aseguró Harry. De alguna manera su panico lo estabilizó a él.?Profesora McGonagall, Voldemort esta de camino. ?Oh, ya se nos ha permitido decir ese nombre??Preguntó Luna con un aire de interés, quitandose la Capa de Invisibilidad. La aparición de una segunda fujitiva abrumó a la Profesora McGonagall, quien se tambaleó hacia atrás y se calló en una silla cercana, agarrando el cuello del viejo traje de tartán. ?Yo no creo que hay alguna diferencia de como lo llamemos,?Harry le d´ıjo a Luna.?El ya sabe donde estoy. En una parte lejana del cerebro de Harry, la parte conec-taba con la furiosa y ardiente cicatriz, el pod´ıa ver a Voldemort navegando rápidamente por el lago en el fantasmal bote verde...El casi habia alcanzado la isla donde estaba la p´ıla de piedra... ?Débe huir,?Susurró la Profesora McGonagall.? ¡Ahora, Potter, lo más rápi-do que puedas! ?No puedo,?d´ıjo Harry.?Hay algo que tengo que hacer. Profesora, ¿sabes donde esta la diadema de Ravenclaw? ?¿La d-diadema de Ravenclaw? Claro que no... ¿no ha estado perdida por siglos? ?Se sentó un poco mas firme.? Potter, fue una locura, una total locura, que usted entrara al castillo... ?Tenia que hacerlo?Hay algo escondido aqui que tengo que encontrar, y podria ser la diadema...Si yo pudiera hablar con el profesor Fitwick... Hubo un sonido de movimiento, de vidrio tintineando. Amycus venia. Antes de que Harry y Luna pudiearan actuar, la Profesora McGonagall se paró, apuntó su varita hacia el Mortifago aturdido y d´ıjo?¡Imperio! Amycus se paró, caminó hacia su hermana, recogió su varita, y luego corrió obedientemente hacia McGonagall y se la dió junto con la suya. ?Potter,?d´ıjo la Profesora McGonagall, volteando a verlo otra vez con mucha indiferencia al probelma de Carrow,?si El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado si sabe que estas aqu´ı.
Mientras él d´ıjo eso, una rabia que era como un dolor f´ısico se apoderó de Harry, queman-dole la cicatriz., y por un segundo miro hacia una basija en la que la posion se volvió clara, y vió que no hab´ıa ningun medallón debajo de la superficie... ?Potter, ¿estas bien??d´ıjo una voz, y Harry volvió: El estaba agarrando el hombro de Luna para balancearse. ?Se nos está acabando el tiemp;o, Voldemort está cerca. ¡Profesora, estoy actuando con las ordenes de Dumbledore, debo encontrar lo que quer´ıa que encontrara! Pero tenemos que sacar a los estudiantes mientras busco en el castillo...Soy yo a quien quiere Voldemort, pero a él no le va a importar matar unos cuantos mas, ahora no...? ahorano mientras sabe que esto atacando Horcruxos, Harry terminó la oración en su cabeza. ?Estás actuando con las ordenes de Dumbledore??repitió con una mirada de asombro. Luego se paro lo mas alto que pudo.
?Debemos asegurar la escuela de El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado mientras que busca por ese...objeto. ?¿Eso es posible? ?Yo creo que s´ı,?d?ijo la Profesora McGonagall secamente,
?los maestros somos muy buenos magos, sabes. Estoy segura que podremos detenerlo por un momento si todos ponemos nuestro mejor esfuerzo. Claro, algo tenemos que hacer con el Profesor Snape... ?...y si Hogwarts está a punto de ser asedida, con el Se˜nor Tenebroso en las puertas, seria muy aconsejable tener en lo posible mas gente inocente afuera. Con la Red Flu bajo observación, y Aparición imposible dentro del castillo... ?Hay una manera,?d´ıjo Harry rapidamente, y le explico todo sobre el pasadiso que llega hacia la Cabeza de Puerco. ?Potter, estamos hablando de cientos de estudiantes... ?Yo se, profesora, pero si Voldemort y los Mortifagos están concentrados en los l´ımites de la escuela no van a estar interesados en alguien que esté Desapareciendo afuera de la Cabeza de Puerco. ?Hay algo ah´ı,?consintió. Ella apuntó su varita a los Carrow, y una malla plateadacalló sobre sus cuerpos pegados, se amarró alrededor de ellos, y los cargó en el aire, donde estaban colgando bajo el cielo azul y dorado como dos grandes y feas creaturas del mar.?Vamos.
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Debemos alertar a los otros Jefes de Casa. Es mejor que te pongas la Capa otra vez. Ella marchó hacia la puerta, y meintras hac´ıa eso alzó su varita. De la punta salió tres gatos plateados con marcas de lentes al rededor de sus ojos. Los Patronus corrian facilmente adelante, llenando la escalera en espiral con luz platead, minetras la Profesora McGonagall, Harry y Luna trotaban detras de ella debajo de la Capa. Ellos hab´ıan bajado dos pisos más cuando otro set de suaves pasos unieron a los de ellos. Harry, a quien la cicatriz le estaba picando, los oyó primero: Buscó en la bolsa al rededor de su cuello por el Mapa del Merodeador, pero antes de que lo pudera sacar, McGonagall también se dió cuenta de que ten´ıan compa˜nia. Ella paró, alzó su varita lista para un duelo,, y dijo,? ¿Quién está ah´ı? ?Soy yo,?d´ıjo una voz leve. Detrás de una armadura salió Severus Snape. Odio hirvió dentro de Harry al verlo: Se le hab´ıan olvidado los detalles de la apariencia de Snape en la magnitud de sus crimenes, se lo olvidó como su pelo grasoso y negro colgaba ocmo cortinas alrededor de su cara delgada, como sus ojos negros tenian un aspecto muerto y fr´ıo. No ten´ıa ropa de dormir, pero estaba vestido con su capa nagra, y el tambien tenia una varita lista para pelear. ?¿Dónde estan los Carrow??Preguntó silenciosamente
?Donde usted les d´ıjo que estubieran, me imagino, Severus,?d´ıjo la Profesora McGonagall.
Snape se paró mas cerca, y sus ojos revolotearon sobre la Profesora McGonagall en el aire alrededor de ella, como si supiera que Harry estaba ah´ı. Harry sostubo su varita arriba tambien, listo para atacar. ?Tuve la impresión,?d´ıjo Snape,?Que Alecto habia detenido a un intruso. ?¿Verdad??d´ıjo la Profesora McGonagall.? ¿Y que le dió esa impresión? Snape hizo un peque˜no movimiento de su brazo, donde la Marca Oscura marcada en su piel.
?Ah, pero naturalmente,?d´ıjo la Profesora McGonagall.?Ustedes los Mortifagos tienen su modo de communicación privado, me olvidé.
Snape pretendió no oirla. Sus ojos estaban todav´ıa sondeando el aire alrededor de ella, y estaba moviendose gradualmente mas cerca, con un aire de que no sab´ıa lo que estaba haciendo. ?No sab´ıa que era su noche de patrullar los corredores, Minerva. ?¿Tiene alguna objeción? ?¿Me pregunto que pudo haberla sacado de su cama a esta hora? ?Pensé que o´ı un disturbio,?d´ıjo la Profesora McGonagall. ?¿Verdad? Pero todo se ve muy calmado.
Snape la miró a los ojos ?¿Haz visto a Harry Potter, Minerva? Perco si lo ha visto, devo insistir...
La Profesora McGonagall se movió más rápido que Harry pudo creer: Su varita acuchilló el aire y por un segundo Harry pensó que Snape deber´ıa caer inconciente, pero la rapidés de su Hechizo de Escudo fue tal que McGonagall fue tirada fuera de balance. Ella empu˜nó su varita hacia una antorcha en la pared y voló fuera de su soporte: Harry, a punto de maldec´ır a snape, fue forzado a quitar a Luna lejos de las llamas que ca´ıan, que se convirtieron en un anillo de fuego que llenó el corredor y voló como un lazo hacia Snape... Luego ya no era fuego, pero un a gran serpiente que McGonagall volvió humo, que se re-formó y se solidifico en segundos para volverse un enjambre de dagas amenazadoras: Snape las evitó sólo cuando se escondió dentrás de la armadura, y con sonidos resonantes las dagas se hundieron, una después de la otra, en su pecho... ?¡Minerva!?d´ıjo una voz chillona, y mirando detras de él, todav´ıa protegiendo a Luna de los hechizos voladores, Harry vió a los Profesores Flitwick y Sprout corriendo por el corredor hacia ellos con su ropa de dormir, con un profesor Slughorn jadeando atrás. ?¡No!?chilló Flitwick, alzando su varita.? ¡Vás a hacer más asesinatos en Hogwarts! El hichizo de Flitwick le pegó a la armadura donde Snape se hab´ıa escondido: Con un ruido se revivió. Snape luchó fuera de los brazos aplastadores y lo mandó volando hacia sus atacantes: Harry y Luna tuvieron que tirarse al lado para evitarlo mientras se destrulló en la pared y callo. Cuando Harry miró hacia arria otra vez, Snape estaba escapando, McGonagall, Flitwick, y Sprout todos estaban corriendo detras de él: El entro por una puerta de un salón y momentos después, oyó a McGonagall gritar,? ¡Cobarde! ¡COBARDE! ?¿Que pasó, qué pasó??preguntó Luna.
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Harry la arrastró hacia arriba y corrieron por el corredor, con la Capa Invisible detrás de ellos, en el salón desierto donde los profesores McGonagall, Flitwick, y Sprout estaban parados al lado de una ventana rota. ?Saltó,?D´ıjo la profesora McGonagall mientras Harry y Luna corrian dentro del salón. ?¿Quieres dec´ır que está muerto?? Harry corrió hacia la ventana, ignorando los gritos de shock de Flitwick y Spout por su aparición. ?No, no está muerto,?d´ıjo McGonagall amargamente.?Al contrario de Dumbledore, todav´ıa ten´ıa una varita...y se ve que ha aprendido unos cuantos trucos con su maestro. Con un cosqui-lleo de horror, Harry vió en la distancia una figura grande con forma de murcielago atravez de la oscuridad hacia la pared del perimetro. Hab´ıan pasos pesados detrás de ellos, y muchos jadeos: Slughorn acababa de alcanzarlos. ?¡Harry! Jadeó, masageandose su inmenso pecho debajo de sus pijama de seda de color esmeralda. ?Mi querido ni˜no...que sorpresa...Minerva, explica...Severus... ¿que...? ?Nuestro director se está tomando un peque˜no descanso?d´ıjo la Profesora McGonagall, apuntando hacia la figura de Snape en la ventana.