123282.fb2 Harry Potter and The Deathly Hallows - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 136

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?¡Profesora! Harry gritó, sus manos en su frente. Pod´ıa ver el lago lleno de Inferi debajo de el, y sintió el fantasmal bote verde estrellarse con la orilla, y Voldemort saltoó afuera con un sentimiento de asesino en su corazón... ?Profesora, tenemos que cerrar con barricadas la escuela, ¡el ya viene! ?Muy bien. El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado ya viene? le d´ıjo a los otros profesores. Sprout y Flitwick quedaron boquiabieartos; Slughorn dejó escapar un peque˜no grito.?Potter tiene que trabajar en el castillo bajo las ordeners de Dumbledore.

Tenemos que poner cada protección de la que somos capaces de hacer mientras Potter hace lo que tenga que hacer. ?¿Te das cuenta, claro, que nada de lo que hagamos puede dejara a Tu-Sabes-Quien afuera indifinidamente??Chilló Flitwick. ?Pero lo podemos detener,? d´ıjo la Profesora Sprout ?Gracias, Pomona,?d´ıjo la profesora McGonagall, y entre las dos brujas pasó una triste mirada de entendimiento.? Yo sugiero que establescamos porección basica al rededor del lugar, luego reunir a nuestros estudiantes y encontrarnos en el Gran Comedor. La mayoria deben ser evacuados, pero si algunos de los que son mayores de edad quieren quedarse a pelear, yo creo que tenemos que darles esa oportunidad.

?Estóy de acuerdo,? d´ıjo la Profesora Sprout, quien ya estaba apurandose hacia la puerta.

?Los veré en el Gran Comedor en veinte minutos con los de mi Casa. Y trotó fuera de la vista de elllos, la podian oir murmurando,?Tentacula. Lazo del Diablo. Y cascara de Snargaluff... si, quiero ver a los Mortifagos peleando esos. ?Puedo actuar desde aqu´ı,?d´ıjo Flitwick, y aunque casi no podia ver fuera de ella, le apunto con su varita atravez de la ventana rota y empezó a susurrar encantos de gran complejidad. Harry olló un raro ruido rafagante, como si Flitwick hubiera desencadenado el poder del viento dentro del castillo.

?Profesor,?d´ıjo Harry, acercandose al peque˜no maestro de Encantos, ?Profesor, perdón por interrumpir, pero esto es importante. ¿Tiene alguna idea de donde está la diadema de Ravenclaw? ?Protego Horribilis... ¿la diadema de Ravenclaw??Chilló Flitwick. ?Un poco de sabiduria extra nunca se pierde, Potter, pero creo que no va a ser de mucho uso en esta situación. ?Solo quise decir... ¿Usted sabe donde está? ¿Alguna vez la ha visto? Harry sintió una mezcla de decepción desesperada y panico. Entonces, que era el Horcrux?

?¡Debemos encontrarlos a usted a su Ravenclaws en el Gran Comedor, Filius! D´ıjo la Profesora McGonagall, se˜nalandole a Harry y Luna que la siguieran. Acababan de alcanzar la puerta cuando Slughorn retumbo en habla ?Mi Dios,? jadeó, palido y sudoroso, su bigote de morsa temblando. ¡Que hacer! No estoy seguro que esto sea prudente, Minerva. Va a encontrar una manera de entrar, usted sabe, y cualquiera de los que han tratado de detenerlo va a estar en gran peligro... ?Voy a esperarlos a usted y a los de Slytherin en Gran Comedor en veinte minutos, tambien,?d´ıjo la profesora McGonagall.?Si desea irse sin sus estudiantes, no lo vamos a parar. Pero si algunos de ustedes tratan de sabotear nuestra resistencia o tomar armas en contra de nosotros dentro del castillo, entonces, Ho-racio, vamos a hacer un duelo hasta matar. ?¡Minerva!?d´ıjo, horrorizado. ?Ha llegado el momento que la Casa de Slytherin decida cuales son sus lealtades,?Interrumpió la pro-CAPÍTULO 30. EL DESPIDO DE SEVERUS SNAPE

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fesora McGonagall.? Ve y despierta a tus estudiantes, Horace. Harry no se quedó para ver a Slughorn balbucear: El y Luna correron detras de la Profesora McGonagall, quien habia adoptado una posiciónen la mitad del corredor y alzó su varita. ?Piertotum...oh, por el amor de Dios, Filch, ahorita no... El viejo portero acababa de aparecer, gritando

?¡Estudiantes fueras de sus camas! ¡Estudiantes en los corredores! ?¡Se supone que estén afuera, idiota!? Gritó McGonagall.? ¡Ahora, vaya y haga algo constructivo! ¡Encuentre a Peeves! ?¿P-Peeves?? tartamudeó Filch como si nunca hubiera oido ese nombre antes.

?Si, Peeves, tonto, ¡ Peeves! ¿No ha estado quejandose de el por un quarto de siglo? ¡Va-ya y traigalo, ahora! Evidentemente, Filch pensó que la profesora McGonagall se hab´ıa vulto loca, pero se fue cojeando, con los hombros jorobados, susurrando en voz baja. ?Y

ahora... ¡Piertotum Locomotor! Chilló la Profesora McGonagall. Y atravez del corredor las estatuas y armaduras saltaron fuera de su pedestal, y con golpes resonantes de los pisos de arriba y abajo, Harry sab´ıa que sus compa˜neros atravez del castillo hab´ıan hecho lo mismo. ?¡Hogwarts está amenazada!? Gritó lal Profesora McGonagall.? ¡Cuiden los alrededores, protegenos, cumplan con su deber en esta escuela! Haciendo ruidos y gritando, el reba˜no de statuas móviles se precipitó delante de Harry: Algunos de ellos más peque˜nos, otros mas grandes, que un sers humano. Tambien hab´ıan animales, y las armaduras con su sonido metálico empu˜naron espadas y pelotas en cadenas con púas. ?Ahora, Potter,?d´ıjo McGonagall,?Es mejor que usted y la Se˜norita Lovegood se devuelvan con sus amigos y los traigan al Gran Comedor... Yo despertaré a los otros de Gryffindor. Ellos se fueron cuando estában en el último escalon, Harry y Luna corriendo hacia la entrada oculta hacia el Cuarto de Requerimientos. Mientras corr´ıan, se encontraron con grupos de estudiantes, casi todos con su capa de viaje sobre sus pijama, siendo guiados hacia el Gran Comedor por maestros y prefectos ?¡Ese era Potter! ?¡Harry Potter! ?¡Era el, lo juro, lo acabé de ver! Pero Harry no los miró, y finalmente llegaron a la entrada del Cuarto de Requerimientos. Harry se inclinó hacia la pared encantada, que se abrió para dejarlos entrar, y el y Luna corrieron hacia la escalera ?¿Qu...? Mientras el cuarto salió a la vista, Harry bajó unos escalones del shock. Estaba llena, más llena de cuando el hab´ıa estado ah´ı. Kingsley y Lupin estaban mirandolo a el, como también Oliver Wood, Katie Bell, Angelina Johnson, y Alicia Spinner, Bill y Fleur, y el Se˜nor y la Se˜nora Weasley.

?Harry, ¿que está pasando?? d´ıjo Lupin, encontrandose con él al final de las escaleras.

?Ya viene Voldemort, están haciendole barricadas a la escuela...Snape se escapó... ¿Que están haciendo aqu´ı? ¿Cómo sab´ıan? ?Le mandamos mensajes al resto del Ejercito de Dumbledore,?explicó Fred.? No esperabas que todos se perdieran de la diversión, Harry, y el E.D. le contó a la Orden del Fenix, y todo se juntó. ?¿Primero qué, Harry? D´ıjo George. ?¿Qué está pasando? ?Están evacuando los ni˜nos mas jóvenes y todos se estan reuniendo en el Gran Comedor para organizarse,?D´ıjo Harry.?Vamos a pelear. Hubo un gran clamor y una oleada hacia el final de las escaleras; el estaba presionado en contra de la pared mientras corrian después de el, los miembros de la Orden del Fenix, el Ejercito de Dumbledore, y el viejo equipo de Quidditch de Harry mezclados, todas sus varitas afuera, caminando hacia el castillo principal. ?Vamos Luna,?Dean llamó mientras pasaba, dando su mano libre; ella la tomo y lo siguió arriba de las escaleras. El grupo de personas se estaba haciendo mas peque˜no: Solo un peque˜no grupo de personas quedaban en el Cuarto de Requerimientos, y Harry se les unió. La Se˜nora Weasley estaba luchando con Ginny. Al rededor estaba Lupin, Fred, George, Bill, y Fleur. ?Eres menor de edad!? le gritó la Se˜nora Weasley a su hija mientras Harry se acercaba.? ¡No lo permitiré! Los hombres, si, pero tu,

¡tu tienes que ir a casa! ?¡No lo haré! El cabello de Ginny voló cuando tiró su brazo fuera del pu˜no de la Se˜nora Weasley. ?Estoy en el Ejercito de Dumbledore... ?¡Una pandilla de adolescentes! ?¡Una pandilla de adolescentes que va a pelear contra el, lo que nadie se ha atrevido a hacer!? d´ıjo Fred. ?¡Ella tiene dieciseis a˜nos!?gritó la Se˜nora Weasley.? ¡No es lo sufisientemente grande! Ustedes dos estaban pensando entraerla con ustedes... Fred y CAPÍTULO 30. EL DESPIDO DE SEVERUS SNAPE

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George se veian avergonzados. ?Mi mamá tiene razón, Ginny,?d´ıjo Bill gentilmente. ?No puedes hacer esto. Todos los menores de edad tienen que irse, es lo justo. ?¡No puedor ir a casa!? Gritó Ginny, furiosa y con lagrimas brillandole en los ojos. ?Toda mi familia esta aqu´ı, no puedo quedarme parada a esperar sola sin saber y... Sus ojos se encontraron con los de Harry por primera vez. Lo miró suplicantemente, pero el d´ıjo que no con la cabeza y ella se volteó rencorosamente. ?Está bien,? d?ijo, mirando hacia la entrada del tunel que llegaba a la Cabeza de Puerco. ?Voy a despedirme ahora, luego, y.... Se oyeron pies arrastrandose y un gran ruido sordo: Alguien más hab´ıa salido del tunel, perdió un poco el equililbrio, y calló. Se paró con la silla mas cercana, miró al rededor detras de sus lentes de sus lentes torcidos, y d´ıjo, ?¿Llegué tarde? ¿Ya empezó? Me acabé de enterar, entonces yo...yo... Percy quedó en silencio. Evidentemente nohab´ıa esperado encontrarse con la mayoria de su familia. Hubo un momento de asombro, que fue interrumpido por Fleur diciendole a Lupin, en un intento muy transparente de romper la tension, ?¿Y... como está el peque˜no Teddy? Lupin le parpadeó, sorprendido. El silencio entre los Weasleys se solidificó, como un hielo. ?Yo...oh si... ¡está bien!?D´ıjo Lupin fuertemente.?Si, Tonks esta con el...en la casa de su madre... Percy y los otros Weasleys todav´ıa se estaban mirando, congelados. ?¡Mira, tengo una foto!?Gritó Lupin, sacando la foto del bolsillo de su chaqueta y mostrandoselo a Fleur y Harry, quien vió un peque˜no bebe con un mechón de colór turquesa, salundando con gordas manos a la camara. ?¡Fu´ı un estupido!? Rugió Percy, tan duro que Lupin casi bota la foto.?Fu´ı un idiota, fui un presumido, fu´ı un...un... ?Un idiota, amante del ministerio, repudiante de la familia, hambriento de poder,? d´ıjo Fred Percy pasó saliva ?¡Si, lo fu´ı! ?Bueno, no puedes decir mejor que eso,? d´ıjo Fred, dandole la mano a Percy La Se˜nora Weasly empezó a llorar. Corrió hacia adelante, empujó a Fred, y le dió a Percy un abrazo estrangulador, mientras el le daba palmaditas en la espalda, sus ojos mirando a su padre. ?Perdoname, padre,? d´ıjo Percy El Se˜nor Weasly parpadeo rapidamente, luego tambien se apuró a abrazar su hijo. ?¿Que te hizo volver a tus sentidos, Perce?? Preguntó George. ?Me ha estado pasando por un tiempo,?d´ıjo Percy, limpiandose los ojos debajo de los lentes con la esquina de su capa. ?Pero tenia que encontrar una manera de salirme y no es facil en el Ministerio, estan mentiendo a la carcel a los traidores. Logré contactarme con Alberforth y me paso el dato hace diez minutos que Hogwarts iba a pelear, entonces aqui estoy. ?Bueno, si esperamos que nuestros prefectos sean lideres en momentos como este,? d´ıjoGeorge con una buena imitac´ıon del gesto más presumido de Percy.?Ahora vamos a arriba y peleemos, o todos los mejores Mortifagos ya estaran tomados. ?¿Entonces, tu eres mi cu˜nada ahora??d´ıjo Percy, dandole la mano a Fleur mientras caminaban hacia las escaleras con Bill, Fred, y George. ?¡Ginny!?gritó la se˜nora Weasley. Ginny estaba tratando, aprovechando la reconciliación, de subir a escondidas. ?Molly, que opinas,? d´ıjo Lupin.? ¿Por qué no se queda Ginny, asi almenos esta en la escena y sabe lo que está pasando, pero no estarán en la mitad de la pelea? ?Yo...

?ES una buena idea,?d´ıjo el se˜nor Weasley firmemente. ?Ginny, te quedas en este cuarto,

¿entiendes? A Ginny no le gustó mucho la idea, pero bajo la mirada preocupada de su padre, asintió. La Se˜nora y el Se˜nor Weasly y Lupin caminaron hacia las escaleras tambien.

?¿Dónde está Ron??Preguntó Harry.? ¿Dónde está Hermione? ?Deben estar en el Gran Comedor,?d´ıjo el Se˜nor Weasley. ?No los vi pasar,? d´ıjo Harry. ?Dijeron algo sobre un ba˜no,?d´ıjo Ginny,?Poco después de que te fuiste. ?¿Un ba˜no? Harry caminó atravez del cuarto hacia una puerta abierta que llevaba al Cuarto de Requerimientos y buscó en el ba˜no. Estaba vacio. ?¿Estás segura de que dijeron ba˜n...? Pero luego su cicatriz le quemóy el Cuarto de Requerimientos desapareció: El estaba mirando atravez de las altas rejas de hierro con jabal´ıs con alas en columnas en cada lado, mirando atravez del oscuro campo hacia el castillo, que estaba ardiendo con luces. Nagini estaba sobre sus hombros. Estaba poseido con ese sentimiento cruel y frio de un proposito precedia asesinato.

Cap´ıtulo 31

La Batalla de Hogwarts

El cielo encantado del Gran Comedor estaba oscuro y salpicado de estrellas, y debajo de él, las cuatro largas mesas de las cuatro casas estaban alineadas, llenas de alumnos desali˜nados, algunos con sus capas de viaje, otros en capas de gala. Aqu´ı y allá brillaba el resplandor perlado de las figuras fantasmales que poblaban la escuela. Cada ojo, vivo o muerto, estaba fijo sobre la Profesora McGonagall, quien estaba hablando desde la plataforma superior del Comedor. Detrás de ella permanec´ıan los demás profesores, incluido el centauro Firenze, además de los miembros de la Órden del Fénix que hab´ıan venido a luchar.

-...evacuación será supervisada por el Se˜nor Filch y Madam Pomfrey. Prefectos, cuando de la se˜nal, organizarán a los miembros de sus casas y llevarán a sus compa˜neros ordenadamente hacia los puntos de evacuación.

Muchos de los estudiantes se ve´ıan petrificados. Sin embargo, mientras Harry bordeaba las paredes mientras ojeaba la mesa de Gryffindor en busca de Ron y Hermione, Ernie Macmillan se levantó de su asiento en la mesa de Hufflepuff y gritó:

- ¿Y qué pasa si nos queremos quedar y pelear?

Hubo algunos aplausos alrededor.

- Si eres mayor de edad te puedes quedar.

- ¿Qué pasará con nuestras cosas? ? dijo una chica en la mesa de Ravenclaw. - ¿Nuestros libros? ¿Nuestras lechuzas?

- No hay tiempo para recoger posesiones ? dijo la profesora McGonagall -. Lo más importante es llevarlos a un lugar seguro.

- ¿Dónde está el profesor Snape? ? gritó una alumna de la mesa de Slytherin.

- Para usar una frase común, se ha largado. ? replicó la profesora McGonagall, y una gran aclamación surgió de las mesas de Gryffindor, Hufflepuff y Ravenclaw.

Harry se movió cerca de la mesa de Gryffindor, aún buscando a Ron y Hermione.

Mientras pasaba, los rostros se movieron en su dirección, y las personas murmuraban a su paso.

- Ya hemos puesto protección alrededor del castillo, ? estaba diciendo la profesora McGonagall ? pero es poco probable que aguantemos mucho a menos que la reforcemos.

As´ı pues, debo pedirles que se muevan rápida y calmadamente, y que hagan lo que sus prefectos-Pero sus palabras finales se ahogaron cuando una voz diferente hizo eco en el Gran 342

CAPÍTULO 31. LA BATALLA DE HOGWARTS

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Comedor. Era aguda, fr´ıa y clara. Era imposible decir de dónde proven´ıa; parec´ıa salir de las mismas paredes. Como los monstruos que una vez comandó, tal vez yació all´ı, dormida, por siglos.

- Sé que se están preparando para pelear.- Hubo gritos entre los estudiantes, y algunos se agarraban de los otros, mirando a su alrededor, despavoridos, buscando la fuente del sonido. ? Sus esfuerzos son fútiles. No pueden pelear contra m´ı. No quiero matarlos. Tengo un gran respeto por los profesores de Hogwarts. No quiero derramar sangre mágica.

Se hizo el silencio en el Gran Comedor, el tipo de silencio que te presiona los o´ıdos, que es demasiado grande como para ser contenido por las paredes.

- Denme a Harry Potter,- dijo la voz de Voldemort,- y nadie será lastimado. Denme a Harry Potter y no tocaré la escuela. Denme a Harry Potter, y serán recompensados...

Tienen hasta media noche.

El silencio se los tragó nuevamente. Cada cabeza, cada par de ojos parec´ıan haber encontrado a Harry, capturado en el resplandor de miles de rayos invisibles. En ese momento, una figura se levantó de la mesa de Slytherin, y Harry reconoció a Pansy Parkinson cuando levantó un brazo tembloroso y gritó:

- ¡Pero si ah´ı está! ¡Potter está allá! ¡Alguien sujételo!

Antes de que Harry pudiera hablar, hubo un movimiento masivo. Los Gryffindors en frente de él se levantaron y enfrentaban no a Harry, si no a los Slytherins. En ese momento los Hufflepuffs se levantaron, y casi al mismo tiempo lo hicieron los Ravenclaws, todos con sus espaldas hacia Harry, todos mirando a Pansy, y Harry, atemorizado y abrumado, vió como las varitas sal´ıan de todas partes, de los bolsillos de las capas y de debajo de las mangas.

- Gracias, se˜norita Parkinson ? dijo la profesora McGonagall de manera cortante-

. Usted saldrá del Gran Comedor primero, junto al se˜nor Filch. El resto de su casa, acompá˜nenla.

Harry escuchó el rechinar de los bancos y luego el sonido de los Slytherins del otro lado del Gran Comedor.

- Ravenclaws, ¡s´ıganlos!- dijo la profesora McGonagall.

Lentamente las cuatro mesas se vaciaron. La mesa de Slytherin estaba completamente desierta, pero unos cuantos de los alumnos más viejos de Ravenclaw se quedaron sentados mientras sus compa˜neros sal´ıan. Aún más Hufflepuffs se quedaron atrás, y la mitad de Gryffindor se quedó en sus asientos, provocando que la profesora McGonagall bajara de la plataforma para arrear a los más peque˜nos hacia afuera.