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- ¡Expelliarmus!
La varita de Goyle salió volando de su mano y desapareció en el bastión de objetos que estaban detrás de él; Goyle saltó como un tonto en el sitio, intentando recuperarla; Malfoy saltó fuera del rango del segundo hechizo aturdidor de Hermione, y Ron, apareciendo repentinamente al final del pasillo, le lanzó un maldición paralizadora a Crabbe, que falló por muy poco.
CAPÍTULO 31. LA BATALLA DE HOGWARTS
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Crabbe giró en redondo y gritó -¡Avada Kedavra! de nuevo. Ron desapareció de un salto para evitar el chorro de luz verde. Malfoy, sin varita, se encogió detrás de un armario de tres patas, mientras Hermione cargaba contra ellos, golpeando a Goyle con un hechizo aturdidor mientras se acercaba.
- ¡Está por aqu´ı en algún lugar! ? le gritó Harry, apuntando la pila de bártulos en la que la vieja tiara hab´ıa ca´ıdo ?. Búscala mientras yo voy y ayudo a R-
- ¡HARRY! ? gritó Hermione.
Una ola de sonido crepitante que ven´ıa de detrás de él le dio la advertencia del momento. Se dio vuelta y vio a Ron y a Crabbe corriendo lo más rápido que pod´ıan hacia ellos.
- ¿Te gusta as´ı, basura? ? rugió Crabbe mientras corr´ıa.
Pero parec´ıa no tener control sobre lo que hab´ıa hecho. Llamas de tama˜no anormal los persegu´ıan, lamiendo los lados de los montones de basura y baratijas, que se desmoronaban como holl´ın a su toque.
- ¡Aguamenti! ? aulló Harry, pero el chorro de agua que salió de la punta de su varita se evaporó en el aire.
- ¡CORRAN!
Malfoy agarró a Goyle, quien segu´ıa aturdido, y lo arrastró con él; Crabbe los aven-tajó a todos, viéndose aterrorizado; Harry, Ron y Hermione lo acompa˜naron en su carrera, y el fuego los persegu´ıa. No era un fuego normal; Crabbe hab´ıa usado una maldición de la que Harry no ten´ıa conocimiento. Cuando giraron en una esquina las llamas los persiguieron como si estuvieran vivas, como si sintiera, resueltas a matarlos. Ahora el fuego estaba mutando, formando una manada gigante de bestias fogosas: serpientes flameantes, quimeras y dragones se levantaban y ca´ıan y se levantaban otra vez, y los detritos de siglos de los que se estaban alimentando eran lanzados a los aires a sus bocas colmilludas, a sus garras afiladas, antes de ser consumidos por la hoguera.
Malfoy, Crabbe y Goyle se hab´ıan desaparecido de su vista: Harry, Ron y Hermione se detuvieron; los monstruos de fuego los ten´ıan rodeados, acercándose cada vez más, sus garras, cuernos y colas azotaban el suelo, y el calor era tan sólido como una muralla a su alrededor.
- ¿Qué podemos hacer? ? gritó Hermione por encima del ruido ensordecedor del fuego
- ¿Qué podemos hacer?
- ¡Aqu´ı!
Harry se hizo con un par de escobas que se ve´ıan pesadas de la pila de trastos más cercana, y le lanzó una a Ron, quien montó a Hermione detrás de él. Harry pasó su pierna sobre la segunda escoba y, con fuertes patadas al piso, se levantaron por el aire, fallando por poco el pico carnudo de un raptor flameante que intentó morderlos con sus poderosas mand´ıbulas. El humo y el calor se hac´ıan insoportables: debajo de ellos, el fuego maldito consum´ıa el contrabando de generaciones de estudiantes cazados, los resultados culpables de mil experimentos prohibidos, los secretos de almas incontables que hab´ıan buscado refugio en la habitación. Harry no pod´ıa ver rastro de Malfoy, Crabbe o Goyle por ningún lado. Bajó en picado lo más que se atrevió sobre la manada merodeante de monstruos que intentaban encontrarlos, pero no hab´ıa más que fuego: Qué forma tan terrible de morir...
Él nunca quiso esto...
-¡Harry, salgamos de aqu´ı! ¡Salgamos de aqu´ı! ? rugió Ron, aunque a través del humo CAPÍTULO 31. LA BATALLA DE HOGWARTS
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era imposible ver dónde estaba la puerta.
Y entonces Harry escuchó un débil, penoso grito humano entre la terrible conmoción, el estruendo de la llamma devoradora.
- ¡Es demasiado peligroso! ? gritó Ron, pero Harry giró en el aire. Sus lentes le daban a sus ojos una peque˜na protección contra el humo, rastreó la tormenta de fuego debajo de él, buscando una se˜nal de vida, un miembro o una cara que aún no estuviese achicharrada como madera...
Y entonces los vio: Malfoy con sus brazos bajo el inconciente Goyle, ambos sobre una frágil torre de escritorios achicharrados, y Harry descendió. MAlfoy lo vió venir y levantó un brazo, pero incluso cuando Harry lo agarró supo de inmediato que no servir´ıa de nada. Goyle era muy pesado y la mano de Malfoy, cubierta de sudor, se resbaló inmediatamente de la mano de Harry.
- ¡SI MORIMOS POR CULPA DE ELLOS, TE MATARÉ, HARRY! ? rugió la voz de Ron, y, mientras una gran quimera flamenate se abalanzaba sobre ellos, él y Hermione arrastraron a Goyle sobre su escoba y se alzaron, balanceándose y tambaleándose en el aire, mientras Malfoy se sub´ıa a la escoba detrás de Harry.
- ¡La puerta! ¡Vamos a la puerta, la puerta! ? le gritó MAlfoy a Harry en la oreja, y Harry aceleró, siguiendo a Ron, Hermione y Goyle a través de la nube de humo, apenas capaz de respirar: y alrededor de él, los objetos que aún no hab´ıan sido consumidos por las llamas saltaban por los aires, mientras las criaturas invocadas por el fuego maldito las lanzaban alto en celebración: tazas y escudos, un collar destellante, una vieja tiara descolorida...
- ¿Qué estás haciendo? ¿Qué estás haciendo? ¡La puerta es hacia allá! ? gritó Malfoy, pero Harry hizo un viraje brusco y descendió en picada. La diadema parec´ıa caer en cámara lenta, dando vueltas y brillando mientras ca´ıa en las fauces de una serpiente bostezando, y entonces la agarró, atrapándola alrededor de su mu˜neca-Harry giró bruscamente de nuevo cuando la serpiente se abalanzó sobre él; se alzó y se encaminó directamente hacia el lugar en donde, rezaba, la puerta estaba abierta; Ron, Hermione y Goyle se hab´ıan desvanecido; Malfoy estaba gritando y sujetaba a Harry tan fuerte que lo lastimaba, entonces, a través del humo, Harry vio una mancha rectangular en la pared y condujo la escoba hacia allá, y momentos después aire limpio llenó sus pulmones mientras chocaban con la pared del corredor frente a ellos.
Malfoy cayó de la escoba sobre su cara, jadeando, tosiendo y teniendo arcadas. Harry se revolcó y se sentó: La puerta a la Sala de los Menesteres se hab´ıa desvanecido, y Ron y Hermione estaban sentados en el piso, jadeantes, junto a Goyle, quien permanec´ıa inconciente.
- C-Crabbe ? se asfixió Malfoy tan pronto como pudo hablar -. Crabbe...
- Está muerto. ? dijo Ron ásperamente.
Hubo un silencio, aparte de los jadeos y las toses. Entonces un número de grandes explosiones sacudió al castillo, y una gran cabalgata de figuras transparentes galopó frente a ellos sobre sus caballos, sus cabezas gritando su sed de sangre bajo sus brazos. Harry trastabilló al levantarse cuando la partida de Cazadores Descabezados hubo pasado: La batalla continuaba alrededor de él. Pod´ıa escuchar más gritos que los de los de los fantasmas en retirada. El pánico se prendió dentro de él.
- ¿Dónde está Ginny? ? dijo cortante ? Estaba aqu´ı. Se supone que iba a entrar en la Sala de los Menesteres.
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- Córcholis, ¿crees que sirva aún después de todo ese fuego? ? preguntó Ron, pero él también se puso de pie, frotándose el pecho y mirando a todos lados - ¿Nos separamos para buscarla?
- No ? dijo Hermione levantándose también. Malfoy y Goyle permanec´ıan desplomados y sin esperanza en el suelo, y ninguno de los dos ten´ıa varita ? Quedémonos juntos. Yo digo que vayamos... Harry, ¿qué es eso en tu brazo?
- ¿Qué? Oh, s´ı...
Se sacó la diadema de la mu˜neca y la levantó. Aún estaba caliente, ennegrecida por el holl´ın, pero cuando la miró de cerca fue capaz de entender las diminutas palabras grabadas sobre ella: JUICIO M ÁS ALL Á DE LA MEDIDA ES EL TESORO M ÁS GRANDE DEL
HOMBRE.
Una sustancia semejante a la sangre, negra y alquitranada, parec´ıa gotear de la diadema. De repente Harry sintió la cosa vibrar violentamente, y romperse en sus manos, y cuando lo hizo, creyó escuchar el más débil y distante grito de dolor, haciendo eco no desde los terrenos o desde el castillo, sino desde esa cosa que se hab´ıa roto entre sus dedos.
- ¡Debe haber sido Fiendfyre! ? gimió Hermione, sus ojos sobre la pieza rota.
- ¿Perdón?
- Fiendfyre ? fuego maldito ? es una de las sustancias que destruye Horrocruxes, pero yo nunca me hubiese atrevido a usarlo, es demasiado peligroso - ¿Cómo aprendió Crabbe a -?
- Debe haberlo aprendido de los Carrows. ? dijo Harry, adusto.
- Una lástima que no prestó atención cuando dijeron cómo detenerlo, realmente ? dijo Ron, cuyo cabello, como el de Hermione, estaba chamuscado, y su cara ennegrecida -. Si no hubiese intentado matarnos a todos, estar´ıa apenado por su muerte.
- ¿Pero no te das cuenta? ? susurró Hermione ? Eso significa que sólo nos falta la serpiente ? pero se detuvo cuando alaridos y gritos y los ruidos inconfundibles de un duelo llenaron el corredor. Harry vio a su alrededor y su corazón pareció detenerse: los mort´ıfagos hab´ıan entrado a Hogwarts. Fred y Percy estaban justo a la vista, ambos batiéndose con hombres enmascarados y encapuchados.
Harry, Ron y Hermione avanzaron a la carrera para ayudar: chorros de luz volaban en todas direcciones y el hombre batiéndose con Percy se echó atrás rápidamente: su capucha cayó y vieron una frente alta y cabello encanecido...
- ¡Hola, Ministro! ? bramó Percy, lanzando una maldición a Thicknesse, quien dejó caer su varita y ara˜nó el frente de sus vestiduras, aparentemente terriblemente incómodo -