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- ¿En serio? ? susurró Lily.
- Definitivamente ? dijo Snape, e incluso con su mal corte de cabello y su extra˜na ropa, su figura pareció enaltecerse en frente de ella, lleno de confianza en su destino.
- ¿Y de verdad me llegará por lechuza? ? susurró Lily.
- Normalmente ? dijo Snape ? pero eres hija de muggles, as´ı que alguien de la escuela tendrá que venir a explicarle a tus padres.
- ¿Existen diferencias por ser hija de muggles?
Snape dudó un instante. Sus ojos negros, impacientes y repentinamente abatidos, recorrieron la pálida cara y el cabello rojo oscuro.
- No ? dijo ? No existe ninguna diferencia.
- Que bueno ? dijo Lily, relajándose. Era claro que eso la hab´ıa estado preocupando.
- Tienes mucha magia ? dijo Snape ? pude verlo. Todo el tiempo que te observé?
Su voz fue desapareciendo, ella no estaba escuchando, pero se hab´ıa estirado en el suelo frondoso y miraba hacia las hojas en las copas de los árboles que hab´ıa sobre ellos.
Él la miró con tanta intensidad como la hab´ıa mirado en el patio de juegos.
- ¿Cómo van las cosas en tu casa? ? preguntó Lily.
Snape frunció un poco el entrecejo.
- Bien ? dijo.
- ¿Ya no pelean?
-Oh, s´ı. S´ı pelean ? dijo Snape, recogiendo un montón de hojas y rompiéndolas, aparentemente sin darse cuenta de lo que estaba haciendo - Pero no falta mucho para que me vaya.
- ¿A tu papá no le gusta la magia?
- Creo que no hay nada que le guste mucho ? dijo Snape.
- ¿Severus?
Una peque˜na sonrisa apareció en el rostro de Snape cuando ella mencionó su nombre.
- ¿Si?
- Cuéntame sobre los dementores otra vez. - ¿Qué quieres saber de ellos?
- Si yo uso magia fuera de la escuela?
- ¡No te enviarán con los dementores por eso! Los dementores son para gente que ha hecho cosas realmente malas. Son los guardianes de la prisión mágica, Azkaban. Pero tú no irás a Azkaban, eres demasiado?
Snape se sonrojó nuevamente y destrozó más hojas. Luego, un ligero crujido detrás de Harry hizo que se diera vuelta: Petunia, escondida detrás de un árbol, hab´ıa perdido el equilibrio.
CAPÍTULO 33. LA HISTORIA DEL PRÍNCIPE
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- ¡Tuney! ? exclamó Lily, con una voz llena de sorpresa y bienvenida, pero Snape se hab´ıa puesto de pie de un salto.
- ¿Quién esp´ıa a quién ahora? ? gritó ? ¿Qué es lo que quieres?
Petunia hab´ıa perdido el aliento, alarmada por haber sido atrapada. Harry pod´ıa ver como luchaba por encontrar algo hiriente que decir.
- ¿Y tú, qué traes puesto? ? dijo, se˜nalando al pecho de Snape - ¿Una blusa de tu mami?
Escucharon un ?CRACK?: una rama sobre la cabeza de Petunia se hab´ıa ca´ıdo. Lily gritó, la rama golpeó a Petunia en el hombro, quien retrocedió y se echó a llorar.
- ¡Tuney!
Pero Petunia hab´ıa salido corriendo. Lily se volteó hacia Snape.
- ¿Tú hiciste que pasara eso?
- No ? el chico parec´ıa desafiante y asustado.
- ¡Fuiste tú! ? la ni˜na se alejaba, sin darle la espalda - ¡Fuiste tú! ¡La lastimaste!
- No? ¡no lo hice!
Pero la mentira no convenció a Lily: después de una última mirada fulminante, se fue corriendo del bosquecillo, detrás de su hermana, y Snape se quedó all´ı, miserable y confundido?
Y el escenario se rearmó. Harry miró a su alrededor, se encontraba en la plataforma 9
y ?, y Snape estaba a su lado, ligeramente encorvado, junto a una mujer delgada, pálida y con una mirada amarga, que le recordaba mucho a él. Snape miraba a una familia de cuatro miembros que se encontraba a una escasa distancia. Las dos ni˜nas estaban un tanto alejadas de sus padres. Lily parec´ıa estar discutiendo con su hermana. Harry se acercó más para escuchar.
- ¡?lo siento mucho, Tuney, lo siento! Escucha ? tomó la mano de su hermana, y la sostuvo, a pesar de que Petunia trataba de soltarse ? Tal vez cuando llegue (¡Escucha, Tuney!) Tal vez cuando llegue, podré ir a hablar con el profesor Dumbledore y convencerlo para que cambie de opinión.
- ¡Yo ? no ? quiero ? ir! ? dijo Petunia, forcejeando por quitar su mano de entre las de su hermana - ¿Crees que quiero ir a un estúpido castillo a aprender a ser una? una??
Sus ojos claros recorrieron la plataforma, por sobre los gatos maullando en los brazos de sus due˜nos, por sobre las lechuzas ululando y aleteándose unas a otras en sus jaulas, por sobre los estudiantes, algunos ya vestidos con sus largas túnicas negras, cargando sus baúles al interior del tren escarlata o saludándose felices unos a otros después de un verano sin verse.
- ¿?crees que quiero ser un? un? fenómeno?
Los ojos de Lily se llenaron de lágrimas mientras Petunia consegu´ıa recuperar su mano.
- No soy un fenómeno ? dijo Lily ? Es horrible que digas eso.
- Ah´ı es a donde vas ? dijo Petunia, ardientemente ? A una escuela especial para fenómenos. Tú y ese Snape? raros, eso es lo que ambos son. Es bueno que te separen de la gente normal. Es por nuestra propia seguridad.
Lily miró a sus padres, quienes miraban la plataforma con un aire de dicha total, CAPÍTULO 33. LA HISTORIA DEL PRÍNCIPE