123282.fb2 Harry Potter and The Deathly Hallows - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 149

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disfrutando la escena. Luego volvió a mirar a su hermana, y su voz se volvió baja y fr´ıa.

- No pensabas que era una escuela para fenómenos cuando le escribiste al director rogándole que te aceptara.

Petunia se puso escarlata

- ¿Rogando? ¡Yo no le rogué!

- Vi su respuesta. Fue muy amable.

- ¡No debiste haberlo le´ıdo?! ? susurró Petunia ? Era algo privado? ¿Cómo pudiste?

Lily se delató a s´ı misma al mirar hacia donde se encontraba Snape. Petunia jadeó.

- ¡Ese chico la encontró! ¡Tú y ese ni˜no han estado entrometiéndose en mi habitación!

- No? no entrometiéndonos ? ahora era Lily quien estaba a la defensiva ? ¡Severus vio el sobre, y no pod´ıa creer que un mago fuera capaz de contactar a Hogwarts, eso es todo!

Él dice que deben haber magos trabajando encubiertos en el servicio postal y que ellos se encargan de?

- ¡Aparentemente los magos meten las narices en todas partes! ? dijo Petunia, ahora tan pálida como antes sonrojada - ¡Fenómeno! ? le espetó a su hermana, encaminándose luego hacia sus padres.

La escena se disolvió una vez más. Snape recorr´ıa el corredor del Expreso de Hogwarts mientras este atravesaba el pa´ıs. Ya se hab´ıa puesto su túnica de le escuela, seguramente hab´ıa aprovechado la primera oportunidad que hab´ıa tenido para deshacerse de su extra˜na ropa muggle. Al fin se detuvo, fuera de un compartimiento en el cual unos chicos muy ruidosos conversaban. Encogida en un asiento de la esquina, junto a la ventana estaba Lily, con su cara apretada contra el cristal de la ventana.

Snape abrió la puerta del compartimiento y se sentó frente a Lily. Ella lo miró y luego volvió la vista hacia la ventana. Hab´ıa estado llorando.

- No quiero hablar contigo ? dijo con la voz contra´ıda.

- ¿Por qué no?

- Tuney m-me odia. Por ver la carta que Dumbledore le envió.

- ¿Y eso qué?

Lily le lanzó una mirada de profundo desprecio.

- ¡Que es mi hermana!

- Ella es sólo una? - Snape se contuvo rápidamente, pero Lily, demasiado ocupada en secarse las lágrimas sin que nadie se diera cuenta, no lo escuchó.

- ¡Pero nosotros vamos! ? dijo él, sin poder contener la emoción en su voz - ¡Este es el gran momento! ¡Nos vamos a Hogwarts!

Ella asintió, restregándose los ojos, pero muy a su pesar, sonrió ligeramente.

- Más te vale estar en Slytherin ? dijo Snape, envalentonado por el hecho de que se hubiese alegrado un poco.

- ¿Slytherin?

Uno de los chicos con los que compart´ıan el vagón, que no hab´ıa demostrado el menor interés en Lily o Snape hasta ese momento, miró a su alrededor al escuchar esa palabra, y Harry, cuya atención se hab´ıa concentrado completamente en los dos que estaban junto a la ventana, vio a su padre: delgado, con el cabello negro igual que Snape, pero con ese aire CAPÍTULO 33. LA HISTORIA DEL PRÍNCIPE

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indefinido de haber sido querido, e incluso adorado, y que a Snape tanta falta le hac´ıa.

- ¿Quién quiere estar en Slytherin? Creo que mejor me voy, ¿acaso tú no? ? preguntó James al chico tendido en los asientos al frente de él, y con un estremecimiento, Harry se dio cuenta de que era Sirius. Sirius no sonre´ıa.

- Toda mi familia ha estado en Slytherin ? dijo.

- Rayos ? dijo James ? Y a m´ı que me parec´ıas normal.

Sirius sonrió.

- Tal vez rompa la tradición. ¿A dónde te ir´ıas, si tuvieras que elegir?

James levantó una espada invisible.

- ¡Gryffindor, donde habitan los valientes de corazón! Igual que mi papá.

Snape hizo un ruidito de disgusto. James se giró hacia él

- ¿Tienes algún problema con eso?

- No ? dijo Snape, aunque el desprecio en su voz daba a entender otra cosa ? Si prefieres ser un musculoso a un cerebrito...

- ¿A dónde esperas ir, viendo que no eres ninguna de las dos cosas? ? interrumpió Sirius.

James se echó a re´ır. Lily se puso de pie, un tanto sonrojada, mirando a James y a Sirius con desagrado.

- Vamos, Severus, busquemos otro compartimiento.

- Oohhhhh?

James y Sirius imitaron su voz arrogante. James trató de empujar a Snape mientras pasaba.

- ¡Te veo luego, Quejicus! ? gritó una voz, mientras la puerta del compartimiento se cerraba de un portazo?

Y la escena se disolvió una vez más?

Harry estaba parado detrás de Snape, mirando las iluminadas mesas de las Casas, llenas de caras. Luego la profesora McGonagall dijo:

- ¡Evans, Lily!

Harry vio a su madre avanzar con las piernas temblándole y sentarse en el inestable taburete. La profesora McGonagall puso el Sombrero Seleccionador sobre su cabeza, y apenas un segundo después de que este tocó el cabello rojo oscuro, el sombrero gritó:

?¡Gryffindor!?

Harry escuchó a Snape soltar un peque˜no quejido. Lily se quitó el sombrero, se lo devolvió a la profesora McGonagall, y luego se apresuró en ir a la alegre mesa de los Gryffindors, pero mientras se encaminaba hacia allá miró a Snape con una sonrisa triste en su rostro. Harry vio a Sirius acomodarse en la banca para hacerle espacio. Ella le lanzó una mirada, pareció reconocerlo del tren, cruzó los brazos y firmemente le dio la espalda.