123282.fb2 Harry Potter and The Deathly Hallows - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 154

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- ¿As´ı que el chico? el chico debe morir? ? preguntó Snape, con calma.

- Y debe hacerlo Voldemort, Severus. Eso es esencial.

Otro silencio interminable. Luego Snape dijo: CAPÍTULO 33. LA HISTORIA DEL PRÍNCIPE

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- Pensé? que todos estos a˜nos? lo estábamos protegiendo por ella. Por Lily.

- Lo hemos protegido porque es esencial ense˜narle, educarle, dejarle que pruebe se fuerza ? dijo Dumbledore, con los ojos aún cerrados ? Mientras tanto, la conexión entre ellos se hace cada vez más fuerte, se desarrolla como un parásito. A veces creo que él mismo lo sospecha. Si lo conozco bien, él ha arreglado todo para que cando salga a enfrentar su muerte, esta realmente significará el fin de Voldemort.

Dumbledore abrió los ojos. Snape estaba horrorizado.

- ¿Lo has mantenido vivo para que muera en el momento correcto?

- No te sorprendas, Severus. ¿Cuántos hombres y mujeres has visto morir?

- Últimamente, sólo a aquellos a los que no he podido salvar ? dijo Snape, poniéndose de pie ? Me has utilizado.

- ¿Qué quieres decir?

- He espiado y mentido por ti, me he puesto en peligro mortal por ti. Se supone que todo esto era para mantener a salvo al hijo de Lily Potter. Y ahora me dicen que la has estado criando como a un cerdo para el matadero?

- Esto es conmovedor, Severus ? dijo Dumbledore seriamente - ¿Te has encari˜nado con el chico, después de todo?

- ¿Con él? ? gritó Snape ? Experto Patronum!

De la punta de su varita salió una sombra plateada. Aterrizó en el piso de la oficina, voló a través de ella, y escapó por la ventana. Dumbledore la observó alejarse volando, y mientras su brillo plateado se desvanec´ıa le dio la espalda a Snape, con los ojos llenos de lágrimas.

- ¿Después de todo este tiempo?

- Siempre ? dijo Snape.

Y la escena cambió. Ahora, Harry observó a Snape hablándole al portarretrato de Dumbledore detrás del escritorio.

- Tendrás que darle a voldemort el d´ıa correcto de la salida de Harry de la casa de su t´ıa y t´ıo ? dijo Dumbledore ? No hacerlo levantar´ıa muchas sospechas, pues Voldemort cree que estás muy bien informado. Sin embargo, debes planear las distracciones; eso, según creo, asegurará la seguridad de Harry. Trata de confundir a Mundungus Fletcher.

Y, Severus, si te obligan a formar parte de la persecución, asegúrate de actuar convincen-temente? cuento en que mantengas la confianza de Lord Voldemort tanto tiempo como sea posible, o Hogwarts quedará a la merced de los Carrows?

Ahora Snape estaba frente a frente con Mundungus en una taberna desconocida. La cara de Mundungus estaba curiosamente pálida, y la de Snape fruncida de concentración.

- Sugerirás a la Orden del Fénix ? murmuró Snape ? utilizar distracciones. La Po-ción Multijugos. Potters idénticos. Es lo único que podr´ıa funcionar. Olvidarás que yo te suger´ı esto. Creerá que fue tu idea. ¿Entiendes?

- Entiendo ? murmuró Mundungus, sus ojos desenfocados?

Ahora Harry volaba en una escoba junto a Snape, en una oscura noche despejada.

Estaba acompa˜nado por otros Mort´ıfagos encapuchados, y adelante estaban Lupin y un Harry que en realidad era George? un Mort´ıfago que estaba delante de Snape levantó su varita, apuntando directamente a la espalda de Lupin.

CAPÍTULO 33. LA HISTORIA DEL PRÍNCIPE

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- Sectumsempra! ? gritó Snape.

Pero el hechizo, dirigido a la mano del Mort´ıfago que llevaba la varita, en vez de darle a él golpeó a George?

Y luego Snape estaba de rodillas en la vieja habitación de Sirius. Las lágrimas ca´ıan del final de la ganchuda nariz, mientras le´ıa la vieja carta de Lily. La segunda página conten´ıa sólo unas pocas palabras.

pudo haber sido amiga de Gellert Grindelwald. ¡Creo que ha perdido un poco la razón!

Con amor, Lily.

Snape tomó la página que ten´ıa la firma de Lily, y su amor, y la guardó en su túnica.

Luego rompió en dos la fotograf´ıa que también sujetaba, y guardó la parte en la que Lily se re´ıa, tirando al suelo el pedazo en el que se ve´ıa a James y Harry, debajo de una cajonera?

Y ahora Snape estaba nuevamente en la oficina del director, mientras Phineas Nigellus llegaba corriendo a su retrato.

- ¡Director! ¡Están acampando en el Bosque de Dean! La sangre sucia?

- ¡No uses esa palabra!

- ¡? la chica Granger, entonces, mencionó el lugar mientras abr´ıa su bolsa y la escuché!

- ¡Bien, muy bien! ? exclamó el portarretrato de Dumbledore detrás de la silla del director - ¡Ahora, Severus, la espada! ¡No olvides que debe ser tomada bajo circunstancias de necesidad y valor, y que él no debe saber que tú se la diste! Si Voldemort realmente puede leer la mente de Harry y te ve ayudándolo?

- Lo sé ? dijo Snape, cortante. Se aproximó al portarretrato de Dumbledore y lo hizo a un lado. Se movió hacia el frente, revelando una cavidad escondida al reverso, de la cual sacó la espada de Gryffindor.

- ¿Y aún as´ı no me dirá porqué es tan importante darle la espada a Potter? ? dijo Snape, mientras echaba una capa de viaje sobre sus hombros.

- No, no lo creo ? dijo el retrato de Dumbledore ? Él sabe que hacer con ella. Y, Severus, sé muy cuidadoso, no serán muy amables con tu llegada después del accidente con George Weasley?

Snape se giró hacia la puerta.

- No se preocupe, Dumbledore ? dijo fr´ıamente ? Tengo un plan?

Y Snape dejó la habitación. Harry salió del Pensadero, y en unos momentos se encontró en el suelo alfombrado en la misma habitación cuya puerta Snape podr´ıa haber cerrado hace sólo unos momentos.

Cap´ıtulo 34

El Bosque de Nuevo

inalmente, la verdad. Tumbado, con la cara aplastada contra la alfombra polvorienta de la oficina donde una vez creyó estar aprendiendo los secretos de la victoria, Harry comprendió finalmente que no iba a sobrevivir. Su tarea consist´ıa en marchar tranquilamente hasta los acogedores brazos de la muerte. Y de camino, deb´ıa encargarse de los v´ınculos que aún manten´ıan a Voldemort con vida, de forma que cuando finalmente se pusiera en el camino de Voldemort, y no alzara la varita para defenderse, el final ser´ıa limpio, y la tarea que debió cumplirse en Godric’s Hollow se completar´ıa. Ninguno vivir´ıa, ninguno podr´ıa sobrevivir.

Sintió su corazón palpitarle intensamente en el pecho. Qué extra˜no que su temor por la muerte le hiciera más fuerte, manteniéndole valientemente con vida. Pero todo acabar´ıa, y pronto. Los latidos de su corazón estaban contados. ¿Cuántas veces podr´ıa palpitar aún, mientras se levantaba y caminaba a traves del castillo por última vez, sal´ıa a los campos y entraba en el bosque?

El terror le envolvió mientras estaba tendido, en el suelo, con los tambores funerarios retumbando en su interior. ¿Ser´ıa doloroso morir? En todas esas ocasiones en que hab´ıa pensado que estaba a punto de suceder y escapó, no hab´ıa realmente pensado en el hecho en s´ı. Su voluntad de vivir hab´ıa sido siempre mucho mayor que su miedo a morir. Y a pesar de todo no se le pasó por la cabeza la idea de huir, de escaparse de Voldemort. Se hab´ıa acabado, lo sab´ıa, y no quedaba nada más que ese hecho: morirse.