123282.fb2
CAPÍTULO 35. KING’S CROSS
398
–Lo supuse. Pero mis suposiciones normalmente han sido buenas, dijo Dumbledore alegremente, y se sentaron en silencio por lo que pareció ser un largo tiempo, mientras la criatura detrás de ellos continuaba lloriqueando y temblando.
–Hay más, dijo Harry. –Hay más que eso. Por qué mi varita rompió la varita que él pidió prestada?
–Acerca de eso, yo no puedo estar seguro.
–Tiene una suposición, entonces, dijo Harry, y Dumbledore se rió.
–Lo que debes entender, Harry, es que vos y Lord Voldemort han viajado juntos hasta aqu´ı en los reinos desconocidos de la magia. Pero a partir de ah´ı es lo que pienso que ha pasado, y es inaudito, y ningún creador de varitas pudo, pienso, alguna vez predecir o habérselo explicado a Voldemort.
–Eso significa, como ahora sabes, que Voldemort doblo la atadura entre ustedes cuando el volvió a tener forma humana, Una parte de su alma todav´ıa se unió a la tuya, y pensando fortalecerse, él tomó una parte del sacrificio de tu madre en él. Si él pudiera entender sólo el poder preciso y terrible de ese sacrificio, él no habr´ıa, quizás, no se habr´ıa atrevido a tocar tu sangre. . . . Pero entonces, si él hubiera podido entender, él no podr´ıa ser Lord Voldemort, y nunca podr´ıa haber asesinado en absoluto.
–Habiendo asegurado esta conexión de doble vuelta, después de haber envuelto juntos sus destinos más firmemente de lo que en la vida se unieron dos magos en la historia, Voldemort procedió a atacarte con una varita que compartió un centro con la tuya. Y
ahora algo muy extra˜no pasó, como nosotros sabemos. Los centros reaccionaron Lord Voldemort nunca supo en cierto modo que su varita era una gemela de la tuya, no lo hab´ıa esperado nunca.
–Él tuvo más miedo que vos esa noche, Harry. Vos hab´ıas aceptado, incluso abrazado, la posibilidad de muerte, algo que Voldemort nunca ha podido hacer. Tu valor ganó, tu varita predominó sobre la suya. Y logrando algo que, lo que pasó entre esas varitas, hizo eco en la relación entre sus amos.
–Yo creo que esa noche tu varita embebió algunas cosas del poder y calidades de la varita de Voldemort es decir que contuvo un poco del propio Voldemort. As´ı que tu varita lo reconoció cuando él te siguió, reconociéndolo como a un hombre que era pariente y enemigo mortal, y regurgitó algo de su propia magia contra él, magia mucho más poderosa que la varita de Lucius hab´ıa realizado alguna vez. Tu varita ahora contuvo el poder de su enorme valor y de la propia habilidad mortal de Voldemort: Qué pobre oportunidad quedo de la oposición de Lucius Malfoy?
–Pero si mi varita era tan poderosa, cómo Hermione pudo derrotarla? Pregunto Harry.
–Mi estimado muchacho, sus efectos notables sólo se dirigieron a Voldemort que hab´ıa jugado tan malaconsejadamente con las leyes más profundas de magia. Sólo hacia él era esa varita anormalmente poderosa. Por otra parte era una varita como cualquier otra. . .
aunque una buena, estoy seguro, terminó Dumbledore amablemente.
Harry se quedo pensando un largo tiempo o quizás un segundo. Era muy dif´ıcil estar seguro de cosas como el tiempo, ah´ı.
–Él me mató con su varita.
–Él no te mató con su varita, corrigió Dumbledore a Harry. –Pienso que podemos estar de acuerdo sin embargo con que no estás muerto, agregó, como temiendo haber sido descortés, –yo no minimizo tus sufrimientos que estoy seguro eran fuertes.
CAPÍTULO 35. KING’S CROSS
399
–Yo sin embargo me siento vivo en este momento, dijo Harry, mientras miraba hacia abajo a sus manos limpias, puras. –Dónde estamos, exactamente?
–Bien, yo iba a preguntar, dijo Dumbledore, mientras echaba una mirada alrededor.
–Dónde dir´ıas que estamos nosotros?
Hasta que Dumbledore lo hubo preguntado, Harry no lo sab´ıa. Ahora, sin embargo, encontró que ten´ıa una respuesta lista para dar.
–Parece, dijo despacio, –la estación King?s Cross. Excepto por lo limpio y vac´ıo y que no hay ningún tren hasta donde yo puedo ver.
–La estación de King?s Cross! Dumbledore estaba riéndose inmoderadamente entre dientes. –Bueno realmente lo crees?
–Bien, dónde piensa que estamos? preguntó Harry, un poco a la defensiva.
–Mi estimado muchacho, yo no tengo la menor idea. Esto es, como ellos dicen, tu fiesta.
Harry no ten´ıa ninguna idea lo que esto significaba; Dumbledore se enfurec´ıa. Se deslumbró con ello, entonces recordó una pregunta mucho más urgente que el de su situación actual.
–Las Reliquias de la Muerte, dijo, y se alegró de ver que las palabras limpiaron la sonrisa de la cara de Dumbledore.
–Ah, s´ı, dijo. Incluso parec´ıa un poco preocupado.
–Bien?
Por primera vez desde que Harry se hab´ıa encontrado Dumbledore, él se parec´ıa menos a un hombre viejo, mucho menos. Él se parec´ıa a un muchacho peque˜no pescado en una travesura ef´ımeramente.
–Podrás perdonarme? dijo. –¿Podrás perdonarme por no confiar en ti? ¿Por no decirte?
Harry, yo sólo tem´ı que fallaras donde yo hab´ıa fallado. Yo sólo cre´ıa que cometer´ıas mis errores. Pido tu perdón, Harry. Yo siempre supe que tú eras un buen muchacho
–Sobre qué está hablando? Pregunto Harry, sobresaltado por el tono de Dumbledore, y por las súbitas lágrimas en sus ojos.
–Las Reliquias de la Muerte, murmuró Dumbledore. –El sue˜no de un hombre desesperado!
–Pero ellas son reales!
–Reales, y peligrosas, y un se˜nuelo para los necios, dijo Dumbledore. –Y yo era ese necio. ¿Pero tu sabes, no lo harás? no tengo ningún secreto ya para ti. Tu sabes.
–Qué sé, yo?
Dumbledore volvió su cuerpo entero para enfrentar a Harry, y las lágrimas todav´ıa chispearon en los ojos brillantemente azules.
–¡Amo de muerte, Harry, amo de Muerte! Yo era finalmente mejor que Voldemort?
–Claro que lo era, dijo Harry. –¿Claro, cómo puede preguntar eso? Usted nunca mató si pudo evitarlo!
–Verdad a medias, dijo Dumbledore, y estaba como un ni˜no que busca la verdad. –En un tiempo busqué una manera de conquistar la muerte también, Harry.
–No de la forma que él lo hizo, dijo Harry. Después de todo su enojo hacia Dumbledore, CAPÍTULO 35. KING’S CROSS
400
resultaba incomodo sentarse ah´ı, bajo el alto techo abovedado, defendiendo a Dumbledore de él mismo. –Reliquias, no Horcruxes.
–Reliquias, murmuró Dumbledore, –no Horcruxes. Precisamente.
Hizo una pausa. La criatura detrás de ellos lloriqueó, pero Harry ya no echó una mirada alrededor.