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Una luz azul hab´ıa aparecido en la oscuridad. Se hac´ıa más y más brillante, y Lupin y George aparecieron, girando y después cayendo. Harry supo inmediatamente que algo hab´ıa ido mal. Lupin estaba sujetando a George, que estaba inconsciente y cuya cara estaba cubierta de sangre.
Harry corrió y agarró las piernas de George. Juntos, él y Lupin llevaron a George a la casa y atravesaron la cocina hasta el salón, donde le tendieron en el sofá. Cuando la luz de la lámpara cayó sobre la cabeza de George, Ginny jadeó y el estómago de Harry se revolvió. Una de las orejas de George hab´ıa desaparecido. El costado de su cara y cuello estaban empapados de una húmeda y sorprendentemente roja sangre.
Tan pronto como la Se˜nora Weasley se inclinó sobre su hijo, Lupin agarró a Harry por la parte superior del brazo y le arrastró, no muy gentilmente, de vuelta a la cocina, donde Hagrid todav´ıa estaba intentando pasar por la puerta de atras.
“¡Eh!” dijo Hagrid indignado. “¡Suéltale! ¡Suélta a Harry! Lupin le ignoró.”
“¿Qué criatura se sentaba en la esquina la primera vez que Harry Potter visitó mi oficina en Hogwarts?” dijo, dando a Harry una peque˜na sacudida. “¡Respóndeme!”
“¿Un... un grindylow en un tanque, verdad?”
Lupin soltó a Harry y cayó hacia atrás contra un armario de la cocina.
“¿A que ha venido eso?” rugió Hagrid.
“Lo siento, Harry, pero ten´ıa que comprobarlo,” dijo Lupin tensamente. “Hemos sido traicionados. Voldemort sab´ıa que te trasladábamos esta noche y las únicas personas que pod´ıan habérselo dicho estaban directamente involucradas en el plan. Podr´ıas haber sido un impostor.”
“¿Y por qué no me compruebas a m´ı?” jadeó Hagrid, todav´ıa luchando con la puerta.
“Tú eres medio gigante,” dijo Lupin, levantando la mirada hacia Hagrid. “La Poción Multijugos está dise˜nada solo para uso humano.”
“Ninguno de los miembros de la Orden le habr´ıa dicho a Voldemort que nos mov´ıamos esta noche,” dijo Harry. La idea le resultaba aterradora, no pod´ıa creerlo de ninguno de ellos. “Voldemort solo dio conmigo al final, no sab´ıa cual era yo al principio. Si hubiera estado al tanto del plan habr´ıa sabido desde el principio que yo era el que estaba con Hagrid.”
“¿Voldemort te encontró?” dijo Lupin agudamente. “¿Qué ocurrió? ¿Cómo escapaste?”
CAPÍTULO 5. GUERRERO CAIDO
41
Harry explicó cómo el mortifago que les persegu´ıa hab´ıa parecido reconocerle como el auténtico Harry, cómo hab´ıan abandonado la persecución, cómo deb´ıan haber convocado a Voldemort, que apareció justo antes de que Hagrid y él alcanzaran el santuario de la casa de los padres de Tonks.
“¿Te reconocieron? ¿Pero cómo? ¿Qué hiciste?”
“Yo...” Harry intentó recordar, todo el viaje parec´ıa un borrón de pánico y confusión. “Vi a Stan Shunpike... Ya sabes, el tipo que conduc´ıa el Autobus Noctámbulo. E
intenté desarmarle en vez de... bueno, él no sab´ıa lo que estaba haciendo, ¿verdad? ¡Debe estar bajo la Maldición Imperius!”
Lupin parec´ıa consternado.
“¡Harry, el tiempo de Desarmar ha pasado! ¡Esta gente está intentando capturarte y matarte! ¡Al menos utiliza Desmaius si no estás preparado para matar!”
“¡Estabamos a cientos de metros de altura! ¡Stan no era él mismo, y si le hubiera hecho el Encantamiento Aturdidor y hubiera ca´ıdo, habr´ıa muerto lo mismo que si hubiera utilizado Avada Kedavra! Expelliarmus me salvó de Voldemort hace dos a˜nos” a˜nadió Harry, desafiante. Lupin le estaba recordando al burlón Hufflepuff Zacharias Smith, que se hab´ıa mofado de Harry por querer ense˜nar al Ejército de Dumbledore cómo Desarmar.
“Si, Harry,” dijo Lupin con dolorosa contención. “¡y un gran número de motifagos vieron como ocurrió! Perdóname, pero fue un movimiento muy poco habitual, bajo la inminente amenaza de muerte. ¡Repetirlo esta noche delante de mortifagos que o presenciaron u oyeron hablar de la aquella ocasión fue casi un suicidio!”
“¿As´ı que crees que deber´ıa haber matado a Stan Shunpike?” dijo Harry furiosamente.
“¡Por supuesto que no,” dijo Lupin “pero los mortifagos... ¡francamente, la mayor´ıa de la gente!... habr´ıan esperado que respondieras al ataque! ¡Expelliarmus es un hechizo útil, Harry, pero los mortifagos parecen creer que es tu firma personal, y te urjo a no dejar que eso ocurra!”
Lupin estaba haciendo sentir a Harry como un idiota, y aún as´ı todav´ıa hab´ıa un grado de desaf´ıo en su interior.
“No voy a sacar a la fuerza la gente fuera de mi camino solo porque estén ah´ı” dijo Harry. “Eso es cosa de Voldemort.”
La réplica de Lupin se perdió. Consiguiendo finalmente atravesar la puerta, Hagrid fue hasta una silla y se sentó; esta se derrumbó bajo él. Ignorando su mezcla de disculpas y juramentos, Harry se dirigió de nuevo a Lupin.
“¿George se recuperará?”
Toda la frustración de Lupin con Harry pareció desapareció ante la pregunta.
“Eso creo, aunque no hay forma de reemplazar su oreja, no cuando ha sido arrancada por una maldición.”
Se oyeron unos roces fuera. Lupin se lanzó a la puerta trasera, Harry saltó sobre las piernas de Hagrid y entró corriendo en el patio.
Dos figuras hab´ıan aparecido en el patio, y mientras Harry corr´ıa hacia ellas comprendió que eran Hermione, ahora de vuelta a su apariencia normal, y Kinsgley, ambos aferrados a una percha doblada. Hermione se lanzó a los brazos de Harry, pero Kingsley no mostró ningún placer ante la visión de ninguno de ellos. Sobre el hombro de Hermione, Harry le vio alzar su varita y apuntar al pecho de Lupin.
CAPÍTULO 5. GUERRERO CAIDO
42
“¡Las últimas palabras que Albus Dumbledore nos dirigió a los dos!”
“Harry es la mejor esperanza que tenemos. Confiad en él” dijo Lupin tranquilamente.
Kingsley giró su varita hacia Harry, pero Lupin dijo, “¡Es él, lo he comprobado!”
“¡Muy bien, muy bien!” dijo Kingsley, metiendo su varita de vuelta bajo su capa.
“¡Pero alguien nos traicionó! ¡Lo sab´ıan, sab´ıan que era esta noche!”
“Eso parece,” replicó Lupin “pero aparentemente no sab´ıan que habr´ıa siete Harrys.”
“¡Menudo alivio!” gru˜nó Kingsley. “¿Quién más ha vuelto?”
“Solo Harry, Hagrid, George, y yo.”
Hermione ahogó un peque˜no gemido tras su mano.
“¿Qué os pasó a vosotros?” preguntó Lupin a Kingsley.
“Nos siguieron cinco, her´ı a dos, puede que matara a uno” soltó Kingsley “y vimos a Quien-tu-ya-sabes tambien, se unió a la caza a medio camino aunque se desvaneció bastante rápidamente. Remus, puede...”
“Volar,” ayudó Harry. “Yo le vi también, vino a por Hagrid y por m´ı.”
“As´ı que por eso se desvaneció. ¿Pero que le hizo cambiar de objetivo?”
“Harry se comportó un poco demasiado amablemente con Stan Shunpike,” dijo Lupin.