123282.fb2 Harry Potter and The Deathly Hallows - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 32

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“Si, bueno” dijo Harry, su pulso se aceleró cuando alzó la Snitch entre los dedos. “No iba a intentarlo demasiado delante de Scrimgeour, ¿verdad?”

“¿Qué quieres decir?” preguntó Hermione.

“La Snitch capturada en mi primer partido de Quidditch” dijo Harry “¿No lo recuerdas?”

CAPÍTULO 7. LA VOLUNTAD DE ALBUS DUMBLEDORE

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Hermione parec´ıa simplemente aturdida. Ron, sin embargo, jadeó, se˜nalando frenéticamente de Harry a la Snitch y otra vez de vuelta hasta que encontró la voz.

“¡Es la que casi te tragaste!”

“Exactamente,” dijo Harry, y con el corazón acelerado, presionó la boca contra la Snitch.

No se abrió. Frustración y amarga desilusión fluyeron de su interior. Bajó la dorada esfera, pero entonces Hermione gritó.

“¡Hay algo escrito! ¡Hay algo escrito en ella, rápido, mira!”

Casi dejó caer la Snitch por la sorpresa y la excitación. Hermione ten´ıa toda la razón.

Grabadas sobre la dorada superficie, donde segundos antes no hab´ıa habido nada, hab´ıan cinco palabras escritas con la fina y sesgada caligraf´ıa que Harry reconoció como la de Dumbledore.

Abro lo que está cerrado.

Apenas hab´ıa le´ıdo las palabras cuando estas se desvanecieron de nuevo.

“Abro lo que está cerrado... ¿Qué se supone que significa eso?”

Hermione y Ron sacudieron las cabezas, parec´ıan en blanco.

“Abro lo que está cerrado... lo que está cerrado? abro lo que está cerrado...”

Pero sin importar cuantas veces repitieron las palabras, con cuantas inflexiones diferentes, fueron incapaces de arrancarles ningún significado.

“Y la espada” dijo Ron finalmente, cuando tuvieron al fin que abandonar sus intentos de adivinar el significado de la inscripción de la Snitch.

“¿Por qué querr´ıa darle a Harry la espada?”

“¿Y por qué no me lo dijo simplemente?” dijo Harry calladamente. “¡Yo estaba all´ı, la espada estaba justo ah´ı en la pared de su oficina durante todas nuestras charlas del curso pasado! ¿Si quer´ıa que yo la tuviera, entonces por qué no me la dio sin más?”

Sent´ıa como si estuviera all´ı sentado en un examen con una pregunta que deb´ıa haber sido capaz de contestar ante él, con el cerebro lento y negándose a responder. ¿Se hab´ıa perdido algo en las largas charlas con Dumbledore el a˜no pasado? ¿Deb´ıa haber sabido lo que significaba todo? ¿Dumbledore hab´ıa esperado que lo entendiera?

“Y por lo que respecta a este libro,” dijo Hermione. “Los Cuentos de Beedle el Bardo...

¡nunca hab´ıa o´ıdo hablar de ellos!”

“¿Nunca has o´ıdo hablar de Los Cuentos de Beddle el Bardo?” dijo Ron incrédulamente. “Está bromeando, ¿verdad?”

“No, en serio,” dijo Hermione sorprendida. “¿Los conoces?”

“¡Bueno, por supuesto que si!”

Harry levantó la mirada, divertido. La circunstancia de que Ron hubiera le´ıdo un libro que Hermione no conoc´ıa no ten´ıa precedentes. Ron, sin embargo, parec´ıa aturdido por la sorpresa de los otros dos.

“¡Oh, vamos! Se supone que todos los cuentos para ni˜nos están en el libro de Beedle,

¿verdad? ’La Fuente de la Buena Fortuna!’... Él mago y la Marmita Saltarina’... ’Babbitty Rabbitty y su Mu˜nón Cacareante’...”

“¿Perdón?” dijo Hermione con una risita. “¿Qué fue eso último?”

CAPÍTULO 7. LA VOLUNTAD DE ALBUS DUMBLEDORE

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“¡Venga!” dijo Ron, mirando con incredulidad de Harry a Hermione. “Debéis haber o´ıdo hablar de Babbitty Rabbitty...”

“¡Ron, sabes muy bien que Harry y yo fuimos criados por muggles!” dijo Hermione.

“No o´ıamos historias como esas cuando éramos peque˜nos, o´ıamos ’Blancanieves y los siete enanitos’y ’Cenicienta’...”

“¿Qué es eso, una enfermedad?” preguntó Ron.

“¿As´ı que son cuentos para ni˜nos?” preguntó Hermione, inclinada sobre las runas.

“Si” dijo Ron inciertamente. “Quiero decir, lo que acabas de o´ır, ya sabes, todas esas viejas historias provienen de Beedle. Supongo que es algo as´ı como la versión original.”

“Pero me pregunto por qué Dumbledore pensó que yo deb´ıa leerlas.”

Algo crujió escaleras abajo.

“Probablemente es solo Charlie, ahora que Mamá está durmiento, escabulléndose para hacer que le vuelva a crecer el pelo” dijo Ron nerviosamente.

“Da igual, deber´ıamos irnos a la cama” susurró Hermione. “Ma˜nana no habrá tiempo para dormir.”

“No” estuvo de acuerdo Ron. “Un brutal triple asesinato llevado a cabo por la madre del novio podr´ıa apagar un poco la boda. Apagaré la luz.”

Y accionó el Desiluminador una vez más mientras Hermione abandonaba la habitación.

Cap´ıtulo 8

La Boda

A las tres de la tarde del d´ıa siguiente, Harry, Ron, Fred y George estaban en el exterior de una gran carpa en el jard´ın, esperando a los invitados a la boda. Harry hab´ıa tomado una larga dosis de Poción Multijugos y ahora era el doble de un chico muggle pelirrojo del pueblo, Ottery St. Catchpole, del que Fred hab´ıa robado cabellos utilizando un Encantamiento Convocador. El plan era presentar a Harry como el ’primo Barny’y confiar en que la gran cantidad de familiares Weasley le ocultasen.

Los cuatro sujetaban planos de distribución de asientos, para poder ayudar a la gente a encontrar los sitios correctos. Un grupo de camareros vestidos de blanco hab´ıa llegado hac´ıa una hora, junto con una banda con chaquetas doradas. En ese momento todos estos magos estaban sentados bajo un árbol a corta distancia; Harry pod´ıa ver un rastro azulado de humo de pipa saliendo del lugar. Detrás de Harry, la entrada a la carpa presentaba filas y filas de frágiles sillas doradas dispuestas a ambos lados de una larga alfombra púrpura. Los soportes de la carpa estaban adornados con flores entrelazadas blancas y doradas. Fred y George hab´ıan colocado un enorme montón de globos dorados sobre el punto exacto donde Bill y Fleur ser´ıan próximamente marido y mujer. Fuera, mariposas y abejas planeaban perezosas sobre la hierba y el seto. Harry estaba bastante incómodo.

El chico muggle por quien se estaba haciendo pasar era ligeramente más gordo que él, y sent´ıa su túnica de gala calurosa y apretada bajo el calor intenso del d´ıa veraniego.