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“¿Y por qué te lo habr´ıa contado?” chilló Muriel, tambaleándose un poco en su asiento CAPÍTULO 8. LA BODA
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al intentar centrarse en Harry.
“La razón por la que Albus nunca hablaba de Ariana” empezó Elphias con la voz tensa por la emoción, “es, me parece, bastante clara. Estaba tan destrozado por su muerte...”
“¿Por qué nadie la vio nunca, Elphias?” graznó Muriel. “¿Por qué la mitad de nosotros nunca supo que exist´ıa, hasta que llevaron el ataúd fuera de la casa y celebraron un funeral por ella? ¿Dónde estaba el santo Albus mientras Ariana estaba encerrada en el sótano?
¡Lejos, siendo brillante en Hogwarts, y sin importarle lo que pasaba en su propia casa!”
“¿Qué quiere decir, encerrada en el sótano?” preguntó Harry. “¿Qué es esto?”
Doge parec´ıa desconsolado. La t´ıa Muriel se carcajeó otra vez y respondió a Harry.
“La madre de Dumbledore era una mujer espantosa, simplemente espantosa. De padres muggles, aunque escuché que fing´ıa lo contrario...”
“¡Nunca fingió nada por el estilo! Kendra era una buena mujer” susurró Doge tristemente, pero la t´ıa Muriel lo ignoró.
“... orgullosa y muy dominante, el tipo de bruja que estar´ıa mortificada por producir una squib...”
“¡Ariana no era una squib!” siseó Doge.
“¡Eso dices, Elphias, pero explica entonces, porqué nunca fue a Hogwarts!” dijo la t´ıa Muriel. Se dio la vuelta hacia Harry. “En nuestros tiempos, a menudo los squibs eran acallados, aunque llegar al extremo de encerrar a una ni˜na peque˜na en la casa y fingir que no exist´ıa...”
“¡Te estoy diciendo que eso no es lo que pasó!” dijo Doge, pero la t´ıa Muriel continuó como una apisonadora, todav´ıa dirigiéndose a Harry.
“A menudo enviaban a los squibs a escuelas muggles y los animaban a integrarse en la comunidad muggle... algo mucho más amable que intentar encontrarles un lugar en el mundo mágico, donde siempre ser´ıan de segunda clase, pero naturalmente a Kendra Dumbledore no se le habr´ıa pasado por la cabeza dejar ir a su hija a un colegio muggle...”
“¡Ariana era delicada!” dijo Doge desesperado. “Su salud siempre fue demasiado pobre para permitirle...”
“... permitirle salir de casa?” carcajeó Muriel. “¡Y aún as´ı nunca la llevaron a San Mungo y tampoco llamaron a ningún sanador para que la viese!”
“De verdad, Muriel, ¿cómo puedes saber si...”
“Para tu información, Elphias, mi primo Lancelot era sanador en San Mungo en esa época, y le dijo a mi familia en la más estricta confidencia que nunca se hab´ıa visto a Ariana por all´ı. ¡Todo muy sospechoso, pensó Lancelot!”
Doge parec´ıa estar al borde de las lágrimas. La t´ıa Muriel, que parec´ıa estarse divirtien-do mucho, chasqueó los dedos para pedir más champán. Como paralizado, Harry pensó en cómo los Dursleys una vez lo hab´ıan encerrado, mantenido bajo llave, escondido fuera de la vista, todo por el crimen de ser un mago. ¿Hab´ıa sufrido la hermana de Dumbledore el mismo destino pero invertido: encerrada por la falta de magia? ¿Y realmente Dumbledore la hab´ıa dejado a su suerte mientras se iba a Hogwarts para mostrarse brillante y con talento?
“Ahora, si Kendra no hubiese muerto primero” continuó Muriel, “habr´ıa dicho que fue ella la que mató a Adriana...”
CAPÍTULO 8. LA BODA
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“¡Cómo te atreves, Muriel!” gimió Doge. “¿Que una madre mate a su propia hija?
¡Piensa en lo que estás diciendo!”
“Si la madre en cuestión era capaz de encerrar a su hija durante a˜nos hasta el final,
¿por qué no?” la t´ıa Muriel se encogió de hombros. “Pero como dije, no concuerda, porque Kendra murió antes que Adriana... de qué, nadie nunca ha estado seguro...”
“S´ı, Ariana pudo haber hecho un desesperado intento de liberarse y matar a Kendra en el forcejeo” dijo la t´ıa Muriel pensativamente. “Sacude la cabeza todo lo que quieras, Elphias. Estabas en el funeral de Ariana, ¿verdad?”
“S´ı estaba” dijo Doge, con los labios temblorosos, “y no puedo recordar una situación más desesperadamente triste. Albus ten´ıa el corazón roto...”
“Su corazón no fue lo único. ¿No le rompió Aberforth la nariz cuando hab´ıa transcurrido la mitad de la ceremonia?”
Si Doge hab´ıa parecido horrorizado antes de esto, no era nada comparado con cómo se ve´ıa ahora. Muriel bien podr´ıa haberle clavado un cuchillo. Ella se carcajeó ruidosamente y tomó otro trago de champán, que le bajó goteando por la barbilla.
“¿Cómo sabes...?” graznó Doge.
“Mi madre era amiga de la vieja Bathilda Bagshot” dijo la t´ıa Muriel con alegr´ıa.
“Bathilda le describió todo lo que hab´ıa pasado a mi madre mientras yo escuchaba tras la puerta. Una pelea al lado del ataúd, tal como Bathilda lo contó. Aberforth gritó que era culpa de Albus que Ariana estuviese muerta y entonces lo golpeó en la cara. Según Bathilda, Albus ni siquiera se defendió, y eso ya es bastante raro. albus podr´ıa haber destruido a Aberforth en un duelo con las dos manos atadas tras la espalda.”
Muriel tragó todav´ıa más champán. Recitar aquellos viejos escándalos parec´ıan haberla llenado de euforia tanto como hab´ıan horrorizado a Doge. Harry no sab´ıa qué pensar, qué decir. Quer´ıa la verdad, y aún as´ı todo lo que Doge hac´ıa era permanecer sentado y comentar débilmente que Ariana hab´ıa estado enferma. Harry apenas pod´ıa creer que Dumbledore no hubiese intervenido si semejante crueldad hubiera pasado dentro de su propia casa, y aún as´ı indudablemente hab´ıa algo raro en la historia.
“Y te diré algo más” dijo Muriel, hipando ligeramente al bajar su copa. “Creo que Bathilda le ha contado todo a Rita Skeeter. Todas esas insinuaciones en la entrevista de Skeeter sobre una importante fuente cercana a los Dumbledore... Dios sabe que ella estaba all´ı durante todo el asunto de Ariana, ¡y encajar´ıa!”
“¿Bathilda Bagshot?” dijo Harry. “¿La autora de Una historia de magia?”
El nombre estaba impreso en la portada de uno de los libros de Harry, aunque ten´ıa que admitir, no de uno de los que hab´ıa le´ıdo más atentamente.
“S´ı” dijo Doge, agarrándose a la pregunta de Harry como un hombre a punto de morir a su heredero vivo. “Una de las historiadoras mágicas de más talento y una vieja amiga de Albus.”
“Chochea bastante estos d´ıas, he o´ıdo” dijo la t´ıa Muriel alegremente.
“Si es as´ı, es todav´ıa menos honorable por parte de Skeeter haberse aprovechado de ella” dijo Doge, “¡y no se le puede dar credibilidad a cualquier cosa que Bathilda pueda haber dicho!”
“Oh, hay maneras hacer que vuelvan los recuerdos, y estoy segura de que Rita Skeeter las conoce todas.” Dijo la t´ıa Muriel. “Pero incluso si Bathilda está completamente chifla-CAPÍTULO 8. LA BODA
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da, estoy segura de que todav´ıa tendrá viejas fotograf´ıas, tal vez incluso cartas. Conoc´ıa a los Dumbledore desde hac´ıa a˜nos... bien merec´ıa un viaje al Valle de Godric, dir´ıa yo.”
Harry, que estaba tomando un sorbo de cerveza de mantequilla, se atragantó. Doge lo golpeó en la espalda mientras Harry tos´ıa, mirando a la t´ıa Muriel con ojos llorosos.
Una vez que retomó el control de su voz, preguntó: “¿Bathilda Bagshot vive en el Valle de Godric?”
“¡Oh, s´ı, siempre ha estado all´ı! Los Dumbledore se mudaron después de que Percival fuese encerrado, y ella era su vecina.”
“¿Los Dumbledore viv´ıan en el Valle de Godric?”
“S´ı, Barry, eso es lo que acabo de decir” dijo la t´ıa Muriel con irritación.