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Y luego... fue un tiempo después... el Amo Regulus vino a buscar a Kreacher a su alacena CAPÍTULO 10. LA HISTORIA DE KREACHER
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una noche, y el Amo Regulus estaba raro, no parec´ıa el de siempre, perturbado en la mente, Kreacher se dio cuenta... y le pidió a Kreacher que lo llevara a la cueva, la cueva a la que Kreacher hab´ıa ido con el Se˜nor Oscuro...”
Y as´ı partieron. Harry pod´ıa visualizarlos bastante claramente, el asustado viejo elfo y el delgado y moreno Buscador que tanto se hab´ıa parecido a Sirius... Kreacher sab´ıa como abrir la entrada oculta que llevaba a la caverna subterránea, sab´ıa como alzar el peque˜no bote: esta vez era su amado Regulus el que navegaba con él hacia la isla donde estaba la vasija con veneno.
“¿Y te hizo beber el veneno?” dijo Harry, asqueado.
Pero Kreacher sacudió la cabeza y lloró. Hermione se llevó las manos a la boca; Parec´ıa haber entendido algo.
“El A-Amo Regulus sacó del bolsillo un relicario igual al que ten´ıa el Se˜nor Oscuro,”
dijo Kreacher, con las lágrimas corriendo a cada lado de su nariz en forma de hocico. “Y
le dijo a Kreacher que lo tomara, y que cambiara los relicarios cuando la vasija estuviera vac´ıa...”
En ese momento los sollozos de Kreacher se volvieron sonidos estridentes; Harry tuvo que esforzarse firmemente para poder entenderlo.
“Y le ordenó... a Kreacher que se fuera... sin él. Y le dijo a Kreacher... que se fuera a casa... y que nunca le dijera al Ama... lo que hab´ıa hecho... pero que destruyera... el primer relicario. Y bebió... toda la poción... y Kreacher cambió los relicarios... y observó...
como al Amo Regulus... lo arrastraban debajo del agua... y...”
“¡Oh, Kreacher!” se lamentó Hermione, que estaba llorando. Cayó de rodillas junto al elfo y trató de abrazarlo. En un instante el elfo estaba de pie, arrastrándose lejos de ella, obviamente asqueado.
“La sangresucia tocó a Kreacher, el no lo permitirá, ¿Qué va a decir su ama?”
“¡Te dije que no la llamaras ’Sangresucia’ !” le rega˜nó Harry, pero el elfo ya estaba castigándose a s´ı mismo. Cayó de bruces y empezó a golpearse la frente contra el suelo.
“¡Detenlo... detenlo!” gritó Hermione. “¿Oh, no puedes ver lo enfermizo de la situación, la forma en que se ven obligados a obedecer?”
“¡Kreacher... detente, detente!” gritó Harry.
El elfo se quedó tendido en el piso, jadeando y temblando, con el hocico brillando con un moco verde, un morado floreciendo en su pálida frente donde se hab´ıa golpeado a si mismo y los ojos hinchados e inyectados en sangre ba˜nados en lágrimas. Harry nunca hab´ıa visto nada tan lamentable.
“As´ı que trajiste el relicario a casa,” dijo implacablemente, ya que estaba determinado a saber la historia completa. “¿Y trataste de destruirlo?”
“Nada de lo que Kreacher intentó hizo mella en él,” gimió el elfo. “Kreacher lo intentó todo, todo lo que sab´ıa, pero nada, nada funcionaba... Conjuro muchos poderosos hechizos sobre la cubierta, Kreacher estaba seguro que la forma de destruirlo era me-tiéndose dentro de él, pero no se abr´ıa... Kreacher se castigaba a s´ı mismo, y lo intentaba de nuevo, se castigaba a s´ı mismo y lo intentaba de nuevo. Kreacher fracasó al obedecer las órdenes, ¡Kreacher no pudo destruir el relicario! Y su ama estaba loca de pena, porque el Amo Regulus hab´ıa desaparecido y Kreacher no pod´ıa decirle lo que hab´ıa pasado, no, porque el Amo Regulus le hab´ıa p-p-prohibido decirle a nadie de la familia lo que hab´ıa ocurrido en la cueva...”
CAPÍTULO 10. LA HISTORIA DE KREACHER
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Kreacher empezó a sollozar tan fuerte que no hubo más palabras coherentes. Las lágrimas flu´ıan por las mejillas de Hermione mientras miraba a Kreacher, pero no se atrevió a tocarlo otra vez. Hasta Ron, que no era un admirador de Kreacher, parec´ıa contrariado. Harry se sentó sobre los talones y sacudió la cabeza, tratando de aclararla.
“No te entiendo, Kreacher,” dijo finalmente. “Voldemort trató de matarte, Regulus murió intentando hacer caer a Voldemort, ¿pero aún as´ı traicionaste alegremente a Sirius ante Voldemort? Te alegraste de ir con Narcissa y Bellatrix, para pasar información a Voldemort a través de ellas...”
“Harry, Kreacher no lo ve de esa forma,” dijo Hermione, limpiándose los ojos con el dorso de la mano. “Es un esclavo; los elfos domésticos están acostumbrados a recibir malos tratos, incluso a la brutalidad. Lo que Voldemort le hizo a Kreacher, para él, no fue muy diferente a como lo trataban normalmente. ¿Qué pueden significar las guerras de los magos para un elfo como Kreacher? Es leal a la gente que es bondadosa con él, y la Se˜nora Black debe haberlo sido, y Regulus ciertamente lo era, as´ı que les serv´ıa con gusto y repite sus creencias como un loro. Sé lo que vas a decir,” continuó cuando Harry comenzó a protestar, “que Regulus cambió de parecer... pero al parecer que no se lo explicó a Kreacher, ¿verdad? Y creo que sé por que. Si defend´ıan la antigua tradición de la sangre pura tanto Kreacher como la familia de Regulus estar´ıan a salvo. Regulus estaba tratando de protegerlos a todos.”
“Sirius...”
“Sirius era horrible con Kreacher, Harry, y no hay forma de encontrarle el lado bueno a eso, sabes que es verdad. Kreacher llevaba solo mucho tiempo cuando Sirius vino a vivir aqu´ı, y probablemente estuviera hambriento de un poco de cari˜no. Estoy segura que ’la Se˜norita Cissy’y ’la Se˜norita Bella’fueron perfectamente amorosas con Kreacher cuando se lo pidieron, as´ı que les hizo un favor y les dijo todo lo que quer´ıan saber. Siempre dije que los magos pagar´ıan por la forma en que trataban a los elfos domésticos. Bueno, Voldemort, lo hizo... y también Sirius.”
Harry no ten´ıa respuesta para eso. Mientras miraba a Kreacher sollozando en el piso, recordó lo que Dumbledore le hab´ıa dicho, solo unas pocas horas después de la muerte de Sirius: No creo que Sirius haya contemplado nunca a Kreacher como un ser con sentimientos tan agudos como los de un humano...
“Kreacher,” dijo Harry después de un momento, “Cuando te sientas mejor, er... por favor siéntate.”
Pasaron varios minutos antes de que Kreacher hipara hasta quedarse en silencio. Luego se alzó a s´ı mismo hasta estar sentado nuevamente, frotándose los ojos con los nudillos como un ni˜no peque˜no.
“Kreacher, voy a pedirte que hagas algo,” dijo Harry. Miró a Hermione pidiéndole ayuda. Quer´ıa darle la orden amablemente, pero al mismo tiempo, no pod´ıa hacer que pareciera como si no fuera una orden. De todos modos, el cambio en su tono pareció haber ganado su aprobación: sonrió alentadoramente.
“Kreacher, quiero, que por favor, vayas a buscar a Mundungus Fletcher. Tenemos que averiguar donde está el relicario... donde está el relicario del Amo Regulus. Es muy importante. Queremos terminar el trabajo que el Amo Regulus comenzó, queremos... er...
asegurarnos de que no murió en vano.”
Kreacher bajó los pu˜nos y levantó la mirada hacia Harry.
“¿Encontrar a Mundungus Fletcher?” graznó.
CAPÍTULO 10. LA HISTORIA DE KREACHER
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“Y traerlo aqu´ı, a Grimmauld Place,” dijo Harry. “¿Crees que podr´ıas hacer eso por nosotros?”
Cuando Kreacher asintió y se puso de pie, Harry tuvo una súbita inspiración. Sacó la bolsa de Hagrid y tomó el falso Horrocrux, el relicario sustituto en el que Regulus hab´ıa depositado la nota para Voldemort.
“Kreacher, yo, er, quisiera que tuvieras esto,” dijo, presionando el relicario contra la mano del elfo. “Perteneció a Regulus y estoy seguro que él querr´ıa que tu lo tuvieras como una muestra de gratitud por lo que...”
“Estás exagerando, compa˜nero,” dijo Ron mientras el elfo le echaba un vistazo al relicario, dejaba escapar un alarido de conmoción y desdicha, y se volv´ıa a tirar al suelo.
Les llevó casi media hora calmar a Kreacher, que estaba tan abrumado ante el ofrecimiento de que conservara una reliquia de la familia Black, que se le pusieron las rodillas tan flojas que no pod´ıa mantenerse en pie correctamente. Cuando finalmente fue capaz de dar unos pocos pasos tambaleantes todos le acompa˜naron a la alacena, le vieron dejar a salvo el relicario entre las sucias mantas, y le aseguraron que la primera prioridad para ellos ser´ıa la protección del relicario mientras él estuviera ausente. Luego hizo dos grandes reverencias en dirección a Harry y a Ron, y hasta le dedicó a Hermione una peque˜na y graciosa sacudida que podr´ıa haberse interpretado como un intento de saludo respetuoso, antes de Desaparecerse con el acostumbrado y ruidoso crack.
Cap´ıtulo 11
El Soborno
Si Kreacher hab´ıa podido escapar de un lago lleno de inferis, Harry confiaba en que la captura de Mundungus le llevar´ıa unas pocas horas como mucho, y rondó por la casa toda la ma˜nana en un estado de máxima expectación. Sin embargo, Kreacher no volvió esa ma˜nana o siquiera esa noche. A la puesta de sol, Harry se sent´ıa desaminado y ansioso, y la cena compuesta mayormente por pan mohoso, sobre el que Hermione hab´ıa intentando una variedad de Trasfiguraciones sin éxito, no ayudaron en nada.
Kreacher no volvió al d´ıa siguiente, ni el d´ıa después de ese. Sin embargo, dos hombres encapuchados hab´ıan aparecido en la plaza fuera del número doce, y se quedaron all´ı en la noche, mirando fijamente en dirección a la casa que no pod´ıan ver.
“Mortifagos, seguro,” dijo Ron, mientras él, Harry y Hermione miraban por la ventana del salón de dibujo. “¿Seguro que no saben que estamos aqu´ı?”
“No creo” dijo Hermione, aunque parec´ıa asustada. “o habr´ıan enviado a Snape a por nosotros, ¿verdad?”
“¿Creéis que ha estado aqu´ı y tiene la lengua atada por la maldición de Moody?”