123282.fb2 Harry Potter and The Deathly Hallows - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 50

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Harry no sab´ıa de donde sal´ıa su rabia, pero le hab´ıa compelido a ponerse en pie también. Lupin ten´ıa el mismo aspecto que hubiera tenido si Harry le hubiera golpeado.

“Si el nuevo régimen cree que los nacidos muggles son malos” dijo Harry. “¿qué harán con un medio hombrelobo cuyo padre es miembro de la Orden? Mi padre murió intentando protegernos a mi madre y a m´ı, ¿y crees que él te dir´ıa que abandonaras a tu hijo y fueras a la aventura con nosotros?”

“¿Cómo... cómo te atreves?” dijo Lupin. “Esto no es por gusto.. por peligro o gloria personal... ¿cómo te atreves a sugerir tal cosa...?”

“Creo que estás siendo un poco atrevido” dijo Harry. “Calzándote los zapatos de Sirius.”

“¡Harry, no!” le suplicó Hermione, pero él continuó mirando a la cara l´ıvida de Lupin.

“Nunca me habr´ıa cre´ıdo esto” dijo Harry. “El hombre que me ense˜nó a luchar contra los dementores... un cobarde.”

Lupin sacó su varita tan rápido que Harry dificilmente tuvo tiempo de coger la suya; se oyó un sonoro bang y se sintió volar hacia atrás como si le hubieran dado un pu˜netazo, golpeó la pared de la cocina y se deslizó hasta el suelo, captó un vistazo del ruedo de la capa de Lupin desapareciendo por la puerta.

“¡Remus, Remus, vuelve!” gritó Hermione, pero Lupin no respondió. Un momento después oyeron la puerta principal cerrarse de golpe.

“¡Harry!” lloró Hermione. “¿Como has podido?”

“Fue fácil” dijo Harry. Se puso en pie, pod´ıa sentir un bulto hinchándose en su cabeza donde hab´ıa golpeado la pared. Todav´ıa estaba tan lleno de rabia que estaba temblando.

“¡No me mires as´ı!” exclamó a Hermione.

“No la pagues con ella” gru˜nó Ron.

“No... no... ¡no debemos pelear!” dijo Hermione, lanzándose entre ellos.

“No deber´ıas haber dicho esas cosas a Lupin” dijo Ron a Harry.

“Se lo merec´ıa” dijo Harry. Imágenes sueltas recorrieron su mente. Sirius cayendo a través del velo, Dumbledore suspendido, roto, en medio del aire, un destello de luz verde CAPÍTULO 11. EL SOBORNO

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y la voz de su madre, suplicando piedad...

“Los padres” dijo Harry, “no deber´ıan abandonar a sus hijos a menos... a menos que tengan que hacerlo.”

“Harry” dijo Hermione, estirando hacia él una mano consoladora, pero él se encogió y se apartó, con los ojos en el fuego que Hermione hab´ıa conjurado. Una vez hab´ıa hablado con Lupin ante esta chimenea, buscando consuelo con respecto a James, y Lupin le hab´ıa consolado. Ahora la cara blanca y torturada de Lupin se mec´ıa en el aire ante él. Sintió una enfermiza ráfaga de remordimiento. Ni Ron ni Hermione hablaban, pero Harry estaba seguro de que se miraban el uno al otro a sus espaldas, comunicándose silenciosamente.

Se giró y los pilló dándose apresuradamente la espalda el uno al otro.

“Sé que no deber´ıa haberle llamado cobarde.”

“No, no deber´ıas” dijo Ron al instante.

“Pero actúa como tal.”

“Es lo mismo...” dijo Hermione.

“Lo sé” dijo Harry. “Pero si eso le hace volver con Tonks, habrá valido la pena, ¿no?”

No pudo evitar la súplica de su voz. Hermione parec´ıa simpatizar con él, Ron se mostraba inseguro. Harry bajó la mirada a sus pies, pensando en su padre. ¿Habr´ıa aprobado James lo que su hijo hab´ıa dicho a su viejo amigo?

La silenciosa cocina parec´ıa zumbar por la sacudida de la escena reciente y con los reproches no pronunciados de Ron y Hermione. El Profeta que Lupin hab´ıa tra´ıdo consigo todav´ıa yac´ıa sobre la mesa, la propia cara de Harry miraba al techo desde la portada. Se acercó a él y se sentó, abriendo una página al azar, y fingiendo leer. No pod´ıa concentrarse en las palabras, su mente todav´ıa estaba llena del encuentro con Lupin. Estaba seguro de que Ron y Hermione hab´ıan reasumido su comunicación silenciosa al otro lado de El Profeta. Pasó una página ruidosamente, y el nombre de Dumbledore saltó hacia él. Eso fue un momento o dos antes de que captara el significado de la fotograf´ıa, que mostraba a una familia. Bajo la foto se le´ıan estas palabras: La familia Dumbledore, de izquierda a derecha: Albus, Pervical, sujetando a la recién nacida Ariana, Kendra, y Aberforth.

Captada su atención, Harry examinó la foto más cuidadosamente. El padre de Dumbledore, Percival, era un hombre bien parecido con ojos que parec´ıan tintinear incluso en esta vieja foto desva´ıda. El bebé, Ariana, era un poco más grande que una barra de pan y de aspecto no muy llamativo. La madre, Kendra, ten´ıa el pelo negro azabache echado hacia atrás en un mo˜no alto. Su cara ten´ıa una cualidad tirante debido a él. Harry pensó en las fotos de nativos americanos que hab´ıa visto cuando estudió sus ojos oscuros, los pómulos altos, la nariz recta, formalmente compuesta con un vestido de cuello alto.

Albus y Aberforth vest´ıan chaquetas de cuello a juego y ten´ıa identicos cortes de pelo.

Albus parec´ıa varios a˜nos mayor, pero por lo demás los dos chicos se parec´ıan mucho, pero eso hab´ıa sido antes de que Dumbledore se rompiera la nariz y antes de llevar gafas.

La familia parec´ıa feliz y normal, sonriendo serenamente desde el periódico. El brazo del bebé Ariana ondeaba vagamente dentro y fuera de su chal. Harry miró sobre la foto y vio el titular.

EXTRACTO EXCLUSIVO DE LA PROXIMA

BIOGRAFIA DE ALBUS DUMBLEDORE

Por Rita Skeeter

CAPÍTULO 11. EL SOBORNO

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Pensando que dificilmente podr´ıa hacerle sentir mucho peor de lo que ya se sent´ıa, Harry empezó a leer:

Orgullosa y arrogante, Kendra Dumbledore no pudo soportar permanecer en en Mould-on-the-Wold después de que su marido Percival fuera pública-mente arrestado y encerrado en Azkaban. Por consiguiente decidió desarrai-gar a la familia y reacomodarla en el Valle de Godric, el pueblo que después ganar´ıa fama como el escenario de la extra˜na escapada de Harry Potter de Quien-ustedes-ya-saben.

Como Mould-on-the-Wold, el Valle de Godric era hogar de un buen número de familias de magos, pero Kendra no entabló relación con ninguna de ellas, evitaba la curiosidad sobre el crimen de su marido que hab´ıa soportado en el pueblo anterior. Rechazó repetidamente los amigables avances de sus nuevos vecinos magos, pronto se seguró de que su familia se mantuviera aislada.

“Me cerró la puerta en la cara cuando fui a darle la bienvenida con un caldero de Cauldron Cakes caseros” dijo Bathilda Bahshot. “La primera vez que estuve all´ı solo vi a los dos chicos. No habr´ıa sabido que ten´ıa una hija si no hubiera estado recogiendo hierbas a la luz de la luna un invierno después de que se mudaran. Vi a Kendra conduciendo a Ariana hasta el jard´ın de atrás. La paseó por el césped, manteniendo una garra firme sobre ella, luego la volvió a entrar dentro. No supe qué pensar.”

Parece ser que Kendra pensó que mudarse al Valle de Godric era la oportunidad perfecta para ocultar a Arianna de una vez y para siempre, algo que probablemente hab´ıa estado planeando durante a˜nos. La oportunidad del momento fue significativa. Ariana ten´ıa apenas siete a˜nos cuando se perdió de vista, y los siete es la edad mágica en la que la mayor´ıa de los expertos está de acuerdo en que se revela la magia a s´ı misma, si se presenta. Nadie vivo actualmente recuerda a Arianna demostrando la más m´ınima se˜nal de habilidad mágica. Parece claro, por lo tanto, que Kendra tomó la decisión de ocultar la existencia de su hija antes que sufrir la vergüenza de admitir que hab´ıa dado a luz a un a Squib. Mudarse lejos de amigos y vecinos que conoc´ıan a Ariana, por supuesto, har´ıa que mantenerla prisionera fuera más fácil. Pod´ıa contarse con el peque˜no número de personas que de ah´ı en adelante conocieron la existencia de Arianna para mantener el secreto, incluyendo a sus dos hermanos, que desviaban preguntas embarazosas con la respuesta que su madre les hab´ıa ense˜nado. “Mi hermana es demasiado frágil para la escuela.”

Próxima semana: Albus Dumbledore en Hogwarts... los Premios y la Presencia.

Harry hab´ıa estado equivocado. Lo que hab´ıa le´ıdo le hab´ıa hecho sentir peor. Volvió a mirar la fotograf´ıa de la aparentemente feliz familia. ¿Era cierto? ¿Cómo pod´ıa averiguarlo? Deseaba ir al Valle de Godric, incluso si Bathilda no estaba en condiciones de hablar con él; quer´ıa visitar el lugar donde Dumbledore hab´ıa perdido a aquellos a los que amaba.

Estaba en proceso de bajar el periódico, para preguntar a Ron y Hermione su opinión, cuando un ensordecedor crack llenó la cocina.

Por primera vez en tres d´ıas Harry se hab´ıa olvidado del todo de Kreacher. Su primer pensamiento fue que Lupin hab´ıa irrumpido en la habitación, y durante una fracción de segundo, no se fijó en la masa de extremidades que se retorc´ıan y que hab´ıa aparecido de la nada junto a su silla. Se apresuró a ponerse en pie mientras Keacker se desenredaba y se inclinaba ante Harry, croando, “Kreacher ha vuelto con el ladrón Mundungus Fletcher, Amo.”

CAPÍTULO 11. EL SOBORNO

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Mundungus luchó por levantarse y sacó su varita. Hermione sin embargo, fue demasiado rápida para él.

“¡Expelliarmus! ”

La varita de Mundungus voló por el aire y Hermione la cogió. Con los ojos salvajes, Mundungus se lanzó hacia las escaleras; Ron le hizo un placaje y Mundungus golpeó el suelo de piedra con un crujido amortiguado.