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“¡Por supuesto!” gritó Hermione, golpeándose la frente con la mano sobresaltándolos a ambos, provocando que se quedaran en silencio. “Harry, dame el relicario.”
“Vamos” dijo impacientemente, chasqueando los dedos ante él por su falta de reacción.
“¡El Horcrux, Harry, todav´ıa lo llevas puesto!”
Ella extendió las manos, y Harry se paso la cadena de oro por encima de la cabeza.
En el momento en que dejo de estar en contacto con la piel de Harry, este se sintió libre y extra˜namente liviano. Ni siquiera se hab´ıa dado cuenta de que se sent´ıa sofocado o de que sent´ıa un fuerte peso presionándole el estómago hasta que ambas sensaciones cesaron.
“¿Mejor?” preguntó Hermione.
“¡Si, much´ısimo mejor!”
“Harry” dijo arrodillándose frente de él y usando el tipo de voz que se asocia a cuando visitas a alguien extremadamente enfermo. “No habrás sido pose´ıdo, ¿verdad?”
“¿Qué? ¡No!” dijo a la defensiva. “Recuerdo todo lo que hicimos mientras lo llevaba.
Si hubiera estado pose´ıdo, no sabr´ıa lo que hab´ıa hecho, ¿verdad? Ginny me contó que hab´ıa veces en las que no pod´ıa recordar nada.”
“Hmmm” dijo Hermione, mirando hacia abajo al pesado relicario de oro. “Bueno, tal vez no deber´ıamos llevarlo puesto. Podr´ıamos dejarlo en la tienda.”
“No dejaremos el Horcrux por ah´ı.” declaró Harry firmemente. “Si lo perdemos, si lo roban...”
“Vale, esta bien, está bien” dijo Hermione, y se lo puso alrededor del cuello y lo escondió de la vista debajo de la camisa.
“Pero lo llevaremos por turnos, para que nadie lo lleve demasiado tiempo.”
“Genial” dijo Ron irritado, “Ahora que hemos resuelto eso ,por favor, ¿podemos conseguir algo de comida?”
“Bien, pero iremos a otra parta a buscarla” dijo Hermione lanzándole a Harry una mirada de reojo. “No hay necesidad de que nos quedemos en un lugar donde sabemos que hay dementores apareciéndose por ah´ı.”
Al final se acomodaron para pasar la noche en un campo remoto perteneciente a una solitaria granja, de la cual se las hab´ıan ingeniado para obtener huevos y pan.
CAPÍTULO 15. LA VENGANZA DE LOS DUENDES
164
“No es robar, ¿verdad?” preguntó Hermione inquieta, mientras devoraban los huevos revueltos con tostadas. “Hemos dejado dinero debajo del gallinero.”
Ron hizo rodar los ojos y dijo, con las mejillas abultadas, “¡Er-mynee, no te pr-oupes ta-to, ...elájate!
Y verdaderamente, era mucho más fácil relajarse cuando estaban confortables y bien alimentados: olvidaron la discusión sobre los dementores con las risas de esa noche y Harry se sintió alegre, hasta esperanzado, cuando fue a hacer el primero de los tres turnos de guardia de esa noche.
Este era su primer encuentro con la realidad de que un estómago lleno significa buen humor; uno vac´ıo, disputas y tristeza. Harry se sintió muy poco sorprendido por este hecho, ya que hab´ıa sufrido per´ıodos de casi inanición en casa de los Dursley. Hermione soportaba razonablemente bien aquellas noches en las que sólo consegu´ıan escamotear bayas y bizcochos rancios, quizás su temperamento se volviera un poco más explosivo de lo normal y sus silencios algo agrios. Ron, en cambio, siempre hab´ıa estado acostumbrado a tres deliciosas comidas por d´ıa, cortes´ıa de su madre o de los elfos domésticos de Hogwarts, y el hambre lo pon´ıa irracional e irritable.
Cada vez que la falta de comida coincid´ıa con el turno de Ron de usar el Horcrux, se volv´ıa directamente desagradable.
“¿Entonces a donde vamos ahora?” era el constante estribillo. Parec´ıa no tener ideas propias, pero esperaba que Harry y Hermione idearan planes mientras él se sentaba y meditaba sobre el escaso abastecimiento de comida.
En consecuencia, Harry y Hermione pasaban infructuosas horas tratando de decidir donde podr´ıan encontrar los otros Horcruxes, y como destruir el que ya ten´ıan, y sus conversaciones se volv´ıan cada vez más repetitivas, ya que no ten´ıan nueva información.
Como Dumbledore le hab´ıa dicho a Harry que cre´ıa que Voldemort hab´ıa escondido Horcruxes en lugares importantes para él, segu´ıan compendiando, como en una especie de lúgubre itinerario, aquellas localidades en las que sab´ıan que Voldemort hab´ıa vivido o visitado. El Orfanato donde hab´ıa nacido y se hab´ıa criado; Hogwarts, donde hab´ıa sido educado; Borgin and Burkes, donde hab´ıa trabajado después de terminar su educación; Albania, donde hab´ıa pasado los a˜nos de exilio. En ellas sentaban las bases para sus especulaciones.
“Si, vayamos a Albania. No deber´ıa llevarnos más de unas tarde registrar un pa´ıs entero” dijo Ron sarcásticamente.
“No puede haber nada all´ı. Ya hab´ıa hecho cinco Horcruxes antes de irse al exilio, y Dumbledore estaba seguro que la serpiente fue el sexto” dijo Hermione. “Sabemos que la serpiente no está en Albania, generalmente está con Vol...”
“¿No os he pedido que dejéis de decir eso?”
“¡De acuerdo! La serpiente generalmente está con Ya-sabes-quién... ¿contento?”
“No exactamente.”
“No puedo creer que haya escondido nada en Borgin and Burkes” dijo Harry, que ya hab´ıa repasado este punto varias veces antes, pero lo repitió simplemente para romper el incómodo silencio. “Borgin and Burkes eran expertos en objetos oscuros, hubieran reconocido un Horcrux en el acto.”
Ron bostezó intencionadamente. Reprimiendo el fuerte deseo de tirarle algo, Harry continuó escarbando “Todav´ıa creo que puede haber escondido alguno en Hogwarts.”
CAPÍTULO 15. LA VENGANZA DE LOS DUENDES
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Hermione suspiró.
“¡Pero Dumbledore lo hubiera encontrado, Harry!”
Harry repitió el argumento que continuaba aportando a favor de su teor´ıa.
“Dumbledore me dijo que nunca hab´ıa dado por sentado que conociera todos los secretos de Hogwarts. Estoy seguro, si hay un lugar donde Vol...”
“¡OI!”
“¡YA-SABES-QUIEN, entonces!” gritó Harry, aguijoneado más alla de su tolerancia.
“¡Si existe un lugar verdaderamente importante para Ya-sabes-quién, es Hogwarts!”
“Oh, vamos.” Se burló Ron. “¿Su colegio?”
“¡Si, su colegio! Fue su primer hogar verdadero, el lugar que lo hizo especial; lo significa todo para él, y aún después de irse...”
“Estamos hablando de Ya-sabes-quién, ¿no? No de ti” Inquirió Ron. Estaba tirando de la cadena del Horcrux que le colgaba del cuello; Harry se vio invadido por el deseo de apoderarse de ella y estrangularlo.
“Nos contaste que Ya-sabes-quien le pidió a Dumbledore que le diera trabajo después de graduarse” dijo Hermione.
“Si as´ı es” dijo Harry.
“Y Dumbledore pensó que solo quer´ıa volver para tratar de encontrar algo, probablemente otro objeto de los fundadores, ¿Tal vez para convertirlo en otro Horcrux?”