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cualquier forma Dumbledore no pudo mantener a ninguno de los dos entre las sombras, el Wizengamot presentó cargos contra ambos. No, eran la madre y la hermana las que me intrigaban y escarbando un poco descubr´ı un verdadero nido de inmundicias, pero como dije, tendrás que esperar a los cap´ıtulos del nueve al doce para obtener los detalles completos. Todo lo que puedo decir ahora es que no me extra˜na que Dumbledore nunca hablara acerca de cómo se rompió la nariz.”
No obstante, las muertes familiares, llevaron a Dumbledore a hacer varios descubrimientos mágicos.
“Ten´ıa cerebro”, concedió, “aunque ahora muchos se preguntan si realmente puede llevarse todo el mérito de sus supuestos logros. Como revelo en el cap´ıtulo dieciséis, Ivon Dillonsby, reclama que ya hab´ıa descubierto ocho usos de la sangre de dragón cuando Dumbledore tomó ”prestados”sus documentos.”
Pero la importancia de algunos de los logros de Dumbledore, no puede, presumo, ser negada. ¿Qué me dice de la famosa derrota de Grindelwald?
“Oh, me alegra que haya nombrado a Grindelwald,” dijo Skeeter con una sonrisa exasperada, “Me temo que esos que ven con inocentes y confiados ojos la espectacular victoria de Dumbledore, deben prepararse a s´ı mismos para una bomba... o tal vez una bomba de estiércol. Un asunto muy escabroso en verdad. Todo lo que diré es que no estén tan seguros de que realmente hubo un espectacular duelo de leyenda. Después de leer mi libro la gente puede verse forzada a concluir que Grindelwald sencillamente conjuró un pa˜nuelo blanco de la punta de su varita y se rindió tranquilamente.”
Skeeter se negó a revelar nada más acerca de este intrigante tema, por lo que nos volcamos en la relación que seguramente fascinará a sus lectores más que cualquier otra.
“Oh, si,” dijo Skeeter, asintiendo vivamente, “dedico un capitulo entero a la relación Potter-Dumbledore. Ha sido llamada poco saludable, incluso siniestra.
Nuevamente, los lectores tendrán que comprar el libro para obtener la historia completa, pero no hay duda de que Dumbledore ten´ıa un interés poco natural en Potter, ya que estamos. Si eso fue realmente para bien del muchacho... ya se verá. Es ciertamente un secreto a voces que Potter ha tenido una adolescencia de lo más problemática.”
Pregunté a Skeeter si aún se manten´ıa en contacto con Harry Potter, a quien tan célebremente hab´ıa entrevistado el a˜no pasado, en un importante avance en el que Potter hablaba en exclusiva de su convicción de que Ya-saben-quien hab´ıa regresado.
“Oh, si desarrollamos un lazo ´ıntimo,” dijo Skeeter, “el pobre Potter tiene muy pocos amigos de verdad, y nos conocimos en uno de los momentos de su vida en el que más duramente fue puesto a prueba... El Campeonato de los Tres Magos. Probablemente soy una de las pocas personas con vida que puede decir que conoce al verdadero Harry Potter.”
Lo que nos lleva a los muchos rumores que aún circulan acerca de las últimas horas de Dumbledore. ¿Piensa Skeeter que Potter estaba all´ı cuando Dumbledore murió?
“Bueno no quiero decir demasiado... está todo en el libro... pero testigos dentro del castillo de Hogwarts vieron a Potter salir corriendo de la escena, momentos después de que Dumbledore cayera, saltara o fuera empujado. ...
después se encontraron evidencias contra Severus Snape, un hombre contra el cual Harry siente un indudable rencor. ¿Es todo lo que parece? Eso queda a juicio de La Comunidad Mágica... una vez que haya le´ıdo mi libro.”
CAPÍTULO 2. EN CONMEMORACI ÓN
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Con esa intrigante nota me despido. No hay duda de que Skeeter ha escrito un bestseller ef´ımero. Mientras que las legiones de admiradores de Dumbledore puede que estén temblando ante lo que pronto saldrá a la luz acerca de su héroe.
Harry llegó al final del art´ıculo y continuó mirando la página inexpresivamente. La repulsión y la furia ascendieron en él como si fuera a vomitar. Hizo una bola con el periódico y lo arrojó con todas sus fuerzas, contra la pared, donde fue a reunirse con el resto de la basura apilada alrededor de la repleta papelera.
Empezó a caminar a zancadas, ciegamente, por la habitación, abriendo cajones vac´ıos y levantando libros solo para volverlos a dejar en el mismo sitio, apenas consciente de lo que estaba haciendo, mientras frases al azar del art´ıculo de Rita hac´ıan eco en su cabeza: Un cap´ıtulo entero a la relación Potter-Dumbledore... Ha sido llamada poco saludable, incluso siniestra... el mismo chapoteó en las artes oscuras en su juventud... tuve acceso a una fuente por la que la mayor´ıa de los periodistas hubieran agitado sus varitas...
“¡Mentiras!” gritó Harry. Y a través de la ventana vio como el vecino de la casa de al lado, que hab´ıa hecho una pausa mientras segaba el césped, miraba nerviosamente hacia arriba.
Harry se sentó en la cama furioso. El pedazo de espejo roto oscilaba; lo levantó y le dio vuelta entre los dedos, pensando... pensando en Dumbledore y en las mentiras con que Rita Skeeter le estaba deshonrando...
Hubo un relámpago de brillante azul. Harry se quedó inmóvil, deslizaba el dedo lastimado sobre el mellado borde del vidrio .Deb´ıa habérselo imaginado...seguramente. Miro por encima del hombro, pero la pared luc´ıa el enfermizo tono melocotón que su t´ıa Petunia hab´ıa elegido. No hab´ıa nada azul all´ı que pudiera ser reflejado por el espejo. Volvió a mirar el fragmento de espejo nuevamente, sin ver otra cosa que sus brillantes ojos verdes devolviéndole la mirada.
Se lo hab´ıa imaginado, no hab´ıa otra explicación. Lo hab´ıa imaginado por haber estado pensando en su director muerto. Si de algo estaba seguro, era que los brillantes ojos azules de Albus Dumbledore, nunca le atravesar´ıan otra vez...
Cap´ıtulo 3
La Partida de los Dursley
El sonido de la puerta delantera al cerrarse hizo eco a través de las escaleras y una voz gru˜nó: “¡Oh! ¡Eres tú!”
Tras dieciséis a˜nos siendo tratado de esa manera Harry no tuvo ninguna duda de que su t´ıo se refer´ıa a él, sin embargo, no respondió inmediatamente. Todav´ıa ten´ıa el peque˜no fragmento de espejo en el cual, por un segundo, hab´ıa cre´ıdo ver los ojos de Dumbledore. Esto antes que su t´ıo gritara, “¡Muchacho!”, Harry bajo lentamente de la cama y se dirigió hacia la puerta del dormitorio, deteniéndose brevemente para meter el pedazo del espejo roto en la mochila con las demás cosas que se llevar´ıa.
“Te tomas tú tiempo ¿eh?” bramó Vernon Dursley cuando Harry apareció en el borde de las escaleras. “Ven aqu´ı. Quiero decirte unas palabras”
Harry bajó, con las manos metidas en los bolsillos de los pantalones. Cuando entro en el salón se encontró con los tres Dursleys. Estaban preparados para el viaje; T´ıo Vernon con una vieja chaqueta rasgada y Dudley, el vasto, rubio y musculoso primo de Harry con su chaqueta de cuero.
“¿Si?” preguntó Harry.
“¡Siéntate!” dijo T´ıo Vernon. Harry alzó las cejas. “¡Por favor!” a˜nadió T´ıo Vernon, haciendo una ligera mueca cuando la palabra se le atrancó en la garganta. Harry se sentó. Creyó saber lo que estaba por venir. Su t´ıo empezó a pasearse arriba y abajo, T´ıa Petunia y Dudley segu´ıan sus movimientos con expresiones ávidas. Finalmente, su gran cara sonrosada se arrugó por la concentración. T´ıo Vernon se detuvo delante de Harry y habló:
“He cambiado de opinión,” dijo.
“Que sorpresa,” dijo Harry.
“No me vengas con ese tono...” empezó T´ıa Petunia con voz chillona, pero Vernon Dursley le indicó con un gesto que se calmara.
“Todo eso no son más que tonter´ıas,” dijo T´ıo Vernon, mirando fijamente a Harry con sus ojillos de cerdo. ”No voy a creer ni una palabra de ello. Nos quedamos aqu´ı, no vamos a ir a ninguna parte.”
Harry levantó la mirada hacia su t´ıo y sintió una mezcla de exasperación y sorpresa.
Vernon Dursley hab´ıa estado cambiando de opinión cada veinticuatro horas en los últimos cuatro d´ıas, haciendo y deshaciendo el equipaje. El momento preferido de Harry hab´ıa sido cuando t´ıo Vernon sin saber que Dudley hab´ıa metido las pesas en su maleta, hab´ıa intentado levantarla y se hab´ıa derrumbado con un aullido de dolor y profiriendo varios 18
CAPÍTULO 3. LA PARTIDA DE LOS DURSLEY
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juramentos.
“Según tú,” dijo Vernon Durley caminando de un lado a otro. “Nosotros.. Petunia, Dudley y yo... estamos grave peligro. Por... por...”
“Some of ’my lot’right?” dijo Harry.
“No lo creo,” repitió T´ıo Vernon delante de Harry de nuevo.
“He estado despierto la mitad de la noche pensando en todo esto, y creo que es un complot para quedarte con la casa.”
“¿La casa?” repitió Harry. “¿Qué casa?”
“¡Esta casa!” chilló T´ıo Vernon, la vena de su frente empezaba a latir. “¡Nuestra casa!
Los precios de las casas están por las nubes! Quieres quitarnos de en medio y entonces harás eso de ’hocus-pocus’y antes de que nos enteremos la escritura estará a tu nombre y...”
“¿Has perdido la juicio?” exigió Harry. “¿Un complot para conseguir esta casa? ¡Realmente eres tan estúpido como pareces!”
“¡No te atrevas...!” chilló T´ıa Petunia, pero de nuevo, Vernon le indicó que se calmara.