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“¡Pero continúa apareciendo, Harry! Dumbledore me dejó Los Cuentos de Beedle el Bardo, ¿cómo sabes que no se supone que tenemos que averiguar cosas sobre el signo?”
“¡Aqu´ı vamos otra vez!” Harry se sintió ligeramente exasperado. “Seguimos intentando convencernos de que Dumbledore nos dejó se˜nales secretas y pistas...”
“El Desiluminador resultó ser muy útil” dijo Ron elevando la voz. “Creo que Hermione CAPÍTULO 20. XENOPHILIUS LOVEGOOD
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tiene razón, deber´ıamos ir y ver a Lovegood.”
Harry le lanzó una mirada sombr´ıa. Estaba bastante seguro de que el apoyo de Ron hacia Hermione ten´ıa poco que ver con el deseo de conocer el significado de la runa triangular.
“No será el valle de Godric” a˜nadió Ron. “Lovegood está de nuestro lado, Harry. El Quisquilloso ha estado a tu favor todo este tiempo, ¡continúa diciendo a todo el mundo que tienen que ayudarte!”
“¡Estoy segura de que esto es importante!” dijo Hermione con seriedad.
“¿Pero no creéis que si lo fuera, Dumbledore me lo habr´ıa dicho antes de morir?”
“Tal vez... tal vez es algo que tienes que averiguar por ti mismo” dijo Hermione, como si se estuviera agarrando a un clavo ardiendo.
“S´ı” dijo Ron, con actitud servil. “eso tiene sentido.”
“No, no lo tiene” le espetó Hermione. “pero aún as´ı creo que deber´ıamos hablar con el se˜nor Lovegood. ¿Un s´ımbolo que une a Dumbledore, Grindelwald y el valle de Godric?
¡Harry, estoy segura de que deber´ıamos saber sobre esto!”
“Creo que deber´ıamos votar” dijo Ron. “Aquellos a favor de ir a ver a Lovegood...”
Su mano se levantó disparada antes que la de Hermione. Los labios de ella temblaron sospechosamente mientras levantaba la suya.
“Sobrepasado en votos, Harry, lo siento” dijo Ron, golpeándolo en la espalda.
“Bien” dijo Harry, medio divertido, medio irritado. “Sólo que, una vez que hayamos visitado a Lovegood, intentaremos buscar más Horrocruxes, ¿vale? De todas formas, ¿dónde viven los Lovegood? ¿Alguno de vosotros lo sabe?”
“S´ı, no están muy lejos de mi casa” dijo Ron. “No sé exactamente donde, pero mamá y papá siempre se˜nalan hacia las colinas cuando los mencionan. No debe ser muy dif´ıcil de encontrar.”
Cuando Hermione hab´ıa vuelto a su litera, Harry bajó la voz.
“Sólo estuviste de acuerdo para intentar volver a estar bien con ella.”
“Todo vale en el amor y en la guerra” dijo Ron alegremente. “y es un poco de ambos.
¡An´ımate, son las vacaciones de navidad, Luna estará en casa!”
Ten´ıan una excelente vista del pueblo de Ottery St. Catchpole desde la ladera ventosa hacia la que se desaparecieron la ma˜nana siguiente. Desde su ventajosa posición elevada, el pueblo parec´ıa una colección de casas de juguete dentro de los grandes rayos de luz inclinados que se extend´ıan desde los espacios entre las nubes hasta la tierra.
Se quedaron parados un minuto o dos mirando a la Madriguera, protegiéndose los ojos del sol con las manos, pero todo lo que fueron capaces de distinguir fueron los altos setos y árboles del huerto, que proporcionaban a la peque˜na casa torcida protección a ojos muggles.
“Es raro, estar tan cerca, pero no hacer una visita” dijo Ron.
“Bueno, no es como si no los acabases de ver. Estuviste aqu´ı en Navidad” dijo Hermione fr´ıamente.
“¡No estuve en la Madriguera!” dijo Ron con una risa incrédula. “¿Crees que iba a volver all´ı y decirles que sal´ı corriendo? S´ı, Fred y George se lo habr´ıan tomado genial. Y
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Ginny, habr´ıa sido realmente comprensiva.”
“¿Pero dónde estuviste entonces?” preguntó Hermione sorprendida.
“En la nueva casa de Bill y Fleur. Shell Cottage. Bill siempre ha sido decente conmigo.
No... no se quedó impresionado cuando escuchó lo que hab´ıa hecho, pero no insistió en ello.
Sab´ıa que yo realmente lo sent´ıa. Nadie del resto de la familia sabe que estuve all´ı. Bill le dijo a mamá que él y Fleur no iban a ir a casa por Navidad porque quer´ıan estar solos.
Ya sabes, las primeras vacaciones después de casarse. No creo que a Fleur le importase.
Ya sabes lo mucho que odia a Celestina Warbeck.” Ron le dio la espalda a la Madriguera.
“Probemos por aqu´ı” dijo, liderando el recorrido sobre la cima de la colina.
Caminaron durante unas pocas horas, Harry oculto bajo la capa de Invisibilidad ante la insistencia de Hermione. El grupo de colinas bajas parec´ıa estar deshabitado, salvo por una peque˜na casa de campo, que parec´ıa abandonada.
“¿Crees que es de ellos, y que se han marchado durante las Navidades?” dijo Hermione, mirando a través de la ventana a una peque˜na cocina ordenada con geranios en el alféizar.
Ron resopló.
“Escucha, presiento que ser´ıas capaz de saber quién vive ah´ı si mirases a través de la ventana de los Lovegood. Probemos el siguiente grupo de colinas.”
As´ı que se desaparecieron unos pocos kilómetros más al norte.
“¡Ajá!” gritó Ron, mientras el viento les azotaba el cabello y las ropas. Ron estaba apuntando hacia arriba, hacia la cima de la colina en la que hab´ıan aparecido, donde una casa con aspecto de lo más extra˜no se ergu´ıa hacia el cielo, con un gran cilindro negro que ten´ıa una luna fantasmagórica colgando por detrás bajo el cielo de la tarde. “Esa tiene que ser la casa de Luna, ¿quién más vivir´ıa en un sitio como ese? ¡Parece un grajo gigante!”
“No se parece en nada a un pájaro” dijo Hermione, frunciendo el ce˜no hacia la torre.
“Estaba hablando de una torre de ajedrez” dijo Ron. “Un castillo para ti.”
Las piernas de Ron eran las más largas, por lo que llegó a la cima de la colina en primer lugar. Cuando Harry y Hermione lo alcanzaron, jadeando y con punzadas en los laterales del cuerpo, lo encontraron sonriendo ampliamente.
“Es la suya” dijo Ron. “Mirad.”
Tres letreros pintados a mano hab´ıan sido clavados a una verja estropeada. En el primero se le´ıa:
EL QUISQUILLOSO. EDITOR: X. LOVEGOOD