123306.fb2 Harry Potter y el prisionero de Azkaban - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 33

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—Bueno —dijo Harry, algo embarazado.

Lupin dio a la tetera un golpecito con la varita y por el pitorro salió un chorro de vapor.

—Siéntate —dijo Lupin, destapando una caja polvorienta—. Lo lamento, pero sólo tengo té en bolsitas. Aunque me imagino que estarás harto del té suelto.

Harry lo miró. A Lupin le brillaban los ojos.

—¿Cómo lo sabe? —preguntó Harry

—Me lo ha dicho la profesora McGonagall —explicó Lupin, pasándole a Harry una taza descascarillada—. No te preocupa, ¿verdad?

—No —respondió Harry

Pensó por un momento en contarle a Lupin lo del perro que había visto en la calle Magnolia, pero se contuvo. No quería que Lupin creyera que era un cobarde y menos desde que el profesor parecía suponer que no podía enfrentarse a un boggart.

Algo de los pensamientos de Harry debió de reflejarse en su cara, porque Lupin dijo:

—¿Estás preocupado por algo, Harry?

—No —mintió Harry. Sorbió un poco de té y vio que el grindylow lo amenazaba con el puño—. Sí —dijo de repente, dejando el té en el escritorio de Lupin—.

¿Recuerda el día que nos enfrentamos al boggart?

—Sí —respondió Lupin.

—¿Por qué no me dejó enfrentarme a él? —le preguntó.

Lupin alzó las cejas.

—Creí que estaba claro —dijo sorprendido.

Harry, que había imaginado que Lupin lo negaría, se quedó atónito.

—¿Por qué? —volvió a preguntar.

—Bueno —respondió Lupin frunciendo un poco el entrecejo—, pensé que si el boggart se enfrentaba contigo adoptaría la forma de lord Voldemort.

Harry se le quedó mirando, impresionado. No sólo era aquélla la respuesta que menos esperaba, sino que además Lupin había pronunciado el nombre de Voldemort. La única persona a la que había oído pronunciar ese nombre (aparte de él mismo) era el profesor Dumbledore.

—Es evidente que estaba en un error —añadió Lupin, frunciendo el entrecejo—.

Pero no creí que fuera buena idea que Voldemort se materializase en la sala de profesores. Pensé que se aterrorizarían.

—El primero en quien pensé fue Voldemort —dijo Harry con sinceridad—. Pero luego recordé a los dementores.

—Ya veo —dijo Lupin pensativamente—. Bien, bien..., estoy impresionado.

—Sonrió ligeramente ante la cara de sorpresa que ponía Harry—. Eso sugiere que lo que más miedo te da es... el miedo. Muy sensato, Harry.

Harry no supo qué contestar; de forma que dio otro sorbo al té.

—¿Así que pensabas que no te creía capaz de enfrentarte a un boggart? —dijo Lupin astutamente.

—Bueno..., sí —dijo Harry. Estaba mucho más contento—. Profesor Lupin, usted conoce a los dementores...

Le interrumpieron unos golpes en la puerta.

—Adelante —dijo Lupin.

Se abrió la puerta y entró Snape. Llevaba una copa de la que salía un poco de humo y se detuvo al ver a Harry. Entornó sus ojos negros.

—¡Ah, Severus! —dijo Lupin sonriendo—. Muchas gracias. ¿Podrías dejarlo aquí, en el escritorio? —Snape posó la copa humeante. Sus ojos pasaban de Harry a Lupin—.

Estaba enseñando a Harry mi grindylow —dijo Lupin con cordialidad, señalando el depósito.

—Fascinante —comentó Snape, sin mirar a la criatura—. Deberías tomártelo ya, Lupin.

—Sí, sí, enseguida —dijo Lupin.

—He hecho un caldero entero. Si necesitas más...

—Seguramente mañana tomaré otro poco. Muchas gracias, Severus.

—De nada —respondió Snape. Pero había en sus ojos una expresión que a Harry no le gustó. Salió del despacho retrocediendo, sin sonreír y receloso.

Harry miró la copa con curiosidad. Lupin sonrió.

—El profesor Snape, muy amablemente, me ha preparado esta poción —dijo—.

Nunca se me ha dado muy bien lo de preparar pociones y ésta es especialmente difícil.

—Cogió la copa y la olió—. Es una pena que no admita azúcar —añadió, tomando un sorbito y torciendo la boca.

—¿Por qué...? —comenzó Harry.

Lupin lo miró y respondió a la pregunta que Harry no había acabado de formular:

—No me he encontrado muy bien —dijo—. Esta poción es lo único que me sana.

Es una suerte tener de compañero al profesor Snape; no hay muchos magos capaces de prepararla.

El profesor Lupin bebió otro sorbo y Harry tuvo el impulso de quitarle la copa de las manos.

—El profesor Snape está muy interesado por las Artes Oscuras —barbotó.

—¿De verdad? —preguntó Lupin, sin mucho interés, bebiendo otro trago de la poción.

—Hay quien piensa... —Harry dudó, pero se atrevió a seguir hablando—, hay quien piensa que sería capaz de cualquier cosa para conseguir el puesto de profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras.