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Se sentía estupefacto; era como si una mansa mascota de repente se hubiera vuelto salvaje; ¿qué había estado pensando el Príncipe cuando copió semejante hechizo en su libro? ¿Y qué pasaría cuando Snape lo viera? ¿Le diría a Easy PDF Copyright © 1998,2005 Visage Software
This document was created with FREE version of Easy PDF.Please visit http://www.visagesoft.com for more details Slughorn (Harry sintió un jalón en su estómago) cómo había logrado obtener semejantes resultados en Pociones durante el año? ¿Confiscaría o destruiría el libro que le había enseñado tanto … el libro que se había convertido en un tipo de guía y amigo? Harry no podía dejar que eso pasara … No podía …
'¿Dónde has …? ¿Por qué estás empapado …? ¿Es sangre?'
Ron estaba parado arriba en las escaleras, desde donde observaba perplejo la visión que Harry ofrecía.
'Necesito tu libro,' jadeó Harry. 'Tu libro de pociones. Rápido … dámelo.'
'Pero, y el del Príncipe es …'
'¡Te explicaré después!'
Ron sacó su copia de ‘Fabricación de Pociones Avanzado’ de su bolsa y se lo pasó; Harry lo tomó y se siguió de largo hacia la sala común. Una vez ahí, agarró su bolsa e ignorando las miradas asombradas de varias personas que acababan de cenar, se arrojó por el agujero del portarretrato y corrió por todo lo largo del pasillo del séptimo piso.
Patinó para detenerse junto al tapiz de los trolls danzantes, cerró sus ojos y empezó a caminar.
’Necesito un lugar para esconder mi libro … Necesito un lugar para esconder mi libro … Necesito un lugar para esconder mi libro…’
Tres veces caminó de un lado a otro enfrente del pedazo de muro desnudo. Cuando abrió los ojos, ahí estaba por fin: la puerta del Salón de los Menesteres. Harry abrió la puerta, se precipitó dentro y cerró de un portazo.
Jadeó de la sorpresa. A pesar de su prisa, su pánico y su miedo de lo que le esperaba al regresar al baño, nada lo habría preparado para el sobrecogimiento que sintió al ver lo que había adentro. Estaba en un cuarto del tamaño de una gran catedral, cuyas ventanas dejaban caer rayos de luz sobre lo que parecía una ciudad con altísimos muros, construidos por lo que Harry supo eran objetos escondidos por generaciones de habitantes de Hogwarts. Había callejones y caminos formados por vacilantes pilas de muebles rotos y dañados, puestos ahí, quizá, para esconder la evidencia de magia mal hecha, o guardados por los orgullosos elfos domésticos del castillo. Había miles y miles de libros aparentemente prohibidos, rayados o robados. Había catapultas con alas y Frisbees Colmilludos, algunos todavía con vida suficiente en ellos como para revolotear débilmente sobre las montañas de los otros objetos prohibidos. Había botellas despostilladas con pociones congeladas, sombreros, joyas, capas; algo que parecían cascarones de huevo de dragón, botellas con corcho cuyos contenidos todavía brillaban malévolamente, varias espadas oxidadas y un hacha pesada y ensangrentada.
Harry se internó apresuradamente en uno de los tantos callejones formados por aquel tesoro escondido. Pasó un enorme troll relleno y dobló a la derecha, corrió un pequeño tramo y en el armario desvanecedor donde Montague había desaparecido por un tiempo el año pasado (que por cierto estaba roto), dobló a la izquierda y finalmente se detuvo frente a una gran alacena a la que parecía le habían arrojado ácido sobre su ampollada superficie. Abrió una de las chirriantes puertas de la alacena, pero ya alguien la había utilizado para esconder algo antes: era algo en una jaula que aparentemente ya tenía mucho tiempo muerto … un esqueleto con cinco piernas. Colocó el libro del Príncipe Mestizo junto a la jaula y cerró la puerta. Se detuvo un momento para mirar todo el desorden de alrededor, su corazón le retumbaba terriblemente … ¿Lograría encontrar este mismo sitio otra vez en medio de toda esta chatarra?
Agarró el busto quebrado de un brujo feo y viejo que estaba arriba de un cajón cercano y lo colocó encima de la alacena donde estaba escondido el libro. Le puso una vieja peluca polvorienta y, para finalizar, lo coronó con una tiara descolorida para hacer la cabeza de la estatua más distintiva. Se devolvió lo más rápido que pudo por los callejones de chatarra oculta de regreso a la puerta, salió al pasillo y cerró la puerta con un golpe detrás de él.
Harry no corrió, casi voló, de regreso al baño del piso inferior, metiendo el libro de Ron dentro de su bolsa en el camino. Un minuto después, estaba frente a Snape, quien tendió su mano sin decir palabra en espera de la bolsa de Harry. Él se la entregó, jadeando y con dolor de pecho. Y esperó.
Uno por uno, Snape extrajo los libros de Harry y los examinó. Al final, el único que quedaba era el libro de Pociones, el cual revisó con mucho cuidado antes de decir algo.
'¿Éste es tu libro de ‘Fabricación de Pociones Avanzado’, Potter?'
'Sí,' dijo Harry, quien todavía respiraba con dificultad.
'¿Estás completamente seguro de ello, Potter?'
'Sí,' contestó Harry, con un dejo de desafío en la voz.
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'¿Éste es la copia de ‘Fabricación de Pociones Avanzado’ que tú compraste en ‘Flourish y Blotts’?'
'Sí,' dijo Harry firmemente.
'Entonces dime,' preguntó Snape, '¿por qué este libro tiene el nombre ‘Roonil Wazlib’ escrito en la contraportada?'
El corazón de Harry dio un vuelco.
'Ese es mi sobrenombre,' dijo.
'Tu sobrenombre,' repitió Snape.
'Sí ... es la manera cómo mis amigos me llaman,' explicó Harry.
'Entiendo lo que es un sobrenombre,' dijo Snape. Sus ojos negros y fríos taladraban una vez más los de Harry, quien trató de no mirar dentro de ellos. Cierra tu mente ... Cierra tu mente ... Pero nunca había aprendido a hacerlo bien.
'¿Sabes qué pienso, Potter?' dijo Snape tranquilamente. 'Creo que eres un mentiroso, además de tramposo, y pienso que te mereces un castigo conmigo cada sábado hasta el fin del curso. ¿Qué crees tú?'
'Yo ... yo no estoy de acuerdo, señor,' dijo Harry todavía evitando ver dentro de los ojos de Snape.
'Bien, veremos cómo te sientes después de tus castigos,' dijo Snape. 'El sábado a las diez de la mañana, Potter. En mi oficina.'
'Pero, señor ...' replicó Harry, mirándolo desesperado. 'El juego de Quidditch ... el último partido de ...'
'A las diez en punto,' susurró Snape con una sonrisa que mostraba sus dientes amarillos. 'Pobre Gryffindor ... en cuarto lugar este año, me temo ...'
Y salió del baño sin decir nada más, dejando a Harry mirándose en el espejo resquebrajado. Se sentía enfermo, más enfermo de lo que seguramente Ron se había sentido en toda su vida.
'No quiero decir ‘te lo dije’’ dijo Hermione, una hora después en la sala común.
'Déjalo en paz Hermione,' dijo Ron enojado.
Harry no había ni hecho el intento de cenar; no tenía apetito en lo absoluto. Le acababa de contar a Ron, Hermione y Ginny lo que había pasado, aunque no era que no lo supieran ya. La noticia había corrido velozmente: aparentemente Myrtle la Llorona la había contado en todos los baños del castillo; Pansy Parkinson acababa de visitar a Malfoy en la enfermería, y aquella no había perdido el tiempo en difamar a Harry por diestra y siniestra; mientras que Snape le había contado al profesorado exactamente lo que había sucedido. Harry había sido llamado fuera de la sala común para pasar quince terribles minutos en compañía de la profesora McGonagall, quien le dijo que se considerara afortunado de no haber sido expulsado y que estaba totalmente de acuerdo con el castigo que le había impuesto el profesor Snape de detenerlo cada sábado hasta el final del curso.
'Te dije que había algo raro en este ‘Príncipe’,’ dijo Hermione, que aparentemente no podía contenerse. 'Y tuve razón, ¿no es así?'
'No, no creo que la tengas,' dijo Harry testarudamente.
Ya estaba pasando un mal rato para escuchar además los sermones de Hermione; las caras que pusieron sus compañeros del equipo de Gryffindor cuando les dijo que no podría jugar con ellos el sábado había sido el peor castigo de todos. Sintió sobre él los ojos de Ginny, pero no tuvo el valor para mirarla directamente; no podría soportar que lo viera con decepción o enojo. Le había dicho que podría jugar como Buscadora sólo este sábado, mientras que Dean podría reincorporarse al equipo como Cazador en su lugar. Quizá, si ganaban, Ginny y Dean podrían volver durante la euforia de la fiesta después del partido ... El sólo pensamiento atravesaba a Harry como un cuchillo helado.
'Harry,' preguntó Hermione, '¿Cómo puedes seguir defendiendo a ese libro después que ese hechizo ...?'
'¡Deja de insistir en ese tema del libro!' gritó Harry. '¡El Príncipe sólo lo copió! ¡No quiere decir que él recomendara su uso a nadie! ¡Por lo que sabemos, hizo una nota de algo que había sido usado en su contra!'
'No lo creo así,' insistió Hermione 'Estás realmente defendiendo ...'
'¡No estoy justificando lo que hice!' dijo rápidamente Harry 'Desearía no haberlo hecho nunca, pero no es justo que tenga cerca de una docena de días de detención. Sabes bien que yo no usaría un hechizo como ese, ni siquiera en Malfoy, pero no le eches la culpa al Príncipe ya que él no escribió ‘intenten esto, es realmente efectivo’ ... sólo hizo algunas notas para él mismo, no para otros ...'
'Ahora dime,' dijo Hermione, '¿Quieres decir que piensas volver a ...?'
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