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'... tenido una brillante reputación en Pociones que realmente no mereces,' dijo Hermione ácidamente.
'¡Déjalo en paz, Hermione!' dijo Ginny, y Harry se sintió tan sorprendido y agradecido, que levantó la vista hacia ella.
'Por lo que hemos oído, Malfoy estaba tratando de usar una maldición imperdonable, por lo tanto, ¡deberías estar agradecida de que Harry hubiera tenido algo realmente bueno que lo salvara!'
'¡Pues claro que estoy contenta de que Harry no haya sido tocado por la maldición!' replicó Hermione, claramente herida. '¡Pero si eres capaz de llamarle ‘algo bueno’ al hechizo Sectumsempra, Ginny, mira dónde ha colocado a Harry ahora! Y eso sin mencionar lo que esto ha hecho con su oportunidad de ganar el partido ...'
'Ah, no empieces a fingir que entiendes de Quidditch,' dijo Ginny con crueldad, 'solamente quedas en ridículo.'
Harry y Ron miraron cómo Hermione y Ginny, que siempre se habían llevado muy bien entre ellas, estaban sentadas con los brazos cruzados y mirando en direcciones opuestas. Ron le echó una mirada nerviosa a Harry, tomó un libro al azar y lo escondió detrás de él. De cualquier modo, Harry, muy en el fondo sabía que se lo merecía, aunque, inexplicablemente, se sentía contento. No le importaba que nadie le hablara por el resto de la tarde.
Esta despreocupación le duró muy poco. Al otro día, las burlas de los de Slytherin se recrudecieron, por no mencionar el enojo de sus compañeros de Gryffindor, quienes estaban totalmente infelices de que su capitán se hubiera sacado él mismo del último partido de la temporada. En la mañana del sábado, contrariamente a todo lo que él le pudo haber dicho a Hermione, hubiera cambiado gustoso todo el Felix Felicis del mundo por haber podido caminar hacia el estadio de Quidditch junto con Ron, Ginny y los otros. Era realmente insoportable caminar al lado contrario de la masa de estudiantes que se dirigía a tropel hacia la luz del Sol, todos vestidos con sombreros, usando rosetones y bufandas y blandiendo estandartes; mientras él tenía que bajar por los escalones de piedra hacia las mazmorras y alejarse de los sonidos que cada vez eran más distantes, los cuales le podían dar alguna pista, la posibilidad de oír algún comentario o una porra era nula.
'Ah, Potter,' dijo Snape, cuando Harry tocó a su puerta y entró a su desagradablemente conocido despacho, el cual aún no había abandonado, a pesar de que ahora daba clase varios pisos arriba. Estaba tan oscuro como siempre y tenía los mismos objetos repugnantes suspendidos en pociones de diferentes colores alrededor de las paredes. Lo único diferente era un buen número de cajas llenas de telarañas apiladas en una mesa, donde Harry supuso que debía sentarse. Eso tenía un aura de ser un tedioso trabajo, además de difícil y carente de sentido.
'El señor Filch ha estado buscando a alguien que le ayude a limpiar estos viejos archivos,' dijo Snape suavemente.
'Son registros de otros antiguos infractores de Hogwarts y sus castigos recibidos. Nos gustaría que copiaras los crímenes y los castigos de aquellos registros donde la tinta se vea ya borrosa, así como los que hayan sido roídos por los ratones. Asegúrate de que queden en orden alfabético, reacomodándolos en las cajas. No puedes usar magia.'
'Bien, profesor,' dijo Harry, quien se dio cuenta el énfasis que puso en las últimas cuatro sílabas.
'Pienso que puedes comenzar,' dijo Snape con una sonrisa maliciosa en sus labios, 'con las cajas mil doce a la mil cincuenta y seis. Encontrarás algunos nombres familiares ahí, lo cual podría añadirle algo de interés a tu tarea. Aquí tienes ...'
Sacó una tarjeta de una de las cajas que estaban encima y leyó:
'James Potter y Sirius Black. Aprehendidos por usar un hechizo ilegal contra Bertram Aubrey. La cabeza de Aubrey ha vuelto a su tamaño normal. Doble detención.' Snape hizo un gesto de desprecio. 'Pudiera funcionar como consuelo, ahora que ambos se han ido, tener un registro de sus grandes logros como recuerdo ...'
Harry sintió la ya muy familiar sensación de que algo hervía en su estómago. Se mordió la lengua para no hablar y evitar represalias, se sentó frente a las cajas y se acercó una de ellas.
Este trabajo era, como Harry lo había anticipado, inútil y aburrido. Además, (como Snape claramente lo había planeado) sentía una sacudida en el estómago cada vez que leía el nombre de su padre o el de Sirius, usualmente haciendo pareja en algunas fechorías insignificantes, y algunas veces acompañados por Remus Lupin y Peter Pettigrew. Y mientras copiaba sus delitos y sus castigos, se preguntaba qué estaría pasando afuera, donde el partido acababa de empezar ... Ginny jugando de buscadora contra Cho ...
Harry miraba una y otra vez el gran reloj que estaba en la pared. Parecía que se movía a la mitad de velocidad que un Easy PDF Copyright © 1998,2005 Visage Software
This document was created with FREE version of Easy PDF.Please visit http://www.visagesoft.com for more details reloj normal; quizá Snape lo había hechizado para que fuera más lento. No era posible que él apenas hubiera estado ahí por media hora ... una hora ... una hora y media ...
El estómago de Harry empezó a retorcerse cuando el reloj marcó las doce y media. Snape, que no había dicho ni una palabra más desde que Harry empezó con su tarea, finalmente levantó la cabeza cuando eran la una y diez.
'Creo que has hecho suficiente,' dijo fríamente. 'Haz una marca en el lugar que te has quedado. Continuarás el próximo sábado a las diez en punto.'
'Sí, señor.'
Harry metió una tarjeta arrugada en una caja al azar y se dio prisa en salir por la puerta antes de que Snape pudiera cambiar de opinión. Corrió escalones arriba, agudizando los oídos para escuchar cualquier sonido proveniente del estadio, pero todo estaba muy callado ... había terminado, entonces ...
Vaciló un momento fuera del Gran Salón, que estaba lleno de gente en ese momento, pero finalmente decidió correr escaleras arriba; ya que si Gryffindor había ganado o perdido, el equipo usualmente celebraba o se lamentaba en su propia sala común.
'¿Quid agis?' le dijo tentativamente a la Dama Gorda, preguntándose qué sería lo que encontraría adentro.
La expresión de ella era indescifrable cuando le contestó:
'Velo tú mismo.'
Y se hizo a un lado para permitirle el paso.
Un rugido de celebración brotó por el agujero detrás de ella. Harry se sorprendió cuando las personas adentro empezaron a gritar al verlo a él. Varias manos lo tomaron y lo jalaron al interior de la sala común.
'¡Ganamos!' gritó Ron, que se acercó a él dando brincos y le pasó la Copa plateada. '¡Ganamos! ¡Cuatrocientos cincuenta a ciento cuarenta! ¡Ganamos!'
Harry miró alrededor; Ginny estaba corriendo hacia él. Tenía un rostro resplandeciente cuando envolvió a Harry con sus brazos. Y sin pensarlo, sin haberlo planeado, sin preocuparse por el hecho que cincuenta personas estuvieran viendo, Harry la besó.
Después de algunos segundos ... o bien pudiera haber pasado media hora ... o quizá varios días ... ellos se separaron.
La sala común se había quedado muy silenciosa. Entonces, varios aullaron y otros soltaron risitas nerviosas. Harry miró sobre la cabeza de Ginny para observar a Dean Thomas haciendo añicos un vaso en su mano, y a Romilda Vane mirando como si quisiera arrojarle algo. Hermione sonreía radiante, pero lo que en verdad buscaban los ojos de Harry era a Ron. Por fin lo encontró, todavía sosteniendo la Copa y con una expresión adecuada de quien ha recibido un porrazo en la cabeza. Por una fracción de segundo se miraron el uno al otro, entonces Ron dio una pequeña sacudida de cabeza que Harry entendió que quería decir: 'Bueno ... si debe ser así ...'
Harry sintió que su pecho rugía de triunfo, sonrió a Ginny y sin palabras la llevó fuera del agujero del portarretrato.
Una larga caminata por los jardines pareció indicada, durante la cual ... si es que tuvieron tiempo ... pudieron hablar del partido.
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Harry pudo oler el aroma a sal y escuchar las olas, una ligera y picante brisa despeinó su cabello mientras miraba el mar a la luz de la luna y el cielo lleno de estrellas. Estaba parado sobre un montículo de piedras negras, con el agua haciendose espuma y agitándose debajo de él. Miró sobre su hombro. Un elevado acantilado estaba detrás de ellos, una lamina escarpada negra y solitaria. Algunos pedazos de roca, como en el que estaban Harry y Dumbledore, parecía como si se hubieran separado de la pared del acantilado en algún momento en el pasado. Era una vista inhóspita y áspera, el mar y las rocas sin ningún árbol o pedazo con hierba o arena.
'¿Que piensas?' preguntó Dumbledore. Pudo haber estado pidiendo la opinión de Harry sobre si era un buen lugar para un dia de campo.
'¿Traen aquí a los chicos del orfanato?' preguntó Harry, quien no podía imaginar un lugar menos acogedor para un paseo.
'No aquí, precisamente,' dijo Dumbledore. 'Hay una aldea de gente mediocre a mitad de camino a lo largo de los acantilados detrás de nosotros. Creo que llevan a los huérfanos ahí por un poco de aire del mar y una vista de las olas.
No, creo que eran solo Tom Riddle y sus jóvenes victimas quienes visitaban este lugar. Ningún muggle podría llegar a este lugar al menos que fueran unos escaladores fuera de lo común, y los botes no pueden acercarse al los acantilados, el agua a su alrededor es muy peligrosa. Imagino que Riddle bajó por aquí, la magia debe haberle sido mas útil que las cuerdas. Y trajo a dos niños pequeños con él, probablemente por el placer de aterrorizarlos. Creo que el viaje solo lo pudo haber hecho, ¿no?.'
Harry vió lo alto del acantilado y le dieron escalofríos
'Pero su destino final... y el nuestro... es un poco mas lejos. Vamos.'
Dumbledore llamó con señas a Harry al borde de la roca donde una serie de lugares dentados hacían puntos de apoyo para los pies debajo de pedruscos que estaban sumergidos a la mitad dentro del agua y más cercanos acantilado. Era un descenso peligroso y Dumbledore, con un poco de dificultad por su mano marchita, se movía despacio. Las rocas de mas abajo se deslizaban con el agua de mar. Harry pudo sentir gotas frías y saladas de agua chocar en su cara.
'Lumus,' dijo Dumbledore, cuando alcanzaba la piedra máscercana de cara al acantilado. Miles de rayos de luz dorada chispearon sobre la superficie del agua, algunos debajo de donde él se agachó; la pared de piedra negra detrás de él también estaba iluminada.
'¿Ves?' dijo Dumbledore despacio, sosteniendo su varita un poco más alto. Harry vio una grieta en el acantilado en la cual el agua oscura remolinaba. '¿No te importara mojarte un poco?'
'No.' dijo Harry
'Entonces quítate tu Capa Invisible, no hay necesidad de ella por ahora... y tomemos una zambullida.' Y con la repentina habilidad de un hombre mucho más joven, Dumbledore bajó del pedrusco, se metió al mar, y comenzó a nadar, con un perfecto braceo, hacia la grieta oscura de la cara de la roca, con su varita sostenida en los dientes.
Harry se quito su capa, la guardó en su bolsillo y lo siguió. El agua estaba demasiado fría; la ropa mojada de Harry se movía a su alrededor y por su peso lo jalaba hacia abajo. Tomando grandes respiros que llenaban sus fosas nasales de sal y algas marinas, se dirigió hacia la resplandeciente luz que ahora se movía a lo mas profundo del acantilado. La grieta pronto se abrió en un oscuro túnel que Harry pudo comprobar estaba lleno de agua con la marea alta. Las paredes fangosas estaban separadas por apenas tres pies y brillaban tenuemente como alquitrán mojado al paso de la varita de Dumbledore. Después de avanzar un poco, el callejón daba vuelta a la izquierda, y Harry vio que se extendía lejos entre el acantilado. Continuo nadando con la estela de Dumbledore, las extremidades de sus entumecidos dedos rozaban contra la áspera y húmeda piedra.