123307.fb2 HARRY POTTER Y EL PRINCIPE MESTIZO - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 116

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'Petrificus Totalus!'

Harry sintió que Fenrir caía sobre él, con un esfuerzo enorme empujó al hombre lobo al suelo cuando un relámpago de luz verde venía volando hacia él, corrió agazapado directamente hacia la pelea. Su pie chocó contra algo suave y húmedo en el piso y tropezó: Allí habían dos cuerpos tendidos, boca abajo en un charco de sangre, pero no había tiempo para investigar. Harry ahora vio unos cabellos rojizos moviéndose en frente de él: Ginny estaba encerrada en un combate con un mortífago: Amycus estaba riendo y disfrutando el juego: 'Crucio… Crucio… no puedes bailar para siempre, preciosa.'

'Impedimenta!' gritó Harry.

Su hechizo golpeó a Amycus en el pecho, dio un grito como de cerdo de dolor, se elevó en el aire y cayó hacia la pared opuesta, se resbaló por esta y cayó fuera de su vista detrás de Ron, la profesora McGonagall y Lupin, cada uno de ellos estaban peleando con un mortífago diferente. Más allá de ellos, Harry vio a Tonks luchando contra un enorme mago rubio, que lanzaba maldiciones en todas direcciones, para que rebotaran en las paredes alrededor de ellos, quebrando las rocas, destruyendo la ventana más cercana...

'Harry, ¿de donde saliste?' sollozó Ginny, pero no había tiempo para responderle. Harry bajó su cabeza y corrió hacia delante, apenas evitando una explosión que detonó sobre su cabeza, rociándolos a todos con trozos de pared. Snape no debía escapar, debía atraparlo…

'¡Toma eso!' gritó la profesora Mcgonagall, y Harry vio a la Mortífaga, Alecto, corriendo a través del corredor, con sus brazos sobre su cabeza y su hermano detrás de ella. Harry se lanzó detrás de ellos, pero su pie se atoró en algo, y al instante siguiente se encontraba en el suelo enredado en las piernas de alguien. Mirando alrededor, vio la pálida y redonda carea de Neville aplastada contra el suelo. 'Neville, ¿Estás…?'

'Estoy bien' murmuró Neville, que estaba sujetándose el estómago 'Harry, Snape y Malfoy… pasaron corriendo…'

'¡Lo sé, estoy en eso!' dijo Harry, lanzando un hechizo desde el suelo al enorme y rubio Mortífago, que era el que causaba más caos. El hombre dio un aullido de dolor cuando el hechizo lo golpeó en la cara: dio vueltas alrededor, Easy PDF Copyright © 1998,2005 Visage Software

This document was created with FREE version of Easy PDF.Please visit http://www.visagesoft.com for more details confundido, y luego corrió detrás de los hermanos. Harry se levantó del suelo y comenzó a correr a lo largo del corredor, ignorando los ruidos detrás de él, los gritos de los otros para que regresara, y la muda llamada de las personas que yacían en el suelo, de quienes aún no sabía el destino…

Patinó al girar la esquina, con las zapatillas deportivas resbaladizas por la sangre; Snape le llevaba mucha ventaja. ¿Era posible que hubiera entrado ya en la Sala de Requerimiento o la Orden había tomado medidas para mantenerla segura para evitar que los mortífagos se retiraran por ese camino? No podía oír nada excepto sus pisadas y el latir de su corazón mientras corría por el siguiente pasillo vacío. En ese momento encontró una pisada marcada con sangre, que demostraba que al menos uno de los velocísimos mortífagos se dirigía hacia las puertas principales… quizá la Sala de Requerimientos estaba bloqueada.

Se resbaló al girar otra esquina y un maleficio voló hacia él, saltó tras una armadura que explotó. Vio a los hermanos bajando las escaleras de mármol a toda velocidad y les envió varias maldiciones. Sin embargo sólo alcanzaron a varias brujas con peluca que estaban en un cuadro campestre y que escaparon a toda prisa hacia las pinturas vecinas. Al dejar el refugio de la armadura, Harry pudo oír más gritos y gemidos, otras personas del castillo parecían haberse despertado…

Decidió tomar un atajo esperando superar a los hermanos y acercarse a Snape y Malfoy, que seguramente ya estaban en los jardines. Recordó saltar el escalón que desaparecía, se lanzó a través de un tapete en el fondo y salió a un corredor donde estaban algunos alterados Hufflepuffs vestidos en pijama.

'¡Harry! Oímos un ruido, y alguien mencionó la Marca Tenebrosa...' comenzó Ernie Macmillan.

'¡Déjenme pasar!' aulló Harry golpeando a dos chicos al apartarlos mientras descendía corriendo hacia el rellano hasta el final de la escalera de mármol. Las puertas principales de roble parecían haber sido abiertas con una explosión.

Había manchas de sangre sobre las baldosas y varios estudiantes aterrorizados amontonados contra las paredes, uno o dos aún protegiéndose las caras con los brazos. El enorme Reloj de Arena de Gryffindor había sido alcanzado por un maleficio y todavía estaba perdiendo rubíes que caían en las losas con un golpeteo suave.

Harry voló a través del recibidor de la entrada hacia los campos oscuros del exterior. Podía distinguir tres figuras corriendo a través del césped, buscando las salidas, más allá de las cuales podrían desaparecerse... Por su aspecto, eran el enorme mortífago rubio y algo más lejos Snape y Malfoy...

El frío aire desgarraba los pulmones de Harry cuando se precipitó tras ellos, vió un destello de luz en la distancia que le permitió momentáneamente, ver las siluetas de sus presas. No sabía a qué se debía, pero continuó la carrera, aún demasiado lejos para acertarles con una maldición...

Otro destello, gritos, vengativos chorros de luz... y Harry comprendió qué ocurría: Hagrid había salido de su cabaña y estaba intentando impedir la fuga de los mortífagos. Aunque cada inhalación parecía desgarrar sus pulmones y la punzada de su pecho ardía como fuego, Harry aceleró mientras no dejaba de oír una voz en su cabeza que decía ‘A Hagrid no... que no le ocurra a Hagrid...’

Algo alcanzó con fuerza la zona central de la espalda de Harry y cayó hacia delante con la cara estampada contra el suelo y sangre saliendo de ambos orificios nasales. Supo, incluso mientras rodaba sobre sí mismo, con la varita lista que los hermanos que había adelantado gracias al atajo estaban tras él muy cerca...

'¡Impedimenta!' vociferó mientras rodaba de nuevo acurrucándose en el suelo oscuro. Milagrosamente su maleficio golpeó a uno, que se tambaleó y cayó desequilibrando al otro. Harry se impulsó con los pies y corrió tras Snape.

Ahora podía ver la enorme silueta de Hagrid iluminada por la luz de la luna creciente, que apareció de repente desde detrás de las nubes. El mortífago rubio lanzaba una maldición tras otra al guardabosques, pero la inmensa fuerza de Hagrid y la piel dura que había heredado de su madre giganta parecían estar protegiéndole. De todas formas, Snape y Malfoy todavía corrían, pronto estarían más allá de las puertas donde podrían desaparecerse.

Harry se abrió paso hasta más allá de Hagrid y de su adversario, apuntó a la espalda de Snape y gritó '¡Desmaius!'.

Falló, el chorro de luz roja flotó por encíma de la cabeza de Snape.

Snape gritó '¡Corre, Draco!' y se volvió. A veinte metros de distancia, Harry y él se miraron el uno al otro antes de alzar simultáneamente las varitas.

'¡Cruc...!'

Pero Snape detuvo el maleficio tirando a Harry de espaldas antes de que pudiera completarla. Harry rodó sobre sí Easy PDF Copyright © 1998,2005 Visage Software

This document was created with FREE version of Easy PDF.Please visit http://www.visagesoft.com for more details mismo y se revolvió, levantándose de nuevo mientras el enorme mortífago a sus espaldas vociferaba '¡Incendio!'.

Harry oyó una explosión y una danzarina luz naranja se derramó sobre ellos, la casa de Hagrid estaba en llamas.

'¡Fang está ahí dentro, malvado!' rugió Hagrid.

'¡Cruc...!'. gritó Harry por segunda vez, apuntando a la figura que se veía ante él, iluminada por la bailarina claridad de las llamas, pero Snape bloqueó de nuevo el hechizo. Harry podía verlo burlándose.

'¡Maldiciones Imperdonables de ti no, Potter!' vociferó más fuerte que el rugir de las llamas, de los aullidos de Hagrid y de los gemidos salvajes del atrapado Fang. 'No tienes el temperamento ni la habilidad.'

'¡Incarc...!' bramó Harry pero Snape desvió el hechizo con un toque de su varita desganadamente. '¡Pelea conmigo!'

le chilló Harry. '¡Pelea conmigo, cobarde...!'

'¿Me has llamado cobarde, Potter?' aulló Snape. 'Tu padre jamás me atacaba a menos que fueran cuatro contra uno...

Me pregunto cómo deberías llamarlo...'

'¡Desma...!'

'¡Te bloquearé una y otra vez hasta que aprendas a callarte y a cerrar la mente, Potter!' dijo despreciativamente Snape desviando el maleficio una vez más. '¡Ven ahora mismo!' gritó al enorme mortífago que estaba tras Harry. 'Debemos irnos, antes de que el Ministerio aparezca.'

'¡Impedi...!' pero antes de poder terminar su maldición, un dolor atroz alcanzó a Harry. Se dobló sobre la hierba. Oyó que alguien vociferaba, sintió que iba a morir de agonía, pensó que seguramente Snape lo torturaría hasta la muerte o la locura...

'¡No!' rugió la voz de Snape y el dolor cesó tan súbitamente como había empezado. Harry estaba en el suelo, encogido, agarrando su varita y temblando. En algún sitio, sobre él, Snape gritaba '¿Has olvidado nuestras órdenes?

Potter pertenece al Señor Oscuro. Debemos dejárselo a él. ¡Vamos! ¡Vamos!.'

Y Harry sintió el suelo estremecerse bajo su cara, mientras los hermanos y el enorme mortífago obedecían corriendo hacia las puertas. Harry pronunció un inarticulado gemido de furia. En ese instante, le daba lo mismo vivir o morir. Se alzó de nuevo hacia Snape, el hombre a quien ahora odiaba tanto como al mismo Voldemort.

'¡Sectum...!'

Snape agitó su varita y repelió de nuevo el maleficio, pero Harry estaba ahora a sólo unos pasos y pudo ver claramente, por fin, la cara de Snape. Ya no estaba despreciativo o burlón, las ardientes llamas mostraban un rostro lleno de furia. Reuniendo todos sus poderes de concentración, Harry pensó '¡Levi...!'

'¡No Potter!' gritó Snape. Se oyó una explosión muy fuerte y Harry fue arrojado sobre sus espaldas, golpeándose muy fuerte contra el suelo, una vez más y perdiendo además la varita. Podía oír las voces de Hagrid y los aullidos de Fang mientras Snape se le acercaba. Lo miró desde arriba, mientras estaba tumbado, sin varita e indefenso, como había estado Dumbledore. El rostro pálido de Snape iluminado por la ardiente cabaña estaba asfixiado de odio, igual que antes de maldecir a Dumbledore.

'¿Te atreves a utilizar mis propios hechizos en mi contra Potter? Los inventé yo... ¡Yo, el Príncipe Mestizo! ¿Y

utilizarás mis invenciones contra mí como hizo tu asqueroso padre, verdad? No lo creo.... ¡No!'

Harry había saltado hacia su varita. Snape lanzó un maleficio contra ella y la hizo volar varios metros hacia la oscuridad y fuera de su vista.

'¡Mátame entonces!' jadeó Harry, que no sintió miedo ante la idea, sólo furia y desdén. '¡Mátame como lo mataste a él, cobarde!'

'¡NO...' gritó Snape con su rostro súbitamente demencial, inhumano, como si sufriera tanto como el gimoteante y aullante perro atrapado en la casa incendiada a sus espaldas –...ME LLAMES COBARDE!'

Y acuchilló el aire. Harry sintió que algo blanco y cálido, semejante a un látigo le golpeaba en la cara y fue derribado hacia atrás. Manchas de luz brillaron ante sus ojos y por un momento fue como si hubiera perdido todo el aliento de su cuerpo. En ese momento oyó un batir de alas sobre él y algo enorme oscureció las estrellas. Buckbeack volaba hacia Snape que se tambaleó hacia atrás cuando las garras rapaces y afiladas se clavaron en él. Mientras Harry se incorporaba hasta sentarse, aún confuso por el último golpe de su cabeza contra el suelo vio a Snape correr tan rápido como era capaz y a la enorme bestia que chillaba como Harry jamás le había oído chillar aleteando tras él.