123307.fb2 HARRY POTTER Y EL PRINCIPE MESTIZO - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 24

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‘Sí, pero no vas a detener a nadie ahora, querido, tenemos prisa,’ dijo la Señora Weasley, nerviosamente consultando una lista. ‘Pienso que deberíamos ir primero a Madame Malkin, Hermione quiere nuevas túnicas de vestir, y las de Ron le llegan por los tobillos y necesita unas nuevas también, Harry tú también has crecido. Vengan, vamos todos.

‘Molly, no tiene sentido que todos vayamos a Madame Malkins,’ dijo el Señor Weasley. ‘¿Por qué no van los tres con Hagrid y nosotros a Flourish y Blotts a conseguir los libros de texto de todos?’

‘No lo sé,’ dijo la Señora Weasley con inquietud, demostrando su deseo de terminar las compras rápidamente y el deseo de mantenerse juntos. ‘¿Hagrid, tú qué piensas?’

‘No te preocupes, ellos estarán bien conmigo, Molly,’ dijo Hagrid con dulzura, agitando ligeramente una mano del tamaño de una tapa de un cubo de basura. La Señora Weasley no pareció completamente convencida, pero permitió la separación, escabulléndose hacia Flourish y Blotts con su marido y Ginny, mientras Harry, Ron, Hermione y Hagrid se pusieron en camino a Madame Malkin.

Harry notó que muchas de las personas con las que se cruzaban tenían la misma mirada acosada y deseosa de la Sra.

Weasley, y que nadie se detenía para hablar; los compradores se quedaron junto a sus propios negocios fuertemente protegidos, moviéndose atentamente en los mismos. Nadie hacía las compras a solas.

‘Espera, voy estar un poco apretado allí con todos nosotros,’ dijo Hagrid, parándose afuera de Madame Malkin e inclinándose para mirar detenidamente por la ventana. ‘Montaré la guardia fuera, ¿vale?’

Tanto Harry, Ron y Hermione entraron en la pequeña tienda juntos. A primera vista, parecía estar vacía, pero apenas se cerró la puerta de golpe detrás de ellos, oyeron una voz familiar que salida de un estante de túnicas adornadas con lentejuelas verdes y azules.

‘… No soy un niño, o es que no lo has notado, mamá. Soy totalmente capaz de hacer mis compras yo solo.’

Hubo un ruido de cloqueo y una voz que Harry reconoció como la de Madame Malkin, la dueña, decía: ‘Claro, querido, su madre tiene toda la razón, se supone que ninguno de nosotros va vagabundeando solo, ¿Cómo va a hacerlo un niño?

‘¡Fíjese en donde pone los alfileres!’

Un muchacho adolescente con una cara pálida, puntiaguda y el pelo blanco rubio apareció del estante, llevando puesto una hermosa túnica verde oscuro que brillaba con los alfileres que tenía alrededor del dobladillo y en los bordes de las mangas. Éste caminó a grandes pasos hacia el espejo y se examinó; fue unos momentos antes de que notase a Harry, Ron y Hermione reflejados sobre su hombre. Sus ojos grises claros se estrecharon.

‘Mamá, si te preguntas cuál es ese olor, es solo un Sangre-sucia,’ dijo Draco Malfoy.

‘¡Pienso que no hay necesidad de utilizar un lenguaje así!’ dijo Madame Malkin, corriendo a toda prisa desde atrás del estante de ropa sosteniendo una cinta métrica y una varita mágica. ‘¡Y no quiero señales de varitas en mi tienda tampoco!’ añadió a toda prisa, pues había puesto una mirada en la puerta donde Harry y Ron apuntaban con sus varitas a Malfoy. Hermione, que estaba de pie ligeramente detrás de ellos, dijo susurrando, ‘no, no lo hagan, Easy PDF Copyright © 1998,2005 Visage Software

This document was created with FREE version of Easy PDF.Please visit http://www.visagesoft.com for more details francamente, no merece la pena.’

‘Sí, atrévanse a hacer magia y desafiar a la Escuela de Magia,’ se mofó Malfoy, ‘¿Quién ennegreció tu ojo, Granger?

Quiero mandarte flores.’

‘¡Ya está bien!’ dijo Madame Malkin bruscamente, mirando sobre su hombro, ‘Señora, ¿por favor?’

Narcisa Malfoy salió de detrás del estante de ropa.

‘Guarden eso en su sitio,’ dijo ella con frialdad a Harry y Ron. ‘Su ustedes atacan a mi hijo de nuevo, me aseguraré de que se la última cosa que hagan.’

‘¿De verdad?’ dijo Harry, dando un paso adelante y mirando fíjamente a la cara lisamente arrogante que, para toda su palidez, todavía se parecía a su hermana. Era tan alto como ella era ahora. ‘¿Vas a ir a conseguir a algunos amigos Mortífagos para liquidarnos, así es?.’

Madame Malkin chilló y se agarró su corazón.

‘¡Realmente, no deberías de acusar! ¡Ni decir cosas peligrosas! ¡Varitas mágicas afuera, por favor!’

Pero Harry no bajó su varita mágica. Narcisa Malfoy rió de manera desagradable.

‘Veo que ser el favorito de Dumbledore te ha dado un falso sentido de libertad, Harry Potter. Pero Dumbledore no estará siempre allí para protegerte.’

Harry miró burlonamente alrededor de toda la tienda. ‘¡Wow … miren esto … él no está aquí ahora! ¿Por qué no prueban suerte? ¡Podrían tener una celda doble en Azkaban con el perdedor de su marido!’

Malfoy hizo un movimiento fiero hacia Harry, pero tropezó con su túnica demasiado larga. Ron se rió a carcajadas.

‘Está bien, Draco,’ dijo Narcisa, agarrándolo con sus delgados dedos blancos sobre su hombro. ‘Espero que Potter se reúna con Sirius antes que yo me haya reunido con Lucius.’

Harry levantó la varita más alto.

‘¡Harry, no!’ gimió Hermione, agarrando su brazo e intentando bajarlo por su lado. ‘Piensa ... No debes … Tendrías problemas …’

Madame Malkin titubeó por un momento, luego decidió actuar como si no pasara nada con la esperanza de que no lo haría. Ella se giró hacia Malfoy, quien todavía miraba airadamente a Harry.

‘Pienso que esta manga izquierda podría pasar un poquito más, eh querido, solamente déjame.’

‘¡Ay!’ gritó Malfoy, pegando con la mano de afuera ‘¡Observe donde pone sus alfileres, mujer! ¿Madre, piensa que ya está todo?’

Tiró los trajes sobre su cabeza y los lanzó al suelo a los pies de Madame Malkin.

‘Tienes razón, Draco,’ dijo Narcisa, con una mirada desafiante en Hermione, ‘Ahora sé la clase de escoria que hace compras aquí … Haremos las cosas mejor en Twilfitt y Tattingś.’

Y con esto, los dos cruzaron de una zancada la tienda, Malfoy puso cuidado en golpear con fuerza a Ron mientras iba hacia la salida.

‘Pues bien, la verdad,’ dijo Madame Malkin, agarrando rápidamente las túnicas caídas y moviendo la punta de su varita mágica sobre ellas como una aspiradora, de modo que les quitó todo el polvo.

Estuvo distraída hasta el final con los ajustes de las nuevas túnicas de Ron y Harry, y trató de vender las túnicas de vestir a Hermione en lugar de Witchś, y cuando finalmente salieron de la tienda, se alegró al verles las espaldas.

‘¿Consiguieron todo?’ preguntó Hagrid cuando reaparecieron a su lado.

‘Más o menos,’ dijo Harry. ‘¿Has visto a los Malfoy?’

‘Sí,’ dijo Hagrid, despreocupado. ‘¿Ha ocurrido algo? ¿Te han desafiado en la tienda o en el Callejón Diagon, Harry?

Pero, no hay que preocuparse por ellos.’

Harry, Ron y Hermione intercambiaron miradas, pero antes de que pudieran quitar a Hagrid esta opinión cómoda, el Sr. y la Sra. Weasley y Ginny aparecieron, con todos los paquetes de libros pesados.

‘¿Todo el mundo está bien?’ dijo la Sra. Weasley. ¿Consiguieron sus trajes? Entonces podemos pasar por el Boticario de camino, para ver la tienda de Fred y George …’

Ni Harry ni Ron compraron ingredientes en el Boticario, sabiendo que ya no estudiarían Pociones, pero ambos compraron las cajas grandes de frutos secos para sus lechuzas Hedwig y Pigwidgeon, en el Emporio de la Lechuzas.

Mientras la Sra. Weasley miraba el reloj a cada minuto, cruzaron por la calle en busca de los Sortilegios Weasley, la Easy PDF Copyright © 1998,2005 Visage Software

This document was created with FREE version of Easy PDF.Please visit http://www.visagesoft.com for more details tienda de bromas de Fred y George.

‘La verdad es que no tenemos mucho tiempo,’ dijo la Sra. Weasley. ‘Solamente tenemos tiempo para una visita rápida y volver de nuevo al coche. Debe de estar cerca, esto es … el número noventa y dos, noventa y cuatro …’

‘¡Aquí!,’ dijo Ron, parándose.

Al contrario que el resto de las fachadas de las demás tiendas, que tenían carteles alrededor de ellas, la vitrina de Fred y George tenía un muestrario de fuegos artificiales. Transeúntes ocasionales miraban hacia la ventana, y unas personas más bien atontadas intentaban atravesar el cristal con la mirada. La ventana de la izquierda estaba llena de un surtido de objeto que giraban, reventaban, brillaban, chillaban … Los ojos de Harry comenzaron a lagrimear al mirarlos. La ventana de la derecha estaba cubierta por un poster gigantesco de color púrpura, como los del Ministerio, pero adornado con unos letreros de color amarillo.