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‘Lo siento,’ repitió Harry débilmente, mientras Dean y Seamus continuaron riéndose a carcajadas.
‘Mañana,’ dijo Ron con voz sorda, ‘preferiría que tú programaras la alarma del reloj.’
Para cuando se habían vestido, rellenándose con varios de los suéteres tejidos a mano de la señora Weasley y llevando capas, bufandas, y guantes, la sacudida de Ron se había apaciguado, pero había acordado que el nuevo hechizo de Harry tenía mucha gracia; Fue tan divertido, de hecho, que Ron no perdió ni un minuto de tiempo en relatar a Hermione la historia, cuando se sentaron para el desayuno.
‘¡... y entonces hubo otro destello de luz y yo aterricé en la cama otra vez!’ dijo Ron expresando con una sonrisa, acercándose los embutidos.
Hermione no había sonreído durante esta anécdota, y ahora había revuelto una expresión de desaprobación invernal en Harry.
‘¿Este hechizo es otro sacado de ese libro que tienes de Pociones?’ preguntó Hermione.
Harry la miró con el ceño fruncido.
‘¿Siempre tomando precipitadamente la peor conclusión, verdad?’
‘¿Lo sacaste de allí?’
‘Bueno ... sí, sí, así fue .... pero, ¿cuál es el problema?’
‘¿Así es que tú decidistes probar un conjuro desconocido, escrito a mano, y ver qué ocurriría?’
‘¿Por qué tiene importancia que esté escrito a mano?’ dijo Harry, prefiriendo no contestar el resto de la pregunta.
‘Porque probablemente no está aprobada por el Ministerio de Magia,’ dijo Hermione. ‘Y también,’ añadió, mientras Harry y Ron rodaban sus ojos, ‘porque comienzo a pensar que este Príncipe era un poco arriesgado.’
Tanto Harry como Ron la callaron de inmediato.
‘¡Fue una broma!’ dijo Ron, poniendo al revés una botella de salsa de tomate sobre sus embutidos. ‘¡Simplemente una broma, Hermione, eso es todo!’
‘¿Dejando colgadas a las personas cabeza abajo por el tobillo?’ dijo Hermione. ‘¿Quién invierte su tiempo y su energía en inventar hechizos como esos?’
‘Fred y George,’ dijo Ron, encogiéndose de hombros, ‘es su tipo de cosas. Y, er –.‘
‘Y mi papá,’ dijo Harry. Él apenas lo había recordado.
‘¿Qué?’ dijeron Ron y Hermione al unísono.
‘Mi papá ha usado este hechizo,’ dijo Harry. ‘Yo - Lupin me lo contó.’
'Esta última parte no era cierta; De hecho, Harry había visto su papá ultilizando este hechizo en Snape, pero él nunca le había contado a Ron y Hermione sobre la excursión que hizo en el Pensadero. Ahora, sin embargo, una posibilidad maravillosa se le ocurrió. ¿Pudo ser posiblemente su padre el Príncipe Mestizo -?
‘Tal vez tu papá sí lo usó, Harry,’ dijo Hermione, ‘pero él no es el único. Hemos visto que un montón de personas lo usan, en caso de que lo hayas olvidado. Dejando colgadas a las personas en el aire. Haciéndolas flotar, dormidos, indefensos.’
Harry clavó los ojos en ella. Con un profundo sentimiento, también recordó el comportamiento de los Mortífagos en la Copa Mundial de Quidditch. Ron trató de ayudar.
‘Eso fue diferente,’ dijo Ron robustamente. ‘Abusaban de eso. Harry y su papá estaban justamente teniendo un momento de bromas. A tí no te gusta el Príncipe, Hermione,‘ agregó, apuntando una salchicha a ella severamente,’
porque él es mejor que tú en Pociones –‘
‘¡No tiene nada que ver con eso!’ dijo Hermione, sus mejillas enrojeciéndose. ‘¡Justamente pienso que es muy irresponsable comenzar a usar hechizos que nisiquiera sabes para qué son, y deja de hablar del ‘Príncipe’ como si fuera su título, apuesto que es simplemente un apodo estúpido, ¡y no creo que haya sido tan buena persona!’
‘No veo de dónde sacas eso,’ dijo Harry acaloradamente. ‘¿Si él habría sido un Mortifago, no habría estado alardeando acerca de ser un sangre-mestiza, ¿o sí?’
Aunque dijo eso, Harry había recordado que su padre había sido de sangre-pura, pero empujó el pensamiento fuera de su mente, de lo contrario, pensaría en ese tema después ...
‘No todos los Mortífagos pueden haber sido sangre-pura, no quedan suficientes magos de sangre pura,’ dijo Hermione tercamente. ‘Seguro que la mayor parte de ellos son medias-sangres y fingen ser puros. Es sólo a los Easy PDF Copyright © 1998,2005 Visage Software
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‘¡No hay forma de que me dejen ser un Mortífago!’ dijo Ron indignadamente, mientras un trozo de salchicha salia volando fuera del tenedor que él ahora blandía en dirección a Hermione, dicha salchicha le pegó a Ernie MacMillan en la cabeza. ‘¡Mi familia entera son traidores de sangre! ¡Eso es tan malo como ser un Muggle para los Mortífagos!’
‘Y les encantaría tenerme,’ dijo Harry sarcásticamente. ‘Seríamos los mejores amigos si no trataran de liquidarme.’
Esto hizo reír a Ron; Aún Hermione dio una sonrisa avarienta, y una distracción llegó con Ginny.
‘Oye, Harry, se supone que te tengo que dar esto.’
Fue un rollo de papel de pergamino con el nombre de Harry escrito en una nota familiar y escritura delgada e inclinada.
‘Gracias, Ginny ... ¡Es la siguiente clase de Dumbledore!’ le dijo Harry a Ron y Hermione, abriendo el pergamino y rápidamente leyendo su contenido. ‘¡Lunes por la noche!’ Se sintió repentinamente ligero y feliz. ‘¿Quieres venir con nosotros a Hogsmeade, Ginny?’ preguntó Harry.
‘Voy con Dean – lo podré ver allí,’ contestó, saludándolos con las manos mientras se marchaba.
Filch estaba de pie en las puertas principales de roble como siempre, revisando los nombres de las personas que estaban autorizadas para ir a Hogsmeade. El proceso tomó aun más tiempo que lo normal, porque Filch estaba revisando tres veces a todo el mundo con su censor de Secretos.
‘¿Qué tiene de importancia si pasamos de contrabando cosas oscuras PARA AFUERA?’ Demandó Ron, viendo al delgado y largo censor de Secretos con aprensión. ‘¿Seguramente usted debe de revisar lo que traigamos PARA ADENTRO?’
Su mejilla se ganó algunos pinchazos adicionales con el censor, y Ron todavía estaba haciendo muecas de dolor cuando salieron al viento y la nevisca.
El paseo en Hogsmeade no fue agradable. Harry se abrigó su bufanda sobre su cara; las partes expuestas pronto se sientieron crudas y entumecidas. La carretera para el pueblo estaba llena de de estudiantes inclinados contra el viento amargo. Más que una vez, Harry se preguntó sino podrían haber pasado un mejor momento en la cálida sala de descanso y, cuando finalmente llegaron a Hogsmeade y vieron la Tienda de Chistes de Zonko, observaron que había sido tapada con tablas. Harry lo tomó como confirmación que en este viaje no había destino para la diversión. Ron apuntó, con una mano espesamente enguantada, hacia Honeydukes, el cual estaba compasivamente abierto, y Harry y Hermione se tambalearon en su intento de entrar en la tienda abarrotada.
‘Por Dios, gracias,’ dijo Ron hecho añicos cuando fue envuelto por el aire caliente, perfumado en caramelo.
‘Quedémonos aquí toda la tarde.’
‘¡Harry, mi niño!’ dijo un voz atronadora desde atrás de ellos.
‘¡Oh no!’ masculló a Harry. Lo tres se voltearon para ver al Professor Slughorn, quien llevaba puesto un enorme sombrero peludo y un abrigo con un cuello que hacía juego con su cabellera, agarrando firmemente un bolso grande de piña cande, y ocupando al menos una cuarta parte de la tienda.
‘¡Harry, ya son tres de mis pequeñas cenas que usted se ha perdido hasta ahora!’ dijo Slughorn, hincándole genialmente en el pecho. ‘¡Eso no sirve, mi niño, quiero tenerte! ¿La Señorita Granger las ama, ¿verdad?’
‘Sí,’ dijo Hermione impotentemente, ‘son realmente –’
‘¿Así que por qué no viene usted, Harry?’ demandó Slughorn.
‘Pues bien, he tenido práctica de Quidditch, Profesor,’ dijo Harry, quien ciertamente había estado programando prácticas cada vez que Slughorn le había enviado una pequeña invitación, violeta y adornada en listón. Esta estrategia quiso decir que Ron no quedó fuera, y usualmente tuvo una carcajada con Ginny, imaginando a Hermione callada con McLaggen y Zabini.