123307.fb2 HARRY POTTER Y EL PRINCIPE MESTIZO - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 51

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‘¡Pues bien, ciertamente espero que usted se gane su primer partido después de todo el trabajo duro!’ dijo Slughorn.

‘Pero un poco de recreación nunca lastimó a nadie’. Ahora, qué tal el lunes por la noche, porque usted no querrá practicar con este clima ...’

‘No puedo, Profesor, tengo – er – una cita con el Profesor Dumbledore esa tarde.’

‘¡Desafortunado otra vez!’ lloró Slughorn dramáticamente. ‘Ah, pues bien ... ¡Usted no me puede evadir por siempre, Harry!’

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This document was created with FREE version of Easy PDF.Please visit http://www.visagesoft.com for more details Y con un saludo, caminó con un bamboleo hacia afuera de la tienda, tomando poco aviso de la existencia de Ron, como si fuese un despliegue de Cucaracha Aglomera.

‘No puedo creer que te hayas zafado de otra,’ dijo Hermione, negando con la cabeza. ‘No están tan mal, sabes ...

Son muy divertidas algunas veces ...’ Pero entonces ella divisó la expresión de Ron. ‘¡Oh, mira– tienen plumas de azúcar de lujo – esas duran horas!’

Contento que Hermione cambió de tema, Harry demostró mucho más interés en las plumas extra grandes nuevas de azúcar de lo que normalmente les habría demostrado, pero Ron pareció seguir caprichoso y meramente se encogió de hombros cuando Hermione le preguntó a dónde querían ir después.

‘Vayamos a las Tres Escobas,’ dijo Harry. ‘Hará calor.’

Ataron en bultos sus bufandas de regreso sobre sus caras y dejaron la bombonería. El viento amargo fue como si cuchillos se clavasen en sus caras después del calor azucarado de Honeydukes. La calle no estaba muy ocupada.

El cuerpo se demoraba en moverse, justamente apresurándose hacia sus destinos. Las excepciones fueron dos hombres un poco más delante que ellos, casi llegando a las Tres Escobas. Uno era muy alto y delgado; Entrecerrando los ojos a través de su gafas lavadas por la lluvia, Harry reconoció al cantinero que había trabajado en la otra cantina de Hogsmeade: Cabeza de Puerco. Harry, Ron, y Hermione se quedaron en una mesa cercana, el cantinero cerró su capa más apretadamente alrededor de su cuello y se marchó dando media vuelta, dejando al hombre más corto hurgar nerviosamente algo en sus brazos. Pasaron solo unos momentos hasta que Harry se diera cuenta de quién era ese hombre.

‘¡Mundungus!’

El hombre agazapado, patizambo con pelo largo, disperso, del jengibre sobre el que se saltó y dejó caer una maleta antigua, lo cual abrió de golpe, soltando lo que se pareció al contenido entero de una ventana de la tienda de objetos usados.

‘Oh, hola, ' Arry,’ dijo Mundungus Fletcher, con una puñalada muy poco convincente en la vivacidad. ‘Bien, no me dejes conservar contigo’.

Y él empezó a escarbar entre la tierra a recuperar el contenido de su maleta con apariencia de un hombre que estaba ansioso para irse.

‘¿Está usted vendiendo estas cosas?’ preguntó Harry , observando a Mundungus agarrar un surtido de objetos de aspecto mugriento de la tierra.

‘Oh, bueno, tengo que ganarme la vida,’ dijo Mundungus. ‘¡dame eso!’

Ron se había encorvado hacia abajo y había recogido algo de plata.

‘Espérate,’ dijo Ron lentamente. ‘Esto se ve familiar –’

‘¡Gracias!’ dijo Mundungus, arrancando con fuerza la copa de la mano de Ron y metiéndola de vuelta a su maleta.

‘¡Pues bien, los veré a todos ustedes después _ OUCH!’

Harry había inmovilizado a Mundungus en contra de la pared de la cantina por la garganta. Sujetándole con fuerza con una mano, le arrancó su varita.

‘¡Harry!’ dijo Hermione.

‘Usted robo eso de la casa de Sirius,’ dijo Harry, quién estaba casi nariz a nariz, y podía olfatear en Mundungus su olor desagradable a tabaco y alcohol. ‘Esto tiene el sello de la familia Black encima.’

‘¿Yo – qué – no?’ balbuceó Mundungus, quien poco a poco se estaba poniendo morado.

‘¿Qué hizo usted, regresó la noche en que murió y limpió el lugar?’ dijo Harry enfadado.

‘Yo – no –’

‘¡Démelo!’

‘¡Harry, no deberías!’ gritó Hermione cuando Mundungus comenzó a ponerse azul.

Hubo un ruido de un golpe, y Harry sintió sus manos volar de la garganta de Mundungus. Quedándose sin aliento y balbuceando, Mundungus agarró su caja caída, luego –CRACK– se desapareció.

Harry maldijo por lo alto, dándose vuelta en el acto para ver dónde había ido Mundungus.

‘¡REGRESE, LADRÓN–!’

No hay forma, Harry’. Tonks había aparecido de pronto, su pelo ratonil mojado con nevisca.

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‘Mundungus probablemente estará en Londres en este momento. No sirve de nada gritar.’

‘¡Él ha robado las cosas de Sirius! ¡ROBADO!’

‘Sí, pero igual,’ dijo Tonks, quien pareció perfectamente tranquila ante esta información. ‘... deberías salir del frío.’

Ella lo observó pasar a través de la puerta de las Tres Escobas.

‘¡Cuando él estaba dentro,’ estalló Harry ‘robaba las cosas de Sirius!’

‘Sí, Harry, lo sé, pero por favor no grites, las personas están mirando,’ susurró a Hermione. ‘Ve y siéntate, te traeré una bebida.’

Harry estaba todavía furioso cuando Hermione regresó a su mesa algunos minutos más tarde con tres botellas de cerveza de manteca.

‘¿No puede controlar la Orden a Mundungus?’ dijo Harry a los otros dos furioso. ‘¿No lo pueden detener al menos por robar todo lo que no era suyo en el cuartel de la Orden?’

‘¡Shh!’ dijo Hermione desesperadamente, mirando alrededor para asegurarse de que nadie estuviera oyendo; Había un par de magos sentándose a corta distancia, los cuales clavaban los ojos en Harry con gran interés, y Zabini no se recostaba sobre un pilar lejos. ‘Harry, yo estaría molesta también, sé que son tus cosas las que él ha estado robando–’

Harry se ahogó con su cerveza de manteca; Momentáneamente se había olvidado de que él era dueño del número doce de Grimmauld Place.

‘¡Bravo, son mis cosas!’ dijo. ‘¡No es extraño que él no estuviese demasiado alegre al verme! Pues bien, voy a decirle a Dumbledore qué pasa, él es el único que asusta Mundungus.’

‘Buena idea,’ susurró Hermione, claramente complacida de que Harry estaba más calmado. ‘¿Ron, qué estás mirando?’

‘Nada,’ dijo Ron, precipitadamente apartando la vista de la barra, pero Harry supo que él estaba mirando a la hermosa tabernera curvilínea y atractiva, Madam Rosmerta, para la cual tenía un lugar suave.

‘Creo que NADA está en la parte trasera trayendo más whisky ardiente,’ dijo Hermione en un tono de burla.