125721.fb2 Placet es un mundo de locos - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 2

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Mis ojos volvieron a la pelirroja. Advertí que debía de ser real. Y de repente la reconocí, aunque había cambiado, y mucho. Todos los cambios eran mejoras, aunque Michaelina Ittow había sido una muchacha muy hermosa cuando estaba en mi clase de tercer curso de botánica extraterrestre en el instituto de Poly, cuatro…, no. cinco años atrás.

Entonces era bastante bonita. Ahora era hermosísima. Era apabullante. ¿Cómo la habían dejado escapar los teleshows? ¿O no lo habían hecho? ¿Qué estaba haciendo aquí? Debía haber bajado del Arca, pero… advertí que todavía la estaba mirando con la boca abierta. Me levanté tan rápidamente que casi me caí sobre la mesa.

—Claro que la recuerdo, señorita Ittow —tartamudeé—. ¿No quiere sentarse? ¿Cómo ha venido aquí? ¿Han relajado la regla de no visitantes?

Ella sacudió la cabeza, sonriente.

—No soy una visitante, señor Rand. El Centro anunció una secretaria técnica para usted, y yo solicité el trabajo y lo conseguí, sujeto a su aprobación, naturalmente. Estoy a prueba durante un mes.

—Magnifico —dije. Era una obra maestra de expresión. Empecé a elaborarlo—. Maravilloso.

Alguien se aclaró la garganta. Miré alrededor; Reagan estaba en la puerta. Esta vez no como un esqueleto azul o como un monstruo de dos cabezas. Simplemente Reagan.

—La respuesta a su radiotipo acaba de llegar —dijo.

Se acercó y la colocó sobre mi mesa. La miré. «Muy bien. 19 de agosto», decía. Mi momentánea esperanza de que no hubieran aceptado mi dimisión se perdió entre los pájaros widgie. Había sido tan breve como yo.

19 de agosto… la siguiente llegada del Arca. Desde luego. no perdían el tiempo, mío ni de ellos. ¡Cuatro días!

—Pensé que querría saberlo de inmediato, Phil —dijo Reagan.

—Sí —le dije. Lo miré—. Gracias.

Con un poco de resentimiento (o tal vez algo más que un poco), pensé: «Bien, amigo mío. no te han dado el trabajo, o el mensaje lo diría; envían un reemplazo con la siguiente Arca.»

Pero no lo dije; la capa de civilización era demasiado densa.

—Señorita Ittow, me gustaría presentarle… —dije. Ellos se miraron y empezaron a reírse, y yo recordé. Naturalmente, Reagan y Michaelina habían estado en mi clase de botánica, igual que el hermano gemelo de Michaelina. Dimitri. Sólo que, por supuesto, nadie llamaba a los gemelos pelirrojos Michaelina y Dimitri. Cuando se les conocía, eran Mike y Dim.

—Me encontré con Mike al salir del Arca —dijo Reagan—. Le dije cómo encontrar el camino de la oficina, ya que no estuvo allí para hacer los honores.

—Gracias —dije—. ¿Llegaron las barras reforzantes?

—Supongo. Descargaron algunas cajas. Tenían prisa por volver a despegar. Se han ido.

Gruñí.

—Bueno, comprobaré los albaranes —dijo Reagan—. Sólo vine para darle el radiotipo; pensé que querría conocer la buena noticia inmediatamente.

Salió, y me lo quedé mirando. Gusano. Le…

—¿Empiezo a trabajar inmediatamente, señor Rand? —preguntó Michaelina.

Salí de mi ensimismamiento y logré forzar una sonrisa.

—Claro que no. Primero querrá echar un vistazo a los alrededores, ¿no? Ver el escenario y acostumbrarse. ¿Quiere dar un paseo hasta el pueblo para tomar una copa?

—Desde luego.

Recorrimos el caminito hasta el pequeño grupo de edificios, todos pequeños, de un solo piso y cuadrados.

—Es…, es bonito —dijo ella—. Parece que estoy caminando en el aire, me siento tan liviana… ¿Cuál es exactamente la gravedad?

—Cero setenta y cuatro —dije—. Si pesa… hum…, cincuenta kilos en la Tierra, aquí pesa alrededor de treinta y cinco. Y en usted, sienta bien.

Ella se echó a reír.

—Gracias, profesor… Oh, claro; ya no es profesor. Ahora es mi jefe, y debo llamarle señor Rand.

—A menos que esté dispuesta a llamarme Phil, Michaelina.

—Si usted me llama Mike: detesto Michaelina casi tanto como Dim odia Dimitri.

—¿Cómo está Dim?

—Bien. Tiene un trabajo de instructor en Poly, pero no le gusta mucho —miró el pueblecito—. ¿Por qué tantos edificios pequeños en vez de unos cuantos más grandes?

—Porque la vida media de cualquier estructura en Placet es de unas tres semanas. Y nunca se sabe cuándo se va a caer… con alguien dentro. Es nuestro mayor problema. Todo lo que podemos hacer es construirlos pequeños y livianos, excepto los cimientos, que hacemos lo más fuerte posible. Hasta ahora, nadie ha sido herido de gravedad en el derrumbe de un edificio, pero… — ¿Lo nota?

—¿La vibración? ¿Qué fue, un terremoto?

—No. Una bandada de pájaros.

—¿Qué?

Tuve que reírme ante la expresión de su cara.

—Placet es un mundo de locura. Hace un minuto dijo usted que se. sentía como si caminara en el aire. Bueno, en cierto modo, está haciendo eso exactamente. Placet es uno de los raros objetos en el Universo que está compuesto de materia a la vez ordinaria y pesada. Materia con una estructura molecular colapsada, tan pesada que no se podría levantar una piedra. Placet tiene un núcleo de esa materia; por eso este planeta diminuto, que tiene un área de unas dos veces el tamaño de la isla de Manhattan, tiene una gravedad que es de tres cuartos de la de la Tierra. Hay vida. vida animal, no inteligente, habitando en el núcleo. Son pájaros cuya estructura molecular es como la del núcleo del planeta, tan densa que la materia ordinaria es tan tenue para ellos como el aire lo es para nosotros. Vuelan a través de ella, como los pájaros de la Tierra. vuelan a través del aire. Desde su punto de vista, nosotros caminamos. en lo alto de la atmósfera de Placet.

—¿Y la vibración de su vuelo bajo la superficie hace que las casas se derrumben?

—Sí, y peor…; vuelan a través de los cimientos, no importa de qué los hagamos. Cualquier materia con la que podamos trabajar para ellos es como aire. Vuelan a través del hierro o el acero con tanta facilidad como a través de arena o espuma. Acabo de recibir un cargamento de un material especialmente duro de la Tierra…, el acero especial por el que me ha oído preguntar a Reagan… pero no tengo mucha esperanza de que sirva para nada.

—Pero ¿no son peligrosos esos pájaros? Quiero decir aparte de que hagan caer los edificios. ¿No podría uno adquirir suficiente aceleración al volar para salir del suelo y entrar un poco en el aire? ¿No atravesarían a cualquiera que estuviera allí?

—Lo harían, pero no. Nunca vuelan más que unos pocos centímetros cerca de la superficie. Algo parece decirles que se acercan a la parte superior de su «atmósfera». Algo análogo al sentido supersónico que emplea un murciélago. Ya sabe, los murciélagos pueden volar en completa oscuridad y nunca chocan con un objeto sólido.

—Como el radar, si.

—Como el radar, sí, excepto que un murciélago usa ondas de sonido en vez de ondas de radio. Y los pájaros widgie deben usar algo que funciona con el mismo principio, pero al contrario; los hace volverse a unos pocos centímetros antes de lo que debe de ser para ellos el equivalente al vacío. Siendo de materia pesada, no podrían existir o volar en el aire, igual que un pájaro no podría existir o volar en el vacío.

Mientras nos tomábamos un cóctel por cabeza en el pueblo, Michaelina mencionó a su hermano de nuevo.

—A Dim no le gusta enseñar. Phil. ¿Hay alguna posibilidad de que pueda conseguirle un trabajo en Placet?

—He estado pidiendo otro auxiliar administrativo al Centro Terrestre. El trabajo aumenta, ya que tenemos más cultivos en la superficie. Reagan necesita ayuda realmente. Yo…

Todo su rostro estaba encendido de ansiedad. Y recordé. Había acabado. Había dimitido, y el Centro Terrestre prestaría tanta atención a cualquier recomendación mía como a un pájaro widgie.