153321.fb2 La senorita de Tacna - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 13

La senorita de Tacna - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 13

AMELIA La sopa, papá.

ABUELA

Qué manía ésa de llamarle a todo el aparato… Si te olvidas, pregunta. ¿No estás viendo que es una sopa ?

MAMAÉ

Una porquería es lo que es.

ABUELO

(Haciendo un esfuerzo por hablar)

No, está rica. Le falta un poco de sal, quizá.

BELISARIO

(Levantando la cabeza de sus papeles)

Todo le parecía rico, a todo le llamaba el aparato, a todo le faltaba sal. Un hombre que no se quejó nunca de nada, salvo de no encontrar trabajo, a la vejez. La Abuela, en medio siglo de casados, no le oyó levantar la voz. Así que esa paliza a la india de Camaná parecía tan inconcebible, Mamaé. La sal fue una manía de los últimos años. Le echaba sal al café con leche, al postre. Todo le parecía:

ABUELO

¡Estupendo! ¡Estupendo!

Belisario vuelve a ponerse a escribir.

ABUELA

Yo sé lo que te pasa, Pedro. Antes salías a dar tus caminatas, a ver si el mundo seguía existiendo. Y tus hijos te prohibieron el único entretenimiento que te quedaba.

AMELIA

Lo dices como si lo hubiéramos hecho para torturarlo, mamá.

ABUELO

¿Acaso estoy quejándome de algo?

ABUELA

Preferiría que te quejaras.

ABUELO

Bueno, para tenerte contenta voy a pasarme el día renegando. No sé de qué, ñatita.

ABUELA

No te estoy riñendo, marido. ¿Crees que no me da pena tenerte enclaustrado? Mira, después del almuerzo nos iremos a dar una vuelta a la manzana. Ojalá no me lo hagan pagar caro mis várices, nomás.

Amelia se pone de pie y recoge los platos.

AMELIA

No has tomado la sopa, Mamaé.

MAMAÉ

¿Sopa? Receta para perros con mal de rabia, dirás.

AMELIA (Saliendo)

Si supieras que, con lo que dan mis hermanos para el gasto, es un milagro que les presente a diario un almuerzo y una comida.

ABUELA

Ir a la Iglesia… De veras, Mamaé, qué consuelo era. Un día a la de Fátima, otro a la de los Carmelitas. ¿Te acuerdas que una vez fuimos andando hasta la Parroquia de Miraflores? Teníamos que pararnos en cada esquina porque se nos salía el corazón.

MAMAÉ

Cuesta acostumbrarse a que los mandingos canten y bailen en plena Misa, como en una fiesta. ¡Qué herejes!

AMELIA

(Entrando, con el segundo plato de comida. Sirve a los Abuelos y a la Mamaé y se sienta)

¿Los mandingos? ¿En la Parroquia de Miraflores?

MAMAÉ

En la Parroquia de La Mar.

AMELIA Miraflores, Mamaé.

ABUELA

Está hablando de Tacna, hijita. Antes de que tú nacieras. La Mar. Una barriada de negros y cholos, en las afueras. Yo pinté unas acuarelas de La Mar, cuando era alumna del maestro Modesto Molina…

AMELIA

¿Y la Mamaé iba a oír Misa a una barriada de negros y cholos?

ABUELA

Fuimos varios domingos. Había una capillita de tablones y esteras. Después que la Mamaé dejó plantado a su novio, se le metió que iba a oír Misa en La Mar o que no oía Misa. Y era terca como una mula.

MAMAÉ