158248.fb2
Amigas y en amor hermanas: Deseando lo mismo, pensé avisaros cómo, habiéndome detenido por vuestro amor esperándoos, sucedió en Roma que entraron y nos castigaron y atormentaron y saquearon catorce mil teutónicos bárbaros, siete mil españoles sin armas, sin zapatos, con hambre y sed, italianos mil quinientos, napolitanos reamistas dos mil, todos éstos infantes; hombres de armas seiscientos, estandartes de jinetes treinta y cinco, y más los gastadores, que casi lo fueron todos, que si del todo no es destruida Roma, es por el devoto femenino sexo, y por las limosnas y el refugio que a los peregrinos se hacía ahora. A todo esto se ha puesto entredicho, porque entraron lunes a días seis de mayo de mil quinientos veintisiete, que fue el oscuro día y la tenebrosa noche para quien se halló dentro, de cualquier nación o condición que fuese, por el poco respeto que a ninguno tuvieron, máxime a los perlados, sacerdotes, religiosos, religiosas, que tanta diferencia hacían de los sobredichos, como haría yo de vosotras, mis hermanas. Profanaron sin duda cuanto pudiera profanar el gran Sofí si se hallara presente. Digo que no os maravilléis porque murió su capitán, por voluntad de Dios, de un tiro romano, de donde sucedió nuestro daño entrando sin pastor, donde la voluntad del Señor y la suya se conformó en tal modo que no os cale venir, porque no hay para qué ni a qué. Porque si venís por ver abades, todos están desatando sus compañones; si por mercaderes, ya son pobres; si por grandes señores, están ocupados buscando la paz que se perdió y no se halla; si por romanos, están reedificando y plantando sus viñas; si por cortesanos, están tan cortos que no alcanzan al pan. Si por triunfar, no vengáis, que el triunfo fue con las pasadas; si por caridad, acá la hallaréis pintada, tanta que sobra en la pared. Por ende, sosegad, que sin duda por muchos años podéis hilar velas largas y luengas. Sed ciertas que si la Lozana pudiese festejar lo pasado, o decir sin miedo lo presente, que no se ausentaría de vosotras ni de Roma, máxime que es patria común que, voltando las letras, dice Roma, amor.