172956.fb2 El ?rbol de los Jen?zaros - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 56

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Capítulo 54

Un hombre gordo, ansioso por seguir durmiendo, sintió que le hacían rodar por la cama y cayó al suelo. Abrió los ojos y vio un par de pies de mujer.

– ¿Vale, mi mocetón? Aquí está tu ropita. Póntela, amor; yo estoy lista. Vamos.

El hombre se vistió rápidamente con sueño aún en los ojos. «Lárgate», pensó. Dejó cinco monedas sobre la mesa y ya iba a salir por la puerta antes de que ella se diera cuenta.

La mujer vio cómo desaparecía por el umbral de la puerta.

Ella había terminado por aquella noche. Al menos con sus negocios de la calle. No vendría nadie más.

Arriba sabrían que el último cliente se había marchado. Le quedaba un asunto más que resolver, el peor.

Con la lámpara en la mano subió por la escalera. En lo alto, hizo una pausa, sin oír nada.

Muy lentamente empujó la puerta que estaba entreabierta. La habitación olía terriblemente.

Silenciosamente metió la cabeza. Alargó la mano, que sostenía la lamparita, y las sombras empezaron a revolotear por la estancia.

Meses atrás, la mujer había perdido su fe en Dios. Había rogado, había rezado, le había suplicado noche tras noche, y cada amanecer había traído la misma respuesta. De manera que lo maldijo. Nada cambiaba. Acabó por olvidarlo.

Pero lo que veía ahora era como una revelación.

– Gracias a Dios -dijo.