172956.fb2 El ?rbol de los Jen?zaros - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 76

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Capítulo 74

– ¿Otra vez aquí?

– Stanislaw Palieski -anunció Yashim-, tenemos cuatro horas. Vas a ir a una fiesta.

Palieski sonrió y movió negativamente la cabeza.

– Sé lo que estás pensando: el concierto de los embajadores en palacio. Muy tentador. Pero ya no asisto a esas recepciones. Estos días… -Levantó las manos-. Para ser franco, Yash, es una cuestión de ropa. -Bajó la voz-. Una cuestión, podríamos decir, de polillas.

– Estamos hablando de esas horribles chaquetas exageradas que lleva toda tu gente -replicó Yashim con un gesto imperioso-. Tú tienes las ropas más espléndidas, y dispones de cuatro horas. Ya he enviado a buscar al sastre. Esta noche, vas a aparecer en el palacio como la personificación viviente de la historia polaca.

– ¿Eh?

– Vas a ir de sar… ¿cómo es?

– ¿Sármata?

– Exactamente.

El embajador polaco cruzó los brazos.

– ¿No se te ocurre una idea más absurda? ¿Quién te crees que eres? ¿Mi hada madrina?

Yashim parpadeó y Palieski soltó una risita.

– No importa, es un cuento europeo muy viejo. -Frunció el ceño-. ¿Qué estás haciendo?

Yashim había levantado los brazos y proyectado sus manos hacia delante, al tiempo que daba un paso atrás, como si Palieski fuera un genio al que acabara de conjurar como por arte de magia.

Palieski arrugó el entrecejo.

– Lo siento, Yash. Haría cualquier cosa por ti, lo sabes. Pero sólo dentro de lo razonable. Como embajador de Polonia ante la Sublime Puerta, tengo una responsabilidad superior. La mía es una nación caída, lo sé. Pero obstinada, señor… muy obstinada. -Movió un dedo como para enfatizar sus palabras-. Llámalo orgullo, llámalo vanidad, si quieres… pero te digo esto. Ni por ti, ni siquiera por la mismísima Virgen Negra de Czestochowa, me mezclaré con mis pares vestido con un enmohecido y anticuado batín.