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Con cada uno de mis libros me he dado cuenta de lo estupenda que es la gente de Ramdom House, y esta vez no ha sido una excepción. De manera que mis más sinceras gracias a Gina Centrello, Libby McGuire, Cindy Murray, Kim Hovey, Christine Cabello, Beck Stvan, Carole Lowenstein y a todos los de Promociones y Ventas. También me quito el sombrero ante Laura Jorstad, responsable de la edición de todas mis novelas. Ningún escritor podría pedir un grupo de profesionales mejor con el que trabajar. Sois, sin lugar a dudas, los mejores.
Asimismo me gustaría expresar mi más sincero agradecimiento a las amables gentes de Aquisgrán, que respondieron a mis insistentes preguntas con gran paciencia. Hay alguien más a quien debo una mención especial desde hace tiempo: Ron Chamblin, propietario de la librería Chamblin Bookmine, en Jacksonville, Florida, donde llevo años realizando la mayor parte de mis investigaciones. Es un lugar increíble. Gracias, Ron, por ser su creador. Y un saludo a nuestra mamá australiana, Kate Taperell, que puso a nuestra disposición sus valiosos conocimientos sobre la forma de hablar en las antípodas.
Por último, este libro está dedicado a mi agente, Pam Ahearn, y a mi editor, Mark Tavani. En 1995, Pam me incorporó a su cartera de clientes y soportó siete años y ochenta y cinco negativas antes de encontrarnos un hogar. ¡Qué paciencia! Y Mark, los riesgos que corrió con un abogado loco que quería escribir libros…
Sin embargo, sobrevivimos todos.
Con todo lo que les debo a Pam y a Mark, no podría corresponderlos en toda una vida.
Gracias.
Por todo.