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Zhou Haotian, gran secretario de la Cancillería.
Wei Xiaqing, juez.
Choi Ki-Moon, médico de origen coreano.
A Sheng, conocido como Saber Absoluto, experto en diagnósticos.
Du Zichun, director del Gran Servicio Médico.
Shen Lin, médico jefe de tratamiento del cuerpo.
Li Fuyan, barón de Pao-ting.
Hua Yan, acupuntor.
Cai Yong, especialista en enfermedades venéreas.
Esta aventura del juez Di tiene lugar en Chang'an, capital del imperio de los Tang, a finales del año 677 de nuestra era. Di Yen-tsie, de 47 años de edad, acaba de resolver con éxito una investigación en las cocinas de la Ciudad Prohibida.
El Gran Servicio Médico del que aquí se habla existió realmente. Igual sucede con Sun Simiao, considerado por los chinos uno de los padres de su medicina tradicional [1].
<a l:href="#_ftnref1">[1]</a> Sun Simiao, fundador de la ginecología y pediatría chinas, propugnaba el tratamiento combinado. Versado en acupuntura y la aplicación de fármacos, era al mismo tiempo muy hábil en la moxibustión y el fortalecimiento de la salud. Al mismo tiempo que aprendía de las obras legadas por sus antecesores, se valió de su rica experiencia para someter los métodos antiguos a numerosos ensayos, lo que le permitió revisar y complementar aquellas obras. La redacción de su propia obra le obligó a asimilar los nuevos logros de la medicina de su tiempo. Su longevidad (vivió 101 años) obedece en parte a sus grandes conocimientos sobre medicina y el cuidado de la salud, pero también parece dar la razón al dicho popular: «Los benévolos son longevos». (N. de la t.)