175009.fb2 Peligro Oscuro - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 15

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Capítulo 14

Mi amante soñado y compañero,

Conoces cada parte de mí.

Estamos unidos para siempre, alma con alma.

Sostienes todo mi corazón.

De Solange para Dominic

Solange volvió en sí lentamente, poco a poco en vez de repentinamente como hacía normalmente. Podía oír su corazón latiendo con fuerza en su pecho y el pulso rugiéndole en los oídos. Sentía la mente lenta y confusa y el cuerpo dolorido. Estaba muy desorientada y no podía mantener los ojos abiertos, lo cual la aterrorizaba. Comenzó a luchar tratando de abrirse camino y salir del sueño, sabiendo que nunca estaba a salvo y que la vigilia era uno de sus momentos más vulnerables.

– Estoy contigo, Solange.

La voz de Dominic penetró las capas de miedo que sentía por no ser capaz de funcionar correctamente y se calmó, consciente de que estaba en sus brazos. Inmediatamente se sintió segura y protegida, una sensación con la que no estaba familiarizada del todo. Podía oler su aroma masculino e inhaló para atraerlo más profundamente a sus pulmones. La tensión retrocedió aún más.

Se humedeció los labios secos y buscó su voz.

– ¿Qué pasó? -Tenía la garganta muy irritada y mucha sed.

– Fuiste atacada por una criatura de las sombras. -Sus manos peinaron hacia atrás su cabello-. Trata de abrir los ojos para mí, hän sívamak, amada. Me has asustado un poco y he de dcir que eso que no me hace feliz.

Ella no pudo evitar la sonrisa ante el filo de su voz. Que lo había asustado era evidente, y que no le gustaba. De algún modo eso la caldeó aún más.

Él se inclinó más cerca, con los labios contra su oído.

– No pareces complacida después de haber estado luchando por tu vida en estos dos alzamientos. Soy muy capaz de castigarte por asustarme.

Sus pestañas revoloteaban y contuvo la oleada de risa con todas sus fuerzas ante la irritación masculina de su voz, que no era propia de Dominic. Al parecer lo había llevado al límite de su paciencia y ni siquiera había sido consciente.

– Si me castigas cada vez que te asuste, creo que vamos a tener problemas.

Encontró la energía para levantar las pestañas. La cara de Dominic quedó enfocada. Todos esos bordes duros y fuertes. Ese magnífico rostro. Sus ojos, azul medianoche, oscuros por la preocupación. Podía ver la tensión donde antes nunca había estado. En realidad parecía agotado. Las horas tratando de salvarla se habían cobrado su precio y no parecía que la tierra le hubiera rejuvenecido mucho.

– Lo siento, Dominic.

Él la besó, un largo, un lento e increíblemente tierno beso. Las lágrimas brotaron de sus ojos y ella parpadeó para alejarlas. Podía sentir cómo el cuerpo de Dominic temblaba contra el suyo.

– De verdad que lo siento. No parecía que la herida fuera gran cosa -reiteró-. Sabía que tú podías detener la hemorragia, así que no estaba preocupada.

– La criatura inyectó tres gotas de veneno en tu torrente sanguíneo. Costó varias sesiones de curación encontrarlas. Sabía que algo andaba mal, estabas alejándote cada vez más de mí.

– ¿Veneno?

Él sacudió la cabeza.

– No creo que la intención fuera matarte. Has sufrido una reacción al veneno. Si la intención hubiera sido esa, la criatura de las sombras te habría inyectado una dosis letal.

Ella le indicó que quería sentarse. Él se movió, sujetándola, permitiendo que se enderezara con mucha cautela. Solange sintió unas pocas nauseas, pero después de inhalar profundamente unas cuantas veces, logró contenerlas.

– ¿Qué fue?

– Si tuviera que adivinar, diría que era muy parecido a los trucos de un mago experto. Xavier ha sido destruido, sé que es cierto, pero le estudié durante años. Usaba criaturas para espiar. En todos mis siglos, nunca me he encontrado con nada parecido, pero he tenido tiempo de considerarlo. Las salvaguardas no lo detuvieron porque llegó a través del agua como una sombra. Deben haber conseguido una muestra de sangre, algún modo de rastrearte a ti específicamente.

Ella respiró hondo.

– Brodrick. Su jaguar me mordió y me arañó. Mi sangre estaría por todo su cuerpo. No he visto magos con demasiada frecuencia en esta área, pero de vez en cuando alguno se presenta. Debe haber utilizado uno para rastrearme.

– La criatura tomó más de tu sangre para llevarla a quien quiera que la envió. Creo que el veneno era para paralizarte, de esa manera serías incapaz de resistirte en caso de que volvieran para cogerte prisionera.

La voz de Dominic era sombría y bajo las pestañas ella le echó un rápido vistazo. Le frotó la mandíbula con la mano donde un músculo palpitaba, revelando su subyacente estado de ánimo de furia contenida.

– Dominic, no importa dónde estemos, vamos a tener enemigos. Ambos. Debes haber hecho muchos en tus siglos de existencia, y aquí, desde luego, yo tengo. Independientemente de lo que tuvieran intención de hacer conmigo, no sucedió. Tú lo impediste.

– Te atacaron en nuestra casa, delante de mis narices.

– Nuestras narices -le corrigió suavemente. Clavó la mirada en él-. ¿Qué te molesta en realidad, Dominic?

Él siseó y sus ojos se convirtieron en verde glaciar.

– Te di mi palabra de que estarías a salvo conmigo cuando estuviéramos solos. Alguien casi te mata y no sólo me asustó como el infierno todas esas horas intentando desesperadamente encontrar lo que se me estaba escondiendo, mientras te alejabas de mí centímetro a centímetro, sino que tuve que afrontar el hecho de que te fallé.

Una lenta sonrisa iluminó la mirada de Solange y se inclinó para rozarle el cuello con la nariz.

– Dios mío, Dominic, no eres perfecto. ¿Tan terrible es eso? -Rió suavemente-. Me mantuviste a salvo. No estoy muerta ¿verdad?, si la situación hubiera sido al revés dudo que yo hubiera podido salvarte. No tengo tu capacidad de sanar.

La envolvió entre sus brazos aplastándola contra él. Por un momento ella pensó que corría peligro de que le rompiera todas las costillas, pero se derritió contra él sin resistencia, reconociendo su necesidad de sostenerla tan cerca como fuera posible. Cuando él suavizó su fuerza y permitió unos centímetros entre ellos, ella inclinó la cabeza para mirarlo a la cara.

La noche había hecho mella en él. Su imperturbable hombre tranquilo en todas las circunstancias, había estado muy angustiado por ella.

– Vamos a rastrear cualquier pista del remitente -sugirió ella-. Mi jaguar no será de demasiada ayuda al principio, no a través del agua. Voy a tener que dar la vuelta a la fuente, pero tú puedes seguirlo a través de las grietas por donde entra el agua.

– ¿Cómo se rastrea a una sombra? -preguntó él en voz alta.

– Es un truco de magia, ¿verdad? -preguntó-. Así que hay una huella. Sólo tenemos que encontrarla. Tú lo sabes mejor que yo. Estás un poco conmocionado en este momento. Buscamos olores y pistas tras las que ir, pero tú puedes bloquear la ilusión del mago. -Vertió su confianza en él con su voz y su mente-. ¿Puedes?

Su sonrisa tardó en llegar. El verde de sus ojos brillaba hacia azul turquesa.

– Creo que sería posible. Me miró, justo antes de que lo destruyéramos.

Solange no puntualizó que ella no había tenido nada que ver con la destrucción del gato sombra, que todo había sido obra de él. Habría perdido la vida si no hubiera sido por él.

– Los ojos estaban vacíos y entonces, sólo por un momento, cambiaron, se volvieron inteligentes y plateados.

Ella sintió la preocupación en su mente, aunque parecía ser sólo la misma especulación de su voz.

– ¿Qué significa eso?

– Algunos magos, muy pocos, pueden poseer otro cuerpo, dejando fragmentos de ellos tras de sí. No es lo mismo que un lazo de sangre, lo que los Carpatos utilizan para rastrear a quién nos pueden traicionar. Una vez dentro del huésped, el mago puede forzar al cuerpo a hacer su voluntad. Hasta donde sé, ningún vampiro lo ha logrado jamás. Y ningún carpato decidiría hacer una cosa tan repugnante.

Todo en ella se inmovilizó. Incluso el aliento en sus pulmones.

– ¿Podría hacerlo alguien como yo? ¿Un jaguar? -Podía oír el rugido de su propio corazón en los oídos.

– ¿Brodrick?

Ella se mordió nerviosamente el labio.

– Le dije que yo era su hija. No me dio el mordisco mortal en el cráneo cuando aterrizó sobre mi espalda, y pudo hacerlo. Fui muy vulnerable durante un momento, y eso era todo lo que habría necesitado, pero dudó. Me mordió y tenía mi sangre sobre él. Tal vez no estaba seguro de que dijera la verdad, pero su jaguar debería haberlo sabido, de modo que no tiene sentido.

– Tendría que ser un mago entrenado para realizar tal hazaña. No sería fácil, y dudo que se haya tomado el tiempo necesario para un entrenamiento tan complejo -dijo Dominic.

Ella dejó escapar un suspiro de alivio.

– Pero tienen la sangre que llevaba él para rastrearme, así que por lo menos conoce al mago, y tiene que ser un mago el que ha enviado a esa criatura. Brodrick sabría de su cooperación. Cambió la sangre por algo de valor.

– Sabemos que tiene una alianza con los vampiros.

Solange se apartó el pesado cabello mientras suspiraba.

– Los otros hombres jaguar no están protegidos de los vampiros o de los magos por su sangre.

– Sabemos que tú tienes algo extraordinario en tu sangre -estuvo de acuerdo Dominic-. He tenido un montón de tiempo para estudiar lo que estaba pasando en mi cuerpo, así como en el tuyo. Tal vez los magos tienen necesidad de ella por alguna razón, y cualquiera dispuesto a forzar el cuerpo de otro que esté a sus órdenes no debe tener acceso a tu sangre.

– Vamos a ello entonces. Nunca esperará que seamos capaces de rastrear a su criatura de vuelta hasta él. Cualquier persona lo suficientemente arrogante como para tomar posesión del cuerpo de alguien creerá que es demasiado poderoso para ser capturado.

De repente, ella fue consciente de su cuerpo. Había estado tan a gusto con él que no se había dado cuenta de que había despertado desnuda. Se sentía bien no estar preocupada por lo que él pudiera pensar de ella. Ella ya lo sabía. No tenía vergüenza o deseo de esconderse de él. En todo caso, se sentía un poco sexy y muy cuidada. Él le había dado una confianza en sí misma que nunca creyó que tendría. No odiaría más sus cicatrices. No le importaba ser demasiado curvilínea para los estándares de la sociedad moderna. Sobre todo apreciaba que sin importar si llevaba vaqueros y camiseta, lista para luchar con él, o si estaba desnuda después de la transformación, o solamente juntos cara a cara como un hombre y una mujer, no tenía que ocultarle quién era.

Él le había dado el regalo de la libertad, de la aceptación, y, alzando la vista a su cara, le abrió el corazón y lo acogió en su interior. Su momento de revelación fue despertarse en sus brazos para verlo castigarse a sí mismo por lo que pensaba que era una imperfección.

– ¿Por qué me miras así, kessake? -preguntó.

Ella pudo ver aparecer el conocimiento en sus ojos y sonrió.

– Creo que estoy locamente enamorada de ti, mi amigo Buscador de Dragones.

– Amante -corrigió el.

Ella le ofreció una sonrisita.

– Todavía no. -Se estiró lánguidamente como sólo un gato podía hacer. Se estiró sensualmente como sólo una mujer segura de sí misma podía hacer-. Vámonos de caza.

Él gimió.

– Eso ha sido simplemente malvado.

La sonrisa de ella se convirtió en una sonrisa completamente arrogante.

– Ahora finalmente estás viendo a la Solange real.

– Me gusta la Solange real.

– Bueno, nadie ha certificado que estés cuerdo, ¿verdad? Sácanos de aquí.

La envolvió en sus brazos y flotaron fuera de la tierra profunda.

– Te estás convirtiendo en una cosita mandona. Puedo ver que te he dado un margen demasiado amplio, mujer.

Ella no iba a poner a prueba la amenaza de su voz. Él tenía un lado decididamente malvado, definitivamente muy sexual, y ella no iba a meterse a sí misma en problemas. Su confianza crecía con cada minuto que pasaba en su compañía, pero tenía la sensación de que él sabía mucho más sobre su cuerpo que ella, y de que utilizaría esos conocimientos en su beneficio. Le acarició el cuello con la nariz.

– Siempre hueles tan bien.

– No debería dejar que escaparas distrayéndome.

Ella le rodeó el cuello con los brazos y levantó la boca hasta la suya, su primer riesgo audaz de iniciar cualquier tipo de contacto físico real entre ellos. Se sentía muy valiente, y su corazón casi estalló cuando los labios de Dominic se movieron bajo los suyos, separándolos para atraer la lengua de ella a su boca. No había ninguna vacilación, sólo la misma impaciencia ardiente que sentía ella. Sus besos la hacían estremecer, la enviaban a otro mundo de sensaciones puras donde se perdía a sí misma, donde su cuerpo ardía en llamas.

Se apretó con fuerza contra él. Le dolían los pechos, y como siempre, estaba mojada y dispuesta para él. No le molestaba que lo supiera. Quería que lo supiera. Se enorgullecía de su reacción ante sus besos inflamados y ardientes.

– Eres tan guapo -murmuró contra su boca-. Realmente, verdaderamente guapo, Dominic. Gracias por salvarme la vida.

Los dedos de Dominic enterrados en su pelo le echaron la cabeza hacia atrás. Su matriz se apretó en respuesta a la repentina agresión.

– Muchísimas de nada. Pero hablaba en serio cuando lo dije. Nunca vuelvas a asustarme así. Si lo hace te meteré en una burbuja impenetrable.

Ella se rió a carcajadas.

– Probablemente podrías hacerlo. Vamos. Estoy un poco preocupada por si ese mago te vio, podría identificarte ante los vampiros. Si está aliado con Brodrick podría muy bien estar también en estrecha relación con los vampiros y haría volar tu tapadera.

– Protegiéndome de nuevo, ya veo.

Ella se encogió de hombros.

– Funciona en ambos sentidos. Yo no podré elaborar una burbuja impenetrable, pero puedo encontrar otra cosa.

Él le alborotó el cabello, masajeando su cuero cabelludo donde había sido tan rudo antes.

– Apuesto ‹ que podrías, mi pequeña mujer guerrera. Cuando tengamos hijos, hazlos todos niños. Pequeñas niñas correteando sin temor será demasiado para mi corazón.

Solange se alejó un paso, girando la cabeza apresuradamente. Sabía que nunca sería capaz de ocultar la conmoción que sus burlas habían producido. El corazón le latía con tanta fuerza que temió que pudiera estrellarse con su pecho. ¿Niños? ¿Plural? Una familia. Se mordió el labio con fuerza. Supuso que era la progresión natural de una relación comprometida. Dominic siempre iba cinco pasos por delante. Ella todavía estaba de puntillas con lo de tenerle dentro de ella y él ya estaba pensando en niños.

– Estas hiperventilando. -Había diversión en su voz. Una diversión masculina satisfecha y ronroneante.

Solange lo fulminó con la mirada.

– Lo has dicho a propósito.

Definitivamente la mantenía desequilibrada, y en cierto modo era estimulante. Nunca podría estar con un hombre al que pudiera pisar, y mucho menos con alguien que no estimulara su inteligencia. Le gustaba que él jugara. Había olvidado la risa y la burla. Había olvidado cómo jugar y con él esto era pura diversión. Había olvidado vestirse con su ropa sexy. Era una experiencia nueva para ella, un tesoro y nunca jamás se lo contaría a sus primas.

Dominic se encogió de hombros.

– Sin embargo, es cierto.

– Por eso voy a tener diez hijas. Dos a la vez. Y ya que no tengo ni idea de cómo criar niños y tú estás tan bien informado, te dejaré a ti la crianza. -Se las arregló para sonar como si le estuviera haciendo un gran favor, pero la parte de “cierto” había hecho que su estómago se revolviera otra vez.

Él se rió y le dio un codazo.

– Aceptare tus términos. Sobre todo porque nunca cumplirás con ellos. Eres muy obstinada.

– He estado muy tranquila estos últimos días.

– Alzamientos -la corrigió automáticamente-. Estoy en tu mente, nunca lo olvides.

Intentó no sonrojarse. Si estaba en su mente vería bastantes cosas espantosas, sobre todo en los dos últimos alzamientos.

– Deberíamos irnos antes de que el rastro se vuelva demasiado débil.

La sonrisa de él le dijo que sabía que estaba cambiando de tema deliberadamente.

– Supongo que tienes razón, aunque encuentro esta conversación muy interesante. Una vez quite las salvaguardas, espera a que explore la zona y me cerciore de que está despejado antes de salir de la cámara.

Ella puso los ojos en blanco.

– Creo que soy perfectamente capaz de decidir cuándo es seguro emerger. No es como si esta fuera mi primera vez.

– Casi mueres. Te guste o no, vas a tener que soportar estar sobreprotegida un rato.

Secretamente no le importaba su lado protector porque ella iba a hacer lo que fuera para ganar cada batalla, y con un poco de suerte siempre pensarían igual, pero era agradable tener a alguien que se preocupaba por ella.

Le lanzó un beso y cambió, sorprendida de hacerlo con tanta facilidad, segura de él ahora. Le gustaba eso, estar tan segura de él. Dominic realmente confiaba en ella en la lucha, y había descubierto con que podía recurrir a sus experiencias de combate, lo que le daba una visión de la forma en que él trabajaba, y también información valiosa cuando se enfrentara a sus enemigos.

– Voy a seguir el agua hasta la fuente y ver si puedo recoger algunas “huellas”.

Esperaré en el bosque al lado de la corriente donde creo que es más probable encontrar una salida. En algún punto tuvo que ser más que una sombra. Cada vez que atacaba, tenía que convertirse en carne y sangre, por lo que habrá rastros. En esta forma, puedo rastrear cualquier cosa sólida.

Esperó agazapada a los pies de Dominic, aprovechando la oportunidad de examinar su magnífico cuerpo. Realmente era magnífico, aunque encontraba su ruda masculinidad un poco intimidante. Estaba bien dotado, y tenía que admitir que se encontraba mirando a una parte de su anatomía más que a cualquier otra, absorbiendo la forma, la circunferencia y la longitud. Nunca se había sentido intrigada por el falo masculino, ciertamente nunca, la verdad. Ahora se sentía casi obsesionada, con ganas de tocarlo, probarlo, conocerlo tan íntimamente como él la conocía.

Oculta en el interior del jaguar, donde estaba a salvo, suspiró reconociendo que ahora esto era esencial para complacerlo. Ansiaba darle placer. Ella. Ninguna otra mujer. Quería ser la única en enviarlo hasta las nubes, y no sabía nada sobre hacer el amor con un hombre. Ella no hacía ese tipo de cosas con los hombres. Generalmente los mataba.

Dominic dejó caer la mano sobre la cabeza del jaguar.

– Se ha dicho que el sol se esconde en el interior del jaguar por la noche. Después de encontrarte, Solange, creo que podría ser verdad. Te miro, en cualquier forma que elijas mostrarte, y veo la luz brillante que me conduce a través de un laberinto de oscuridad. Sé que nuestra unión ha sido difícil para ti y te agradezco que seas tan abierta a mí.

Solange sintió una curiosa fusión en la región del corazón. Era tan bueno haciéndola sentir hermosa e importante para él. Quería devolvérselo y estaba decidida a aprender.

No habría renunciado a estar contigo por nada del mundo, admitió con timidez. Segura en el cuerpo del jaguar, donde a menudo se ocultaba para contarle a su amante de ensueño sus secretos más profundos, encontró más fácil admitir la verdad ante él.

Él frotó los dedos entre su pelaje durante unos momentos más.

– No hay nadie cerca, kessake. Estás a salvo.

Tú también. Saltó por delante de él, deseosa de continuar con la caza. Demorarse en si iba a ser buena en la cama o no, era deprimente y aterrador. Cazar algo o a alguien peligroso, era vigorizante y natural.

Avanzó lentamente por el laberinto de túneles serpenteantes, torciendo para emerger en el bosque. En el momento que sintió el aire de la noche en su hocico se sacudió, la felicidad estalló a través de ella. Le encantaba el bosque. En el suelo, el aire era rico y tranquilo, con los niveles de oxígeno tan altos que se sentía llena de energía. La selva tropical era vibrante y estaba viva, siempre cambiante y sin embargo siempre la misma. Podía contar con el ciclo de la vida del bosque, todo vivo, respirando, creciendo y muriendo. La muerte y la podredumbre que venían después, a veces rápida a veces lentamente, pero siempre nutriendo y enriqueciendo el ciclo de la vida.

Adoraba la selva tropical durante el día, pero la noche siempre le parecía especial. Éste era su mundo. Puede que quisiera viajar, pero sobre todo quería ver otros mundos como el suyo mientras todavía existieran. El tiempo de la gente jaguar había pasado. No había forma de salvarlos, ya no. No con el liderazgo de Brodrick, que convertía a los hombre en bestias que elegían vivir con la violencia hacia las mujeres, que participaban en la masacre de mujeres y niños a los que consideraban inaceptables.

Como pocos sabían de su especie, no hubo ninguna ley a lo largo de los siglos que protegiera a las mujeres, y sin un líder que reconociera su importancia, la especie quedó condenada. Suspiró y empezó a zigzaguear entre los árboles hacia el pequeño arroyo que había encima de su cueva y que alimentaba la pequeña cascada. Escuchó los murmullos de los animales en el dosel sobre su cabeza. Oyó el revoloteo de alas y a los monos deslizarse de una rama a otra, aún no completamente listos para la noche. Los murciélagos daban vueltas y se zambullían cazando insectos, mientras pequeñas ranas saltaban a lo largo de las ramas de los árboles.

Ya las canciones de cada especie de ave estaban dejando paso a la llamada de las cigarras. Las ranas comenzaron su coro nocturno, cantándose mutuamente desde varios charcos en el suelo del bosque, mientras las ranas arbóreas croaban de forma mucho más suave y armoniosa. Polillas del tamaño de platos se dispersaban por todo el cielo. Los murciélagos frugívoros se aferraban a la fruta suculenta. Las luciérnagas se hacían señales una a otra en breves destellos, como luces de neón.

Solange tomó nota de todo mientras caminaba con pasos suaves a través de la espesa vegetación, de vez en cuando encontraba un puercoespín dándose un festín sobre una fruta caída. Una serpiente atacaba a un ratón, detectando el calor de la pequeña criatura mientras correteaba muy cerca del silencioso depredador. Sobresaltó a una salamanquesa cuando surgió de su escondrijo para cazar. La hambrienta criatura corrió hasta un árbol, sus ojos brillanban rojos en la noche mientras la miraba entre las hojas.

El jaguar ignoró a los animales nocturnos y mantuvo su rumbo, moviéndose un poco más rápido ahora que estaba lejos del sistema de cuevas. Por encima de la cabeza los hongos fluorescentes parecían suspendidos en el aire, creciendo en los troncos de los árboles que se fundían con la noche. Una débil luz brillaba aquí y allá desde los hongos luminosos que salpicaban el suelo del bosque.

Mantuvo un buen ritmo durante varios kilómetros, abriéndose camino por las pendientes más pronunciadas, saltando sobre los troncos en descomposición y bordeando montones de termiteros. El sonido del agua corriendo sobre las piedras era constante. Asustó a una pequeña familia de tapires. El herbívoro, familia de los caballos y elefantes, parecía un cerdo con un hocico más largo. Los adultos eran más oscuros de piel con la punta de las orejas blancas y la garganta amarilla, pero la única cría que corría con ellos tenía la piel roja con rayas y manchas. Cómodo en el agua, el tapir a menudo pastaba en ríos y arroyos.

Se acercaba a su destino y comenzó dividir el área, tomándose su tiempo, buscando rastros de alguien que hubiera pasado por el mismo camino. El gato sombra tenía que haber llegado en su verdadera forma. Cualquiera que fuera la criatura, incluso un híbrido, debería haber dejado evidencia de su paso.

Fue cuidadosa al examinar los árboles, segura de que la criatura era un felino y que se afilaría las garras con frecuencia. Dejaría detrás sus marcas olfativas. Alguien podría haberlo criado, pero había ciertas características impresas en la naturaleza de un felino que nunca podrían ser erradicadas. Buscó señales de hojas dispersa, marcas de arañazos, yendo hacia atrás y adelante a lo largo de los senderos.

La ruta de los tapires era muy utilizada y conducía al arroyo. Cruzó varias veces el desgastado sendero, localizando un nuevo aroma muy débil que ya se desvanecía. La lluvia estaba siempre presente casi todos los días en esta época del año y ayudaba a eliminar los rastros de animales que pasaban por las rutas de los animales, pero este olor era diferente porque nunca se lo había encontrado antes.

Siguió el olor y encontró setas aplastadas allí donde un gato grande había dado un paso sobre los frágiles hongos, la cabeza tenía impresa una huella parcial. Encontró marcas de arañazos en lo alto de una higuera y un rasguño sobre una raíz donde el jaguar había cazado un kinkajou, un pequeño animal con un ligero parecido al hurón, pero que era de la familia de los mapaches, el favorito de los jaguares para cazar. El gato sombra había rociado generosamente un helecho, donde había localizado el olor de un jaguar macho, desafiando a los demás machos por el territorio. El gato sombra parecía estar en la flor de la vida y no temía desafiar a ningún macho, claramente agresivo incluso en territorio extranjero.

Siguió los pequeños trozos de información, hojas machacadas, una piedra volcada, un desgarro sobre la rama de un árbol y otra huella parcial al lado de unos riachuelos que desembocaban en el arroyo que alimentaba su charca subterránea. Estaba segura de que había encontrado el rastro del gato sombra. Se sentó cerca de la orilla del arroyo y esperó, con la cabeza sobre sus patas, el cuerpo inmóvil, las rosetas la ocultaban entre la maleza y las hojas moteadas.

Una rama se rompió. Los grillos cesaron su coro durante un breve momento. Se quedó muy quieta, deseando haber elegido un lugar en los árboles desde donde pudiera ver qué, o quién, se acercaba. No era Dominic. Ella sabía dónde estaba él en todo momento. No era un vampiro. No había la sensación de miedo que los muertos vivientestraían consigo. El bosque no se había retraído, horrorizado por la depravación de tal abominación de la naturaleza.

Hubo una súbita dispersión de los monos sobre su cabeza. Un jaguar entonces, y había subido a los árboles. Probablemente había captado el olor del gato sombra y había venido a cazar al macho que había sido lo bastante agresivo para desafiarlo. Tenía que localizar su ubicación exacta sin revelar que ella estaba en algún lugar cercano.

Dominic. Si puedes oírme, no salgas a campo abierto cuando surjas de las rocas. Hay un jaguar aquí. No sé si es inofensivo o está cazando.

Puedo oírte. La voz de Dominic llegó de inmediato, deslizándose en su mente de forma íntima. ¿Estás en peligro? Había un borde severo en su voz, como si, al haberse puesto ella una vez más en peligro, él fuera a tener que llevar a cabo su promesa de ponerla en una burbuja.

Solange se esforzó por mantener la diversión fuera de su mente, sabiendo que él no encontraba la situación divertida. Llevaba estado en peligro toda su vida. Hoy no era diferente. Ésta era la vida en la selva y lo que significaba ser jaguar significaba. Estoy perfectamente bien por el momento.

¿Qué has encontrado?

Ella avanzó poco a poco a una posición mejor, mirando los árboles. Él habría elegido unas ramas bajas por lo que podría saltar fácilmente sobre su presa. Esto reducía un poco sus opciones. Él querría las ramas más cercanas al arroyo. Había caminos de tapires marcados claramente por los frecuentes viajes desde el bosque hasta el agua. La orilla estaba fangosa y las pisadas indicaban que varios tapires habían llegado para alimentarse en el agua recientemente.

El gato sombra definitivamente llegó por aquí. No he visto la huella de este mago antes, cada una es única para cada usuario. Pero lo conoceré si me encuentro por casualidad con él. ¿Estás cerca?

Justo detrás de ti. Voy a la deriva con el vapor que sale del suelo de la selva. ¿Has localizado su ubicación?

Ella captó la punta de la cola retorciéndose en el árbol de su derecha. Una pata barrió sobre el agua y el jaguar se agazapó, muy quieto, excepto por la cola que a menudo traicionaba el entusiasmo, con los ojos fijos en alguna presa en el agua que ella no podía ver.

No estoy lo suficientemente cerca para saber si es totalmente animal o uno de mi especie. No puedo oler al hombre en él. De cualquier manera iba a ser peligroso moverse. Ella estaba en su territorio, e independientemente de si era animal u hombre jaguar, estaría interesado en una hembra.

El vapor de agua en el suelo del bosque comenzó a espesarse e ir a la deriva hacia arriba, oscureciendo lentamente la visión mientras el vapor gris se esparcía, una espesa niebla que se mantenía a lo largo de la orilla y los árboles circundantes. Capa tras capa se hizo más profunda hasta que el suelo del bosque y el arroyo ya no fueron visibles. La densa niebla se envolvía alrededor de la higuera, subiendo lentamente por el tronco como lianas. El jaguar comenzó a toser. Solange escuchó una serie de gruñidos y el susurro del pelaje a lo largo del tronco. Una llamada aguda vino de la lejana orilla, un tapir llamando a un miembro de su familia sonaba como un pájaro.

Oyó el estrépito del pesado macho al caer a tierra, a no más de diez metros de ella. Se quedó muy quieta, dejando que pasara a su lado en la espesa niebla. Capas de bruma la rodeaban, y en el interior del cuerpo del jaguar Solange sonrió. Dominic había logrado envolverla en una burbuja. El jaguar macho no iba a olerla, verla u oírla.

No me habría encontrado.

No voy a correr riesgos hasta que la visión de tu cara pálida, tu cuerpo sin aliento, me abandone. Y eso puede llevar algún tiempo.

Realmente tienes tendencia a insistir, ¿verdad? La mujer en el interior del jaguar se estiró, sonrió, una alusión a su oculta naturaleza sensual. No podía dejar de burlarse de él, especialmente cuando estaba a salvo en lo profundo del jaguar, donde él no podía encontrar un modo de tomar represalias.

Tengo tendencia a mantener mi palabra, y tú podrías recordarlo, kessake, cuando te estás sintiendo tan cómoda y cálida ahí, a salvo en tu pequeña guarida.

La suave risa de Solange se derramó sobre él. Ella sintió su reacción, y por un momento el corazón le latió más rápido y su mente se caldeó. El primer intento de fundir a Solange la mujer y a Solange la guerrera fue emocionante y la había hecho sentirse muy valiente, lo cual, teniendo en cuenta que había estado a punto de luchar contra un jaguar, era vagamente divertido para ella.

Esperó mientras Dominic empujaba al jaguar fuera de su camino usando una mezcla de densa niebla y un impulso compulsivo leve.

Estás haciendo trampas. No estoy seguro de que esto se califique como una batalla justa. Puede haber un problema moral.

La mente de Dominic inundó la de ella con cariño, burla, una diversión sexy que hizo que un calor se precipitara por sus venas. La caza era mucho más divertida con un compañero. Se sentía un poco más segura, y ayudaba que él fuera inteligente y experimentado. No sentía como si tuviera que protegerlo. Incluso podía reconocer que él pudiera sentir la necesidad de protegerla a ella. Dominic tenía bastante arsenal para utilizar, y sinceramente, en la batalla, en lo que a ella se refería cualquier cosa que se usara para ganar era justa.

Ahora está despejado, le informó Dominic. Me desharé de la niebla.

Solange volvió a la orilla del arroyo mientras la niebla se evaporaba despacio, Dominic estuvo de pie a su lado con una mano en su pelaje, sus dedos masajeando su cuello. A su jaguar le gustó esto, y le frotó la cabeza contra el muslo en respuesta.

Se fue por ahí. Solange dio un par de pasos, segura ahora de las huellas del felino. Incluso con el jaguar macho en la zona y sus huellas cubriendo las del gato sombra en algunos lugares podía distinguir fácilmente entre los dos. El gato sombra había entrado en el agua directamente en la entrada al laberinto de piedra caliza. ¿Por qué se arriesgó a ser rastreado cuando podía tomar la forma de una sombra?

– Es una excelente pregunta -murmuró Dominic en voz alta-. ¿Su maestro tiene que estar cerca de él para mantenerlo como sombra? Si es así, deberíamos ser capaces de averiguardónde lo esperaba su amo.

Vino de ésa dirección. Solange lo llevó de vuelta a través del bosque hasta donde había encontrado las primeras huellas por casualidad. Sabemos que entró en el agua y nunca volvió a salir, pero su maestro debe haber estado lo suficientemente cerca para recoger la esencia de mi sangre.

Podía sentir el ceño de Dominic y los dedos aferrados a su piel, pero él no reaccionó, simplemente dio un paso atrás para permitir que ella lo guiara a través del bosque, retrocediendo ahora. Una vez estuvo sobre el rastro del gato sombra ella se sintió más segura de sí misma, moviéndose más rápido, serpenteando entre los árboles, alejándose de la corriente y del interior.

Ningún gato iría en esta dirección, a menos que se alimentara de ganado. Esta zona está muy patrullada por hombres con armas de fuego. Protegen el ganado duramente, y a menos que un jaguar sea viejo o este herido, se quedaría aquí cazando en el bosque. Tal vez estaba buscando una comida fácil.

A Solange no le gustaba acercarse demasiado al enorme rancho que estaba justo en los bordes exteriores de la selva. Por lo general los hombres disparaban un tiro de advertencia, intentando conducir al felino vagabundo de vuelta al bosque, pero con la misma frecuencia alguno podría ser de gatillo fácil. Había notado la reacción de Cesaro ante su gata. Era casi instintiva. Los ganaderos consideraban que su deber era mantener el ganado a salvo, y los felinos eran depredadores a los que no querían cerca de los ranchos.

– ¿Estamos en la propiedad De La Cruz? -Dominic sonaba serio.

Sí. Es bastante grande. Todos sus lugares son enormes. Son muy ricos. Emplean a mucha gente que les son muy leales. Cuidan bien de sus trabajadores, y las familias que se quedan con ellos a lo largo de los años parecen volverse en ricos también. Muchos de los lugareños les son ferozmente leales.

– Solange, quienquiera que manipule al gato tiene que estar en ese rancho.

El corazón le dio un salto. Tal vez no. Tal vez estaba buscando comida. Pero sabía que él tenía razón. Tenía sentido. El rastro conducía directamente a una carretera. Y en la carretera había huellas de neumáticos. Las había visto a menudo en sus vagabundeos. Los camiones usados por los trabajadores de los De La Cruz eran todos iguales, al igual que las huellas claras de los neumáticos en el barro. El pesado gato había saltado desde la parte posterior del camión. Las huellas eran profundas detrás, donde el vehículo había sido aparcado.

Dominic se agachó para examinar el terreno.

– Hay huellas de botas aquí. Debe haber habido una jaula de algún tipo en la parte trasera del camión y él lo soltó.

No un vampiro.

– Definitivamente no un vampiro. ¿Qué crees que está pasando aquí, Solange?

Una sensación de revoloteo tonto en la boca del estómago le dijo lo mucho que le importaba que él le pidiera su opinión. Le dio vueltas una y otra vez en su cabeza al pequeño fragmento de información que habían averiguado. Tal vez no seamos nosotros el objetivo aquí Dominic. Ellos no saben de ti aún. ¿Y qué amenaza sería yo para ellos? Zacarías es la mayor amenaza que tienen en esta parte del mundo. Es el más temido de todos los hermanos De La Cruz. Tiene la mayor parte del poder y es el más influyente con los líderes de por aquí.

– Todo eso es cierto, pero ¿por qué necesitan tu sangre? ¿Qué tendría esto que ver con Zacarías?

Sea lo que sea, apuesto a que no contaban con que le diera mi sangre a Zacarías. No soy conocida por mi generosidad en ése área.

– Por lo tanto, ¿si no es un vampiro? -Dominic ya estaba siguiendo las huellas de la camioneta por el barro, sabiendo que les llevaría de regreso a la hacienda De la Cruz-, entonces, ¿quién enviaría un jaguar tras de ti? ¿Y quién tiene esa clase de habilidad de magia negra de poseer el cuerpo de otro, ahora que Xavier está muerto?

¿Son todos los magos aliados de los vampiros? ¿Todos ellos seguían a Xavier?

– No, los magos se han dispersado por los cuatro rincones del mundo. Muchos eran experimentados. Xavier retuvo a Razvan durante siglos, y en ese tiempo él vio muchas cosas terribles hechas a jóvenes magos, hombres y mujeres. Unos pocos magos fanáticos lo adoraban y siguieron sus enseñanzas. Odian a los Carpatos y quieren limpiar la tierra de ellos al igual que los vampiros.

Así que sabemos que quienquiera que enviara al gato tiene que ser mago, no necesariamente aliado con los vampiros. Puede tener su propio plan. Y utiliza a alguien del rancho de Zacarías. Si lleva allí desde hace algún tiempo, consiguiendo establecerse, debió molestarse mucho cuando Zacarías se presentó. Él rara vez viene por aquí.

Estaban de pie en el borde del bosque, con la vista fija en la barrera despejada entre el bosque y el extenso rancho de ganado. Las huellas del camión seguían el camino directamente hacia la propiedad De La Cruz.

Solange cambió y se quedó desnuda al lado de Dominic, riendo un poco por la respuesta inmediata del cuerpo de él a ella.

– Podrías dar una pequeña advertencia, así podría tener preparada la ropa -dijo él.

Ella levantó una ceja.

– Creo que estás un poco fuera de juego, Buscador de Dragones. Esperaba la ropa. Tal vez debería ir a visitar a nuestros vecinos justo así. Definitivamente, nos abrirían la puerta.

Al instante su cuerpo estuvo vestido con los familiares pantalones vaqueros y camiseta. Ella se rió de él. Incluso su pelo estaba recogido en una coleta alta.

– Sí, eso es lo que yo pensaba. Vamos a ver quién quiere mi sangre.

Dominic le tendió la mano. Solange sólo vaciló un segundo antes de poner la mano en la suya y caminar con él por la fangosa carretera hacia la casa del extenso rancho De La Cruz.