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Presento mis excusas a los habitantes de Campden Hill Square por mi atrevimiento al erigir allí una casa de sir John Soane y romper con ello la simetría de sus terrazas, y a la Diócesis de Londres por introducir, a modo de aportación a las necesidades pastorales, una basílica de sir Arthur Blomfield, con su campanario, en las orillas del canal Grand Union. Otros lugares descritos son identificables como parte de Londres. Por consiguiente, tiene especial importancia manifestar que todos los acontecimientos descritos en la novela son ficticios, y que todos sus personajes, vivos y muertos, son imaginarios.
Expreso mi agradecimiento al director y empleados del Laboratorio de Ciencia Forense de la Policía Metropolitana, por su generosa ayuda en cuanto a los detalles científicos.