37338.fb2
La campanilla que me compraron hace demasiado ruido en medio de la noche, pero no me importa. Adam se acerca con cara de sueño, en calzoncillos y camiseta.
– Te has ido.
– Acabo de bajar a preparar una taza de té.
No lo creo. Y no me importa lo de su taza de té. Puede beber agua tibia de mi jarra si tan desesperado está.
– Cógeme la mano. No me sueltes.
Cada vez que cierro los ojos, me caigo. Es una caída sin fin.