38750.fb2 La Soledad De Los N?meros Primos - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 20

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Denis no asistió a clase. El sábado, cuando lo llevaron a su casa, no cruzó con Mattia la mirada ni una sola vez, contestó con monosílabos a las preguntas del padre de su amigo y no se despidió al bajar del coche.

Mattia puso la mano en la silla vacía de al lado. Pensó que por momentos lo que Denis decía en aquella buhardilla oscura le entraba por un oído y le salía por el otro, tan rápido que no lograba penetrar su significado exacto. Aunque tampoco le importaba entenderlo. Lo único que quería es que Denis estuviera allí, como un reparo contra todo lo que quedaba más allá de la mesa.

El día anterior, sus padres lo habían sentado en un sofá del salón, tomaron ellos mismos asiento en el de enfrente y le pidieron que les contara qué tal había ido la fiesta. Al pronto, Mattia apretó los puños con fuerza, aunque luego puso las manos bien abiertas sobre las rodillas, para que sus padres se las vieran, se encogió de hombros y, en su tono de mansedumbre habitual, contestó que nada había que contar. Su madre, nerviosa, se puso en pie y fue a la cocina. Su padre se acercó y le dio dos palmaditas en la espalda, como creyéndose en el deber de consolarlo. Mattia recordó que cuando era pequeño y el calor del verano apretaba, su padre, para refrescarlos, les soplaba en la cara a ambos hermanos. Recordó la leve sensación del sudor evaporándose y sintió una nostalgia desgarradora de la parte del mundo que se había hundido con Michela en el río.

Ahora se preguntaba si sus compañeros lo sabrían, si lo sabrían también los profesores. Tenía la impresión de que sus miradas furtivas formaban como una red sobre su cabeza.

Abrió el libro de historia por una página al azar y se puso a memorizar cuantas cifras encontró en ella y las siguientes. Aquella serie de cifras, que sin sentido lógico acumulaba una tras otra en la mente, le permitió conjurar poco a poco la imagen de Denis en medio de la penumbra y olvidar la silla vacía que tendría que haber ocupado el amigo.