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El estudiante de artes marciales se acercó a su profesor:
– Me gustaría mucho ser un gran luchador de aikidó -le dijo. -Pero creo que también debería dedicarme al judo, para así conocer muchos estilos de combate; sólo así podré ser el mejor de todos.
– Si un hombre va por el campo, y empieza a correr detrás de dos zorras al mismo tiempo, va a llegar un momento en que cada una correrá para un lado distinto, y el hombre no sabrá a cuál deberá seguir persiguiendo. Cuando lo haya pensado, ya las zorras estarán muy lejos, y él habrá perdido su tiempo y su energía.
Quien desee ser un maestro, tiene que elegir una sola cosa en que perfeccionarse. Lo demás es filosofía barata.