52030.fb2 La inundaci?n - читать онлайн бесплатно полную версию книги . Страница 15

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OTRO DÍA

Naia no se sintió completamente sorprendida cuando Aldous dijo que no quería vivir en la casa. El jardín lo tentaba, con todo.

– Podríamos ponerte una tienda, si quieres -dijo ella.

– ¿Una tienda?

No estaba seguro. Quizá se sintiera atrapado incluso dentro de una tienda, y así lo dijo.

– Bueno, siempre está el árbol Genealógico -sugirió ella.

Él la miró perplejo. Estaban en el jardín, por lo que ella pudo señalárselo.

– ¿Es así como lo llamáis? ¿El árbol Genealógico?

– Sí. Podrías acampar debajo de él. O en él. Te traeríamos una escalera.

– No -dijo Aldous-. Ahí no. Pero en la orilla hay un sauce magnífico. Es muy grande, y no me importaría ir ahí.

– Es posible -dijo Naia-. Y quizá podríamos instalar algún tipo de protección a prueba de agua para que no te mojaras con la lluvia.

– Eso estaría muy bien.

– Pero en invierno hace bastante frío.

– Sobreviviré -dijo Aldous-. La única pega será…

– ¿Qué? -preguntó Naia.

– Cuando tenga que hacer mis necesidades.

Naia le contó los planes de Kate para convertir el trastero que había junto a la cocina en un cuarto de baño.

– Hay una puerta lateral que da al jardín -añadió-. Dispondrás de tu propia llave, y si tienes hambre o sed, la cocina sólo queda a otra puerta de distancia.

Naia vio cómo aquel destello de muchacho que aparecía a veces en su mirada le iluminaba los ojos, y luego éstos se entornaron cuando se esforzó por dar la impresión de que estaba meditando la propuesta, del modo en que lo habría hecho una persona mayor.

Poco después asintió muy despacio, como diciendo que después de haberlo considerado apropiadamente había llegado a la conclusión de que sería capaz, quizá, de aguantar unos cuantos minutos entre cuatro paredes, en su propio cuarto de baño, y que incluso podría, si las circunstancias lo obligaban a ello, entrar en la cocina para comer un bocado o tomar un sorbo de algo. Con tal de que no tuviera que quedarse allí dentro.

Y así quedó acordado. Aldous Underwood iba a ir a casa.